Es obvio que la presente edición del Benidorm Fest no tenía el mismo tirón que la anterior, debido a las grandes expectativas que se habían generado pensando en que grupos y artistas reconocidos aprovecharían el altavoz que les otorgaba este tipo de previa eurovisiva, pero no fue así. Los artistas más conocidos eran aquellos que salieron recientemente de Operación Triunfo –Alfred, Agoney y Famous–, las tiktokers Twin Melody, la ganadora de la segunda temporada de Drag Race España, Sharonne, y la artista indie Alice Wonder. Pero, aún que el listado de artistas tuviera una falta de punch, se seguía teniendo la creencia de que por segundo año consecutivo las cosas se estaban haciendo bien dentro de la delegación de RTVE encargada de Eurovisión.
Las semifinales –celebradas demasiado tarde entre semana como para que el público general las pudiera disfrutar enteras– nos volvieron a demostrar que no todas las opiniones están en las redes sociales. De ahí la sorpresa de que uno de los favoritos en las porras twitteras, Aritz y su Flamenco, se quedasen a las puertas de la final, o que el réquiem al Benidorm Fest del pasado al que nos trasladó Alfred también se quedará con la miel en los labios. Aún y así daba la sensación de que, dentro de las ocho finalistas, podría encontrarse una propuesta firme para llevar a Liverpool y poder pelear por un gran puesto.
La final arrancó con la emoción de Karmento, esa manchega que presentó la propuesta escénica más emotiva de todo el festival y, aunque quizás no era lo que necesitábamos para Eurovisión, sí que sirvió para mostrar que en todos los rincones de España hay grandes artistas, y Castilla y La Mancha no iba a ser menos. Su interpretación de Quiero y Duelo fue brillante, pero no acabó de tener esa garra que nos hacía falta para Liverpool. Tras ella, llegó la que para mí fue una de las sorpresas de la noche y que podría haberse convertido en la representante española para Liverpool con todas las de la ley: Megara. Su interpretación de Arcadia, así como esa puesta en escena futurista basada en videojuegos encandiló a muchos, incluidos la mayoría del publico presente en la gala. Fue una auténtica pena que quedarán tan lejos de la cabeza, pero lo mejor que podemos sacar es que tenemos un nuevo grupo de rock potente dentro del panorama.
Alice Wonder llegaba con una vitola especial, pero Yo quisiera no acabó de encandilar ni a público ni jurado. El arte de la madrileña está fuera de toda duda, la suya fue la actuación de los silencios y de saber aportar esa potencia vocal que atesora cuando más lo requería la canción. A pesar de que la puesta en escena se quedó un poco pobre, el talento de la madrileña rellenó todo ese vacío. Estrella en ciernes. Y, acto seguido, apareció una de las artistas más noveles de la gala, pero que era una de las grandes favoritas del público hasta el momento en el que se presentó en directo. Los nervios le jugaron una mala pasada a Fusa Nocta y no pudo sacar toda la potencia vocal que tiene Mi familia y esos complementos musicales que nos recuerdan a la Rosalía de El Mal Querer. En su puesta en escena ocurrían tantas cosas que incluso ella llegó a perderse momentáneamente.
Y, aunque esas cuatro primeras actuaciones dejaron a un buen nivel la final del Benidorm Fest, todos sabíamos que el representante de España en Eurovisión para 2023 estaba entre las dos siguientes actuaciones. Agoney nos volvió a llevar a ese infierno en el que la realización no estuvo a la altura de su potencia vocal. Arde tiene todos esos complementos que podían triunfar en el Festival de la Canción: puesta en escena llamativa, vestuario potente, una gran voz, un tema pegadizo y baile. Pero, el público y el jurado decidieron dejar a Agoney en la palestra y le otorgaron el premio a la siguiente actuación, la protagonizada por Blanca Paloma. La artista ilicitana se presentó por segunda vez consecutiva al Benidorm Fest y apenas nadie apostaba por su candidatura. Ea Ea es una canción dedicada a su yaya en la que mezcla electrónica y flamenco que, también nos recuerdan a Rosalía –por cierto, ¿cómo estarán todos aquellos que decían que la Motomami no iba a dejar huella dentro de la música?–, pero que no acababa de enganchar a la gente. Y, al contrario de Fusa Nocta, fue su directo el que encandiló a propios y extraños. Una voz potente y una actuación brillante, acompañada de esa puesta en escena emotiva a la par que magnética auparon a la de Elche hasta el micrófono de bronce. Merecidísimo.
Por último, actuaron José Otero y Vicco. El interprete de Inviernos en Marte pasó sin pena ni gloria por el festival, a pesar de contar con una gran voz, su canción no tenía esa vitola de eurovisiva y su puesta en escena dejaba mucho que desear. Pero lo cierto es que su tema tiene todas las papeletas de sonar en radiofórmulas, así que, tenemos nuevo artista en el panorama pop nacional. Y la única representante catalana, Vicco, se coló en el Top 3 de la final, su Nochentera es el tema que más reproducciones acumula del Benidorm Fest y, aunque todos nos lo vamos a poner en las fiestas, no era para nada eurovisiva. Su actuación no fue del todo brillante, pero el público y la pegadiza canción acompañaba, un gran reconocimiento para una artista que lleva más de tres años dedicándose a la música.
Por tanto, ganó la actuación que más brillante estuvo en todos los aspectos y que se diferenciaba totalmente de SloMo, del latino al flamenco, de globalización a patria, de Chanel a Blanca Paloma. La raíz sobrevivió al infierno de Agoney por muy poco, pero, siendo sinceros, sí había que llevar una representación flamenca a Liverpool tenía que ser la de ella. Y, aunque no ha existido esa acusación de tongo como el año pasado, sí que se ha establecido el debate en Redes Sociales y Bares de que Ea Ea no es lo que a Europa le gusta. Parece ser que poco –o más bien nada– aprendimos del Benidorm Fest del 2022, con todo un país en contra de Chanel, la de Olesa de Montserrat se catapultó hasta el tercer puesto del Festival de la Canción. Así que, permitámonos soñar y hablamos el 13 de mayo.
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