Shame

Shame eran turistas en su propia adolescencia, y su vida no tenía ningún parecido con una postal de un destino lleno de encanto y buenas vistas. La caída libre que fueron sus primeros veinte años de vida, en toda su gloria y desastre, acabó convirtiéndolos en unas de las mayores esperanzas de la escena post-punk. En 2018 llevaron su provocativo álbum debut Songs of Praise alrededor de todo el mundo durante casi 350 noches de conciertos implacables.

La banda intentó morder más de lo que podía masticar solo para demostrar que sus dientes eran lo suficientemente afilados para hacerlo, pero eventualmente, tuvieron que aprender a escupir. Luego vino la resaca. El líder de la banda, Charlie Steen, sufrió una serie de ataques de pánico que llevaron a la cancelación de la gira. Por primera vez, Shame se vieron obligados a soportar su nueva realidad y a afrontar el terror que les despertaba estar ellos solos en su propia compañía, lo que dio forma al segundo álbum, Drunk Tank Pink (2021), la reinvención de la banda.

Por primera vez, la banda no está profundizando en sí mismos, sino que busca capturar el mundo que los rodea. Una conversación después de uno de sus conciertos con un amigo provocó un pensamiento olvidado al que se aferró para la creación de este álbum: «Es raro, ¿no? La música popular siempre trata sobre el amor, el desamor o sobre ti mismo. No hay mucho sobre tus amigos». En muchos sentidos, este trabajo es una oda a la amistad y una recopilación de la dinámica que solo cinco personas que han crecido juntas y se han unido tanto, contra todo pronóstico, pueden compartir. Una celebración a la vida y a la forma en la que, al final, siempre nos necesitamos los unos a los otros.