C. Tangana y El Niño de Elche aterrizaron anoche en la televisión rompiendo todos nuestros esquemas. Y es que Pucho y Paco se subieron al escenario de Operación Triunfo para presentar por sorpresa Un veneno, una irreverente aproximación al bolero cubano, del que ya podemos ver también su videoclip dirigido por Álvaro Santos.

Puede que muchos se esperaran una versión en directo de Booty – hit junto a Becky G que ya supera los 50 millones de reproducciones en poco más de tres semanas – o quizá algunos de los éxitos más reconocibles de su repertorio. Pero el madrileño se plantó en escena para cambiar de guión y registro, interpretando un tema inédito junto a un artista como Niño de Elche, consolidado ya como uno de los grandes renovadores – y agitadores – del nuevo cante flamenco en España.
Lo más raro de todo: cantó sin casi filtros ni autotune, y arropado tan sólo por un sencillo set de guitarra, percusión y voz. Dice la discográfica que Antón Álvarez ha vuelto a ponerse a prueba para hablarnos de si mismo, del amor y de los fantasmas que esconde el éxito, a través de una historia contada al ritmo de uno de los palos más característicos de la música tradicional latina. Otro hecho muy curioso: el rapero dejó al presentador Roberto Leal con la palabra en la boca después de su actuación en el programa – reaccionó con un ¡hasta luego Maricarmen!, sublime -. Y es que los artistas que pasan por ese escenario acostumbran a añadir algunas palabras, a conversar un poco con el presentador, así como a dar mensajes de apoyo y ánimos a los concursantes. Tangana no. Cuando aún flotaba la última nota, salió del escenario para gran sorpresa de todos (triunfitos, cámaras, espectadores…) y – tiene guasa la historia – segundos después subió un stories a su cuenta de Instagram donde se le ve riéndose. ¿Puto genio o puto imbécil?
Sigamos. Porque casi al mismo tiempo que escuchábamos este nuevo single en directo, se desvelaba también por sorpresa su videoclip (baja un poco más para verlo). Una pieza que, igual que el propio track, surge como resultado de sus frecuentes visitas a la ciudad de Los Ángeles y de su encuentro con el director Álvaro Santos, un activo más de esa creciente comunidad de creativos españoles que conforman la autodenominada Little Spain de la ciudad californiana. Santos convierte a Tangana en protagonista de una sencilla historia de aire vintage y factura cinematográfica, que toma prestadas dos localizaciones históricas de L.A. como el hotel Chateau Marmont – máximo exponente del Hollywood clásico – o el Floridita – centro neurálgico del ambiente cubano y nocturno de la ciudad – para poner en imágenes este bolero y abrir de paso, una pequeña ventana al momento vital y creativo en el que se encuentra ahora mismo la carrera de Tangana.
Puede que hoy por hoy esa Little Spain siga siendo tan sólo una quimera. Pero Un veneno ha surgido en el momento justo para asomarse al colectivo que lo conforma, y encajar a la perfección sus diferentes criterios y formas de ver la creatividad. ¿Puede ser ese barrio español de Los Ángeles algo más que un simple espacio mental? C. Tangana y Santos lo tienen claro, y acaban de añadir una de sus primeras piedras en forma de bolero.
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