Han estado de gira por el país y este era su último show. No es la primera vez que se dejan ver por la península y todo apunta a que no será la última. Tal vez en el próximo tour podrían ir más a lo grande porque fans tienen: The Wave Pictures hicieron sold out en la Sala Sidecar de Barcelona. Presentaban su último disco Bamboo diner in the rain (Moshi Moshi Records, 2016), maracas incluidas. Las gafas de Franic Rozycki (bajo) derrochaban actitud.
– We love you!
“Oh, thank you so much”, dijo Dave Tattersall (voces y guitarra). Sonaba sincero. Con Just like a drummer (Instant Coffee Baby, 2008) demostraron que además de una banda, son una actitud ante la vida. Tienen esa alegría por vivir que tienen las personas a las que no les importa el qué dirán. Los de Wymeswold, en las profundidades de Inglaterra, tienen esta actitud como diciendo ‘yo voy haciendo, tiro millas, quizá soy un poco excéntrico, y qué, ya habrá alguien a quién le guste, o no, tampoco es que me importe demasiado’. Son tan genialísimamente de andar por casa que su correo es thewavepictures@hotmail.com, no es broma. Lo de este grupo es casi una religión.
Y gusta, gusta mucho. El Sidecar olía a jamón ibérico fermentado de tanta peña que había. A nadie parecía importarle demasiado porque encima del escenario se cantaban las canciones como himnos, aderezados con el mismo sonido que proporciona una botella de Anís del Mono. Jonny Helm (batería) tenía una camisa enrollada en su instrumento de tal manera que a casi cualquier humano le molestaría. Él tenía cara de bah, qué más da la vida. Comamos espaguetis y a pastar.
Jonny ganó mucho protagonismo de un momento a otro. Dave, el cantante, preguntó si lo veíamos desde atrás. Pidió un poco de soporte por nuestra parte. Y todos empezamos a corear animados “Jooooooonny, Joooooooonny”. “Do you like this band?”, dijo Jonny agarrando el micro. Y Jonny el batería empezó a cantar. Solo con la guitarra, el bajo y su voz, The Wave Pictures interpretaron Now you are pregnant, del sencillo Jonny helm sings que sacaron en 2010. Thank you Barcelona! You’re lovely and I love you! Probablemente Jonny sea el primer extranjero en la historia mundial que diga Barcelona, no Berselona.
El trío británico lleva desde 1998 dando guerra y nos tienen casi acostumbrados a un nuevo disco por año. Pero, si alguna canción es la mítica, esa es Spaghetti (Long black cars, 2012). Fue el clímax total, como una revolución. Toda la sala estaba bailando desinhibida. Luego vinieron los bises, más calmaditos. Like smoke (City Forgiveness, 2013) fue la elegida. Solo esta canción duró como diez minutos. Hubo un momento en el que todo el sonido se redujo a la voz de Dave, que cantaba casi como un susurro, mientras toqueteaba de manera apenas perceptible su guitarra, un repiqueteo que le aportaba un aurea casi mística al momento. Dos chicas se abrazaron de manera amorosa.
Luego la banda volvió a la caña con el estribillo y la peña acabó de volverse loca. Después de gritos y silbidos durante casi un minuto volvieron a salir. Un hombre de mediana edad bailaba desenfadado a mi lado. Metieron tanta tralla final que el Sidecar casi explota. Y con la sala mis oídos. Pero mola, me gusta estar al límite de una futura sordera. Le da un plus a la vida. Otro hombre – también de mediana edad – se acerca al escenario y les grita “¡muchas gracias!”. Y mira a su amigo y le dice “son buenos, ¿eh?”






Autores de este artículo

Paula Pérez Fraga

Aitor Rodero
Antes era actor, me subía a un escenario, actuaba y, de vez en cuando, me hacían fotos. Un día decidí bajarme, coger una cámara, girar 180º y convertirme en la persona que fotografiaba a los que estaban encima del escenario.