Filmin acaba de lanzar Filmin Jazz. Alabado sea. Otra gran maravilla de la plataforma. Tiene conciertos y documentales para rato. Tanto de jazz contemporáneo como de jazz clásico. Entre ellos de gente como Ella Fitzgerald, Nina Simone, Sarah Vaughan, Alice Coltrane, Miles Davis, Charlie Mingus, John Coltrane o Thelonious Sphere Monk. Ah, Monk. Siempre me ha fascinado su nombre, casi tanto como su música.
A Monk llegué por una feliz casualidad. Jason Newsted, entonces bajista de Metallica, lo mencionó en una entrevista y me picó la curiosidad. Justo la misma semana anunciaban en el Canal 33 que se podría ver el documental Thelonious Monk: Straight, No Chaser dirigido por Charlotte Zwerin (sí, sí, la codirectora del Gimme Shelter de los Stones junto a Albert y David Maysles). Una película producida por Clint Eastwood, uno de mis directores favoritos en aquella época y otro gran amante del jazz. Creo que fue el destino. Una señal. Tenía que descubrir a Monk. Straight, No Chaser es un interesantísimo documental realizado en 1988 que cuenta no solo con actuaciones en directo sino con entrevistas a su familia, amigos y compañeros músicos. Fue mi puerta de entrada al fascinante mundo de Monk.
A mi me gustaba el jazz, pero yo no tenía ni idea, así que de adolescente me fui a la biblioteca de mi ciudad y empecé a coger libros y libros de jazz, historia del jazz, biografías… Quería saber más y en aquella época no existía nada parecido a internet. Sí, soy así de carcamal. Luego me fui metiendo en la música poco a poco. Leyendo y escuchando. Ahí descubrí que me encantaba Count Basie, que adoraba a Billie Holiday, que la voz de Sarah Vaughan cantando A Foggy Day me daba muy buen rollo y ganas de viajar a Londres para ver al British Museum perder su encanto, pero sobre todo, entonces descubrí el bebop. Madre del amor hermoso. Esto es el jazz que me gusta de verdad. ¡Y pensar que en su época, muchos puristas echaban pestes de los músicos de bebop porque se salían de norma! ¿En serio?
En sus inicios el bebop fue visto con muy malos oídos, pero está claro que luego fue encumbrado con figuras como Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Max Roach y tantos otros, nótese la falta de mujeres en la mayoría de historia del jazz y del be bop en concreto, salvo si son cantantes. Pero ahí estaba la gran Mary Louis Williams como pianista experimentadora y como mentora de todos aquellos jóvenes músicos o la trombonista Melba Liston que hizo arreglos para Dizzy Gillespie, por ejemplo. O Kathleen Annie Pannonica Rothschild de Koenigswarter, la baronesa del jazz o baronesa Pannonica, mecenas del jazz. Nica para los amigos. Charlie Parker murió en su casa como podéis ver en la excelente película que Eastwood le dedicó al genial músico, Bird.
Todo esto lo aprendí después, mucho tiempo después. Porque a las mujeres prácticamente ni se las mencionaba en esos libros sino eran cantantes, puede que hablasen de Billie Holiday y Ella Fitzgerald, pero del resto si hablaban lo hacían muy escuetamente. Así que en mi descubrimiento del bebop no hubo mujeres, cierto.
Del bebop descubrí también algo más, pero tampoco tanto como del jazz clásico, claro. A Monk lo descubrí gracias a un bajista de heavy metal después de haber leído un buen puñado de libros de jazz, con eso creo que ya os lo he dicho todo. Pero con Monk me quedé. Siempre. Con sus famosos sombreros, con sus bailes mientras el resto de la banda tocaba, con sus tarareos cuando tocaba al piano. Me encanta escucharlo murmurar en sus grabaciones. Me quedo también con su extravagancia y con su personalidad introvertida. Con su aportación fundamental a la creación del bebop y con su originalidad y creatividad que le llevaron a crear un lenguaje propio.
Monk fue diferente. Único. No va a haber otro Monk. Era un genio. Si queréis descubrirlo os recomiendo encarecidamente que veáis el documental Straight, No Chaser. En Filmin podéis ver unos cuantos conciertos suyos del 63 y el 66. Así como muchos conciertos más de jazz clásico, contemporáneo, vocal… No os podréis quejar. Si queréis descubrir el jazz, es una buena manera de empezar. Sumergiros y dejaros llevar. Id probando, seguro que encontraréis algo que os guste. Y cuando lo hagáis, como decía Cortázar, sentaros tranquilamente en casa sin que nadie os moleste, poned un disco y escuchad. Os sorprenderá.
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