Clara Peya apareció con su perro Cornelia en el bar de Gràcia donde nos habíamos citado. Íbamos a hablar sobre su nuevo disco Oceanes (Temps Records, 2017) o sobre su próximo concierto el 3 de diciembre en el Teatre Principal de Badalona. Pero la conversación fue derivando a feminismo, referentes actuales y cómo encajan las luchas sociales en la industria de la música.
Para empezar. ¿Cómo te organizas para poder haber sacado siete discos, tener tu propia compañía de teatro, hacer colaboraciones con otros artistas…? ¿Y… cuántas cosas más?
Mi vida es un tetris. Ahora mismo estoy haciendo un nuevo disco que presentaremos en otoño del año que viene. También girando con el espectáculo Pluja, con Guillem Albà. A tope por supuesto con la compañía en la que trabajo, somos yo y mi hermana, Les Impuxibles. Actualmente estamos metidas en las giras de dos espectáculos y creando uno nuevo. Y compaginando todo esto con muchos bolos y muchos ensayos. Así que un lío.
¿Tienes un tip para ser tan productiva?
Soy hiperactiva. Hago meditación y yoga para calmarme, pero el resto del tiempo estoy realmente a tope. Bueno, este año me he enganchado a una serie, que esto es muy raro que me pase.
¿Cuál?
The handmaid’s tale (El cuento de la criada). Es de HBO. Es una serie con conciencia, feminista y con crítica.
Ahora que hablas de feminismo. En el tema Oceanes hablas de “princesas indomables”. ¿Puedes explicar un poco este concepto?
Yo reivindico la princesa indomable. Las mujeres no tienen que ser ni delgadas, ni rubias, ni elegantes, ni discretas. Yo reivindico que las mujeres hablen, se expresen, se rían, chillen; que puedan tener el cuerpo que quieran, no pertenecer a nadie, no tener que entrar dentro de un patrón… Yo reivindico que la gente sea como quiera ser. Todas las posibilidades están bien, pero que sean auténticas. Que la opción que escojas sea tu verdadero yo. Esto ya sé que es complicado en la sociedad en la que vivimos y más si eres mujer, porque tenemos siempre muchísima presión, por eso lo reivindico. Ojalá el mundo sea una plaga de princesas indomables.

Y sobre las mujeres en la música. Hace poco vi un informe de Ticketea que daba un dato alarmante: En casi un 80 % de los conciertos con más entradas vendidas de España no había mujeres como artista principal. ¿Qué opinas de estos datos?
Me lo creo totalmente. Es muy difícil ser mujer en el mundo de la música. Hay mucho camino por hacer. Para empezar, es realmente complicado que los programadores contraten a chicas. “Es que no hay, entonces tenemos que programar chicos”, dicen. Eso es mentira. Hay, tú no las conoces porque nadie las programa, pero sí que hay. Hay artistas de mucho nivel. Yo creo que hay que poner cuotas. Mitad chicos mitad chicas.
¿Sí? ¿Tú dirías que la solución es regularlo así?
Absolutamente y con todo.
¿Como hacen en Estados Unidos, que las empresas deben tener como mínimo a una persona afroamericana en plantilla?
Por ejemplo. Es que esto es importantísimo para acabar con el machismo y para acabar con el racismo. En fin, no solo pasa en la música. En teatro también las cuotas dan pena. Hay que programar direcciones de mujeres, dramaturgias de mujeres, obras donde el personaje central sea la mujer y que no giren en torno a los personajes masculinos… Hay mucho curro por hacer.
Pues sí. Pero también es verdad que las artistas jóvenes están cambiando un poco este paradigma.
Está llena de chicas la industria. Pero para mi lo importante es que se cambien los roles, por ejemplo, que los músicos de una banda sean chicas y el cantante sea chico. Estoy contigo en que poco a poco se va cambiando, porque hay muchas mujeres que luchan por ello: Carmen Zapata (CurtCircuit, ASACC), Marta Delatte, Silvia Martínez (Esmuc), o Festival Músiques Sensibles, el colectivo Mujeres y Música (MYM)… Y, volviendo al tema de los roles, es importante que las mujeres salgan del encasillamiento de cantante dentro de un grupo y que toquen la batería, el bajo, etc, o que ellas sean las totales protagonistas.

Pero ya hay mujeres que solo son ellas: Rihanna, Lady Gaga, Lorde, Bad Gyal… Hay muchísimas y de todos los estilos.
Sí, pero lo que le suele pasar a las artistas tipo Rihanna es que son un producto. Y sus letras son machistas. Lo que necesitamos son referentes concienciados. Hay un videoclip de la Lady Gaga que habla de los abusos en los campus universitarios (Til it happens to you). Pero cantantes que están ahí moviendo el culo y dicen cosas que no incitan al cambio… No me interesa.
Bueno, a ver. Es que este es otro tema. Porque mover el culo…
Sí, es otro tema. A mi me encanta el twerking. Pero no se trata de eso. Si las chicas consiguen visibilizarse y ser líderes hay mucho ganado, pero lo que necesitamos es conciencia. Te hablo de mensajes comprometidos que vengan de referentes.
¿Cuál dirías que es tu artista referente en materia de feminismo?
Wow… Björk. Es un referente para todo. Para mi es Dios. Me parece una jefa.
Sobre tu disco, mezclas la música clásica (piano) con la moderna (rap y electrónica), además de danza en el videoclip. Cuéntame un poco cómo casas todo esto con el agua y que el conjunto tenga sentido.
Las etiquetas no me gustan, así que esto no me limita. Lo que intento es que la coherencia del disco sea por discurso, por temática y por sonoridades. Mi pianismo es cierto que es poco clasificable porque bebe mucho del clásico pero también del moderno.
Sí, lo he llamado música clásica para entendernos.
Lo entiendo. Y sí que hay parte de clásica. De hecho, muchas de mis influencias son clásicas. Pero el lenguaje que tengo no es el mismo. Y la electrónica le da este aura de agua. Yo creo que a la hora de crear música los límites te los pones tú, pero sí que debes romperte la cabeza para que todo tenga un sentido. Sobre todo si te gusta que las canciones tengan carga social y concepto.
Para finalizar, me has dicho que no te mola etiquetar tu música, pero es inevitable, ¿cómo te gustaría que te definieran?
Lo que yo hago es más una experiencia para vivir en directo que para escuchar en un disco. No lo he elegido así, sino que siempre me ha ocurrido. Pianista, compositora, feminista y creadora comprometida… No sé jaja.

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