Viene de unas tierras bastante gélidas y canta. Aunque sus hits casi comparten el mismo título, no es la de Frozen: estamos hablando de Mike Rosenberg, Passenger para el mundo. Un mundo que, como el propio cantante reconoce entre risas –por eso de río por no llorar–, cree que solo tiene un álbum. Aunque eso sería decir demasiado, el mainstream cree que solo tiene una canción: Let her go. Y es que es casi la única que ha salido por la radio en los últimos siete años. Pero lo cierto es que cuenta con diez discos desde 2012 y hoy los reivindica en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
«Esta no será la hora y media más divertida de vuestra vida», advierte. Es curioso que al cantar sea una persona entristecida pero al hablar se le despierte su vena monologuista. Después de advertir la catarsis que se avecina, empieza con Fairytales & firesides. A partir de aquí, somos sus títeres. Intentando no resignarse a ser un cantante melódicamente nostálgico con un público llorón, va instando a que nos levantemos, aplaudamos y convirtamos el refinado Liceu en un pub que rebosa jolgorio. Una invitación no muy conseguida, pues logro ver ojos vidriosos a mi alrededor mientras interpreta temas íntimos y trágicos como To be free, canción dedicada a sus padres, quienes estuvieron en un campo de refugiados durante la Segunda Guerra Mundial. Como él mismo expresa, todo es muy «fucking depressing».
Tener una voz igual de refinada y meticulosa que el Liceu le permite alejarse del micrófono y emocionar sirviéndose solo de su guitarra. La marcha que no tiene el británico cantando, la tiene con la guitarra, a la que toca de una forma brillante hasta sudar. Sin ser supersticioso, trece son las canciones elegidas para la noche, con un gran popurrí. Canta Hate modificando un poco la letra, añadiendo alguna que otra maldición inédita a Trump. Y obviamente hay lugar para Let her go, la canción que le ha permitido actuar en lugares como el de esta noche, después de haber cantado durante mucho tiempo en la calle. Como él expresa: un sueño.
Otra imagen onírica: el público se ha despegado de los barrocos asientos y se acerca al escenario para corear Holes. Ha tenido que llegar el bis para que ocurra esto. Esperemos que Passenger no necesite llegar al bis de su carrera para que el público general coree más temas además de Let her go.





Autores de este artículo

Jessica Cobos

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.