El pasado viernes, el Palau Sant Jordi de Barcelona vibró con la enérgica presencia de Rels B en el marco de su gira “a new star world tour”. Un espectáculo que no solo confirmó su estatus como una de las figuras más destacadas del panorama musical actual, sino que también dejó momentos memorables para todos los asistentes.
La llegada al recinto estuvo marcada por una intensa lluvia y una organización deficiente, lo que generó confusión en las colas de acceso. Sin embargo, la espera se hizo más llevadera gracias a la selección musical previa al concierto, donde los ritmos latinos y la salsa anticipaban una noche de puro fuego y movimiento.
Un arranque espectacular
Veinte minutos después de la hora prevista, el recinto completamente lleno enloqueció con la proyección de un video del Rels B tomándose las uvas en Fin de Año, seguido de imágenes suyas en el backstage dirigiéndose al escenario. La elección no fue casualidad, ya que arrancó el show con 1 de enero, Punta Cana.
El escenario, que a simple vista parecía lo que podría ser una simple mesa de DJ, escondía una sorpresa: un gran cilindro que se elevó para elevar al artista, desatando la euforia del público. Con su ya icónico “¡Buenas noches, Barna!”, el mallorquín dio inicio a una velada inolvidable.
Producción visual e interacción con el público
‘SkinnyFlakk’ nunca se conforma con lo básico, y su puesta en escena lo demostró. Además de la pantalla gigante tras él, contaba con una extensa pasarela que finalizaba en un pequeño escenario adicional. Esta vez, duplicó el número de coristas respecto a su última gira, alcanzando los seis acompañantes vocales, y sumó un cuerpo de baile, aunque se hizo notar la ausencia de Itchy & Buco Sounds. Entre sus coristas, destacó la presencia de Nely, quien ha acompañado al mallorquín en numerosas giras y fue mencionada especialmente por el artista durante el concierto.
Desde el inicio dejó claro que su show sería pura energía. “Sin público no hay show”, gritaba, marcando el que sería el lema de la noche. Tras comenzar con temas de su último disco, regresó a AfroLOVA’23 con Un Rodeooo y Sin Gato (MIAU!), encendiendo aún más a la multitud con su pregunta: “¿Dónde están las gatas en Barna?”. A medida que el público se sumergía en el espectáculo, él reafirmaba la conexión con frases como “¡Barna está caliente, caliente!”.
Un homenaje a sus raíces
Durante todo el concierto, Daniel Hereida hizo múltiples referencias a su origen. Con orgullo, mencionó su tierra natal, Mallorca, destacándola como “De la isla pa’ el fucking world” y recordando que Barcelona fue la primera ciudad fuera de Mallorca donde actuó, (Siempre tendrás una casa aquí, Dani).
El misterioso cilindro del escenario resultó ser también una pantalla donde se proyectaban imágenes de su rostro, letras de canciones y hasta la bandera de su isla. La potencia del espectáculo visual se sintió especialmente en temas como cómo dormiste?, y se elevó aún más con la primera gran sorpresa de la noche: la aparición de Lia Kali para interpretar juntos La vida sin ti, un momento emotivo que tocó el corazón del público.
Un artista cercano y agradecido
Uno de los rasgos más genuinos de Rels es su humildad. Proveniente de una familia trabajadora, nunca olvida de dónde viene, y entre canciones aprovechó para presentarse por si alguien en el público aún no lo conocía. “Barcelona, la idea de este show es conocernos un poquito todos”, comentó, recordando sus inicios con Tienes el don.
Acompañado de Omar Alcaide, con quien ha trabajado desde siempre, regaló un momento íntimo con Te regalo, solo con la guitarra, dejando claro que, aunque le encanten los efectos y el fuego, su talento brilla sin artificios. Posteriormente, interpretaría con Omar también, esta vez a piano, SHORTY QUE TE VAYA BN.
Innovaciones escénicas y un show vibrante
Las sorpresas continuaron. En Detrás de la mesa del DJ, el espectáculo ganó dinamismo con efectos de luces impactantes. En Un Desperdicio, los focos iluminaron el escenario con los colores de México, mientras que Me gustas natural llenó el recinto de enormes pelotas que hicieron participar al público. En un momento más introspectivo, Daniel se encerró en el cilindro para interpretar Se apaga/me apago, transmitiendo visualmente la ansiedad y la desconexión que la fama puede traer.
Despúes de más de la mitad del show, el cantante confesaba a la muchedumbre “No quería gafarlo y por eso no he dicho nada al principio, pero ando con una gripe que flipas, espero estar dando la talla en esto. doy todo de mí”. Aunque su energía no decayó en ningún momento y nadie sospechó nada. Además, aprovechó para hablar sobre el amor, la importancia de cuidar a los seres queridos y sobre su futuro matrimonio, al terminar Me olvidé de los dos con un emotivo discurso.
Un final de altura
Hacia el final, el artista agradeció a su equipo, a su banda y, sobre todo, a sus seguidores. Con Buenos Genes, el público cantó a pleno pulmón, a lo que el artista respondió con un entusiasta “¡10/10 Barna, 10/10!”.
El show culminó con a new star (2 0 2 4), donde en la pantalla gigante se proyectaron imágenes de él formando la figura de una estrella, simbolizando lo que quería representar, acompañado de unos focos que iluminaban la a cada uno de los asistentes al concierto, dejando caer que cualquiera de los presentes podría ser la próxima gran estrella. Con una sonrisa inmensa, se despidió dejando claro que, aunque pisara un escenario gigante, en su esencia seguía siendo un niño emocionado viviendo su sueño.










Autores de este artículo

Judith Melián Paredes

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.