¿Cuánto hace que no te acuestas en el sofá y te dedicas un poco de tiempo? Sin televisión, sin móvil, simplemente una lámpara, una manta y música. Aquí te proponemos varios moods, una lista de novedades donde podrás encontrar varias gamas desde el disco más relajado hasta el más ardiente.
Además no somos novatos en esto de las novedades. Tenemos listas de discos para dar y regalar: a continuación las novedades de febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio – agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre, así como la lista de los mejores discos de 2017.
DJANGO DJANGO – Marble skies (Because Music, 2018)
No sé qué se han metido, pero tomaré lo mismo
Para este enero de 2018 me hacía especial ilusión comenzar con las reseñas de la forma más coñazo posible: citando cultura clásica, y Django Django me ha dado la excusa perfecta para hacerlo. El cuarteto británico paría hace cuatro años Born under Saturn (Because Music, 2014), un título que bebe de la mitología greco-romana -¡gracias chicos!- y que hace referencia a nacer con una predisposición innata a la melancolía y al humor pesado. Con esta influencia astral se han sentado a mirar el cielo -o la encimera de la cocina del estudio de grabación-, han visto que era de mármol y lo han usado como inspiración para el título de su tercer disco: Marble skies (Because Music, 2018). Diez piezas de psicodelia, sintetizadores y electrónica, algo que predecía el videoclip del segundo adelanto del disco In your beat, que ha tenido como director de arte al grandísimo Brodie Kaman y que es una auténtica fumada vaporwave y Tic, Tac, Toe -que probablemente debido al empacho psicodélico que siento tras haber escuchado el disco un par de veces- recuerda a First light, hit de disco anterior. Cositas a visitar de este disco: las guitarras que rompen con tanto sinte al principio de Further, el rollito de pseudohacker que ha decidido dejar de intentar piratear la web de Domino’s Pizza y se ha puesto a componer de Real gone y la pandereta -¿es una pandereta?- del comienzo de la canción homónima al disco. Briconsejo final: consumid este disco con moderación y si puede ser, acompañados de alguien que os eche un ojo. Bon appetit.
Por Carlota Purple.
SHAME – Songs of praise (Dead Oceans, 2018)
Debut exitós: El post-punk per relatar històries
El 2018 és testimoni del debut de Shame, grup format pels joves Eddie Green, Charlie Forbes, Josh Finerty, Sean Coyle-Smith i Charlie Steen. La nova aposta de Dead Oceans originària de South London irromp amb força en el panorama musical amb Songs of praise, treball produït per Dan Foat i Nathan Boddy. Songs of praise és post-punk i alternatiu. Els britànics es desmarquen del mainstream per posar sobre la taula una proposta diferent. I completa en tots els sentits: la música, la lletra i la manera de transmetre del cantant mentre entona cadascuna de les 10 peces que conformen Songs of prise expliquen històries en una sinergia natural. Consegueixen, fins i tot, que el gènere soni sexy en peces com Gold hold i, d’altra banda, utilitzen cançons com Tasteless per criticar aspectes de la societat com l’individualisme. Imprescindible escoltar també Dust on trial, Friction, Lampoon i Angie. La rebuda general ha estat positiva, amb valoracions molt favorables de mitjans de comunicació com Clash, The Guardian, New Musical Express (NME), Pitchfork, Record Collector, Mojo o DIY. Es trenca amb el mite de que la música de guitarra ja no pot ser innovadora, ni excitant ni amb lletres realment colpidores, com remarcava NME fa uns diez: “This is a band with real sense of showmanship, as those who have witnessed Shame’s sweat-slicked live shows will know. It’s this that makes Songs of praise utterly invigorating”, valorava la revista.
Per Anna Martín.
CALEXICO – The thread that keeps us (Epitaph, 2018)
Es por ti, música mía, que yo me aferro a la vida
Los chicos de Calexico son gente genuina a rabiar. Este septeto tex-mex de Arizona lleva dos décadas haciendo música -sí, haciéndola, con las manos, como se hacía antes- y deleitando al público con su extraordinario eclecticismo y su capacidad para crecer y expandirse. Desde que se presentaron al mundo con el fantástico The black light (Quarterstick, 1998), que fue su segundo álbum, han ido sumando disco tras disco manteniendo siempre un nivel muy alto (quizá tocando su punto álgido con Carried to dust y bajando un poco el ritmo con sus dos últimos trabajos, Algiers y Edge of the sun, en los que tuvieron alguna que otra dificultad para hacer progresar su sonido).
En su séptimo disco, The thread that keeps us (Epitaph, 2018) los chicos de Calexico retoman un poco la globalidad de su producción musical y se preguntan algo así como: “¿qué es lo que nos mantiene aquí, creando, haciendo música a estas alturas de la vida?”. La respuesta son quince canciones que funcionan como tormenta. Son ellos lanzando preguntas y respuestas de forma salvaje, mezclándolo todo y creando un producto que, al terminar de escucharlo, te hace querer salir corriendo al primer concierto suyo que haya planeado, para ver en directo ese espectacular juego instrumental que se traen entre manos. Si no habéis visto todavía en vivo a Calexico, os aseguro que el de recomendaros encarecidamente que lo hagáis es el mejor consejo que servidor puede daros hoy.
Por Adrián Viéitez.
BØRNS – Blue Madonna (Interscope, 2018)
¿Qué pasa después de la dopamina?
Después de subir a casa a presentarse por primera vez hace tres años con Dopamine (Interscope, 2015) Garrett Borns (BØRNS) vuelve con muchísimas personalidades para no decepcionar a los suegros con algo distinto a lo que se vio de primeras. Blue Madonna (Interscope, 2018) combina demasiados géneros en un intento de gustar a tantas personas como sea posible. Rock, pop, funk… en un buen desfile de agudos, eso sí, y con falsetes sintetizados bien armonizados (I don’t want you back). Letras que en general empiezan relajadas, pero acaban dando giros. Sin acabar de disfrutar de la mención que le hizo Prince en su día, parece que en el nuevo LP ha querido promocionarse un poco más al colaborar con Lana del Rey (God save our young blood). Y, hablando precisamente de sangre, se queda en un tema muy horchata con dos voces que se unifican en una melodía pasiva sin algún otro matiz que impresione. El álbum pasa volando con 12 temas con una última canción que cierra místicamente el LP con Bye bye darling. ¿Acabarán los suegros dándole el visto bueno al final o será realmente un adiós?
Por Jessica Cobos.
CAMILA CABELLO – Camila (Epic Records, 2018)
De producto prefabricado a princesa del pop latino
Digo Cuba y piensas en La Habana. Digo Camila y piensas en Havana… “Ooh na-na”. A sus veinte años Camila Cabello ya se ha convertido en un icono del pop millenial con su tema estrella inspirado en la capital de su tierra natal e incluido en su álbum homónimo Camila (Epic Records, 2018). Incluso el expresidente estadounidense Barack Obama incluyó la afamada canción en su lista de temas favoritos.
¿Pero de dónde viene y a dónde es que va esta joven cubana de raíz y estadounidense después? Sus primeros pasos en la industria los dio con Fifth Harmony, una banda adolescente de la ya sobrepasada fast-music y nada menos que un experimento del programa The X Factor. Cabello se perdía en un quinteto que tarde o temprano iba a patinar. Pero antes de que eso sucediese tomó la decisión que la catapultó al éxito: irse, para no volver. Con ellas, vaya. Porque regresó, y lo hizo para triunfar como solista en tan solo un año. Con She loves control parece cantar a esta liberación mientras afirma que quiere ir a su aire. De 2016 a hoy, Camila Cabello ha sufrido una evolución tan camaleónica y fulgurante que su caso podría ser de estudio. ¿Marketing? ¿Suerte? ¿Talento? Quizás uno de esos elementos. Quizás todos. O quizás ninguno. Mas el caso es que aquí está. A sus veinte años dando sus primeros pasos como una posible futura reina del pop latino.
Obama la habrá incluido en su lista de fundamentales, pero las generaciones de 15 a 25 también. Touché.
Por Sara P. Seijo.
THE ACADEMIC – Tales from the backseat (Room 6 Records, 2018)
Rock hecho por y para teenagers
Ensayos en el garaje de tu vecino, una guitarra eléctrica por tu cumpleaños y ese amigo que siempre quiso tocar la batería para convertirse en estrella del rock. Cuando se juntan sueños adolescentes y el amor por las tres ‘t’: The Strokes, The Killers y The Kooks salen cosas tan geniales como The Academic. Los irlandeses debutan con su primer elepé, Tales from the backseat (Downtown, 2018). En él, recogen canciones escritas en su adolescencia y alguna novedad para los ya seguidores de su particular jangly pop rock que les desmarca de las demás bandas actuales. Todos los grandes fueron debutantes alguna vez y The Academic promete. La alegría que desprende Why can be friends o la pegadiza letra de Bear claws. La aparente sencillez liberadora en Different y la esperanza en Northern boy, sobre no tener miedo, y, por qué no, acabar con la vibrante Permanent vacation. Un disco desenfadado que no podrá faltar en tu playlist este mes.
Por María del Río.
BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB – Wrong creatures (Vagrant, 2018)
Vuelta al pasado con BRMC
Cinco años han pasado desde que Black Rebel Motorcycle Club presentasen su Specter at the feast (Abstract Dragon, 2013) y parece que el tiempo no haya pasado por ellos. Los californianos, esta vez, nos han presentado una docena de temas dentro de este Wrong creatures (Abstract Dragon / PIAS, 2018) y siguen consiguiendo mantener ese sonido atemporal que los ha caracterizado desde que comenzasen sus andaduras allá por 1998. En el disco podemos encontrar tanto temas con un sonido más sucio, como Spook, y composiciones de corte más lento, como es el caso de Haunt o Circus Bazooko, que quizás llegan a romper un poco el ritmo del trabajo, pero que terminan por encajar en él. Por otra parte, a medio disco, parece que el grupo haya querido homenajear a U2, porque Echo tiene un sonido, tanto instrumental, como vocal, muy similar al de los irlandeses. En definitiva, la banda ha querido tratar de volver a sus raíces, con sonidos que mezclan la psicodelia, el rock y unos pequeños acercamientos a lo eléctrico, y el resultado ha sido una docena de temas que, seguro que gustarán tanto a sus fans de siempre, como a quien acabe de conocerlos.
Por Ana López.
ANDERSON EAST – Encore (Low Country Sound / Elektra, 2018)
Un bis para la cuesta sentimental
Mariah Carey, todo empezó contigo y el ‘’All I want for Christmas is you”. Pero esa ilusión termina. Y aparece George Michael a recomponernos de nuestro amor pasajero, de ese beso debajo del muérdago. Llega enero y su cuesta económica, intersemestral en la Universidad, existencial… Pero ¿qué pasa con la sentimental? Tengo la respuesta: Encore (Low Country Sound / Elektra, 2018). Anderson East es lo que necesitas. El nuevo trabajo del americano es como un rompecabezas en el que todo encaja: esquemas de rock y blues con toques R&B y electrónica. Baladas y desamor en Without you y la tristeza en la letra de If you keep leaving me pero que, aun así, escuchas una y otra vez. Alternando con un mood distinto en Girlfriend o Somebody pick up my pieces. El pegadizo Sorry you’re sick y Surrender. Acabando con el teclado en Cabinet door y la declaración de amor que esconde. Un total de 11 temas que te acompañarán en esta cuesta, porque, como dice en King for a day: “Love don’t come easy and it don’t come cheap”, pero al menos así se hará más llevadero.
Por María del Río.
NACHO CASADO – Verao (HiddenDIY / Autoeditat, 2018)
Sobrietat encantadora
Nacho Casado deixa enrere La Familia del Árbol que formaven amb Pilar Guillén per presentar el seu primer disc en solitari, Verao (HiddenDIY/Autoeditat, 2018). També deixa enrere amplificadors, bateries i teclats i ens transporta a un vespre de setembre amb l’única companyia d’una guitarra acústica, un contrabaix i la seva veu hipnòtica. A través d’aquest format acústic en què hi trobem una presència destacada de la bossa nova i el folk, el músic ens parla amb nostàlgia i delicadesa d’un estiu que està a punt d’acabar. Cançons intimistes que t’aïllen durant una estona de la ciutat i el seu ritme frenètic per fer-te parar i inundar l’habitació de calma i melancolia. Verao és un disc que demana tota l’atenció de l’oient, perquè tot i la sobrietat instrumental, les cançons tenen una càrrega sentimental que fa difícil escoltar-les de passada sense entrar-hi de ple. Onze records d’estiu fets cançons.
Per Nil Boladeras.
RYAN O’REILLY – I can’t stand the sound (DNA Records, 2018)
Ecléctico a primera vista
Ryan O’Reilly regresa a nuestros oídos como esa voz que nunca dejamos de escuchar, a pesar de ser su segundo largo. Fácil y deliciosa de escuchar. Poco esfuerzo debe hacer uno para cerrar los ojos y echarse a disfrutar. Quedamos invitados, con I can’t stand the sound (DAN Records) a un disco de esos que atienden a la eficacia de lo sencillo. Un álbum por capas. Con mil atmósferas o, mejor dicho, diez. Avanzo entre los cortes y me pregunto qué hilo conectará ese primer, único y bailable Don’t you know that con la dulce Conversations y aquellas que las siguen. Esa es, permitidme decirlo, una de las virtudes que más fascinan de cualquier obra. La necesidad de bucear entre las melodías y sílabas de cada canción.
Por Blanca Olivella.
NATHAN HUSSEY – Hitchens (Equal Vision Records, 2018)
Una experiencia íntima y personal
Hitchens (Equal Vision Records, 2018) es el primer proyecto en solitario del que fuera cantante del grupo de rock All Get Out, Nathan Hussey. Su creatividad y constancia, sin parar de escribir canciones, es lo que le ha llevado a gestar el material suficiente para firmar este LP que salió del cascarón el pasado 12 de enero. Armonías ajustadas y letras inteligentes envueltas en un ambiente íntimo cargado de experiencias personales. Así es Hitchens, un ensayo lírico, una reflexión en 10 canciones, un disco que se desnuda para hablarnos de todo: de la preocupación, del tiempo, de la vida, y de la condición humana. Perfecto para un domingo de resaca, de lluvia, o de café y buena compañía.
Por Sara Ferco.
FIRST AID KIT – Ruins (Columbia Records, 2018)
Una buena excepción
Drama, corazones rotos, melancolía; pero también esperanza, luz y belleza. De alguna manera First Aid Kit ha conseguido representar todos estos temas en su nuevo disco, Ruins (Columbia Records, 2018). Si evitamos entrar en aspectos de gustos personales sobre el género, y poniéndonos muy personales, una de las reacciones que me ha salido al escuchar el disco es – y lamento la simplicidad – madre mía. Madre mía, la armonía que consiguen con las voces, el ambiente de las guitarras, la imagen mental que crean los ritmos. El disco es un retrato precioso del country folk americano. Puede que canciones como Postcard sean demasiado country simple y puro, de esas a las que no consigues encontrarles una personalidad. Pero si nos fijamos en Rebel heart, Hem of her dress o Ruins encontramos temazos que trascienden el género. Si crees que eres demasiado europeo, demasiado rockero, demasiado electrónico para escuchar country, las hermanas Söderberg son una buena excepción para deleitarte con uno de los géneros más conocidos de la música americana.
Por Nadia Dubikin.
PANDA BEAR – A day with the homies [EP] (Domino, 2018)
Las apariencias engañan
A pesar de lo que pueda parecer, A day with the homies (Domino, 2018) es un trabajo profundo y, en parte, oscuro. El nuevo EP de Noah Lennox (miembro fundador de Animal Collective), más conocido como Panda Bear, se compone de cinco temas que, a primera vista, parecen ser piezas dispersas. Sin embargo, las apariencias engañan. Y es que detrás de este título que podría sonar banal, detrás de estas canciones que parecen no tener conexión sonora o narrativa alguna, se esconden una serie de preguntas y de mensajes profundos, relacionados con la existencia del ser humano y la sociedad en la que vivimos. “We don’t share at all, why are we telling them to share it all”, se interroga Lennox mientras suenan los últimos segundos de Flight, un tema con ritmos alegres y desenfadados, y una letra aparentemente banal. “Stop making it about your shit, we’re all gonna be six feet in the coldest ground”, espeta en Part of the math mientras una guitarra eléctrica emite sonidos distorsionados. Sunset, la última canción del EP, contiene a su vez una serie de preguntas que pueden ser vistas como reflexiones existenciales o propias del momento. El resultado final: un vinilo que puede verse como un diario en el que Lennox vuelca sus preocupaciones y las dota de una forma artística para que puedan funcionar, cómo él dice “como consuelos o compañeras”.
Por Marina Montaner.
WIND ATLAS – An edible body (Hidden Track Records, 2018)
Una crisis existencial en un disco
Su álbum más experimental hasta la fecha, así define Wind Atlas su último lanzamiento, un disco en el que explorar nuevos sonidos y nuevos ritmos. Después de que se fuera el bajista de la banda, decidieron meterse a la electrónica. Probar cosas nuevas, y dejar atrás el pasado. Un buen quiénes somos y a dónde vamos. La duda existencialista es la marca de An edible body (Hidden Track Records, 2018) el hilo conductor de un disco casi caótico. En sus diez canciones encontramos ritmos suaves y frenéticos. Sonidos indescifrables. Cantos que parecen ancestrales, en los que las palabras se pierden. Diez canciones en las que la mayor constante es no entender muy bien qué está pasando. Imposible no hacerse esas preguntas, y más cuando después de un par de canciones ya te has dejado llevar por el rollito paranoide del disco. Amantes de lo underground y de los viajes espirituales, es para vosotres.
Por Miguel Souto.
YOUNG DREAMS – Waves 2 you (Blanca Records, 2018)
Olas con demasiado autotune
El sonido del mar es el protagonista de Waves 2 you (Blanca Records, 2018), el nuevo disco del grupo noruego de dream-pop Young Dreams. Un sonido que está presente en todas las canciones del álbum, pero que marca su presencia por completo en Sea one y Sea two. Eso sí, acompañado siempre por los efectos electrónicos que caracterizan a la música de la banda. El grupo, liderado por el cantante Matias Tellez, llega con este segundo álbum tras debutar hace cinco años con Between places (Modular Recordings, 2013). Ambos tienen sonidos electrónicos pero, seamos sinceros, Waves 2 you no es fácil de escuchar. Es cierto que las primeras tres canciones (Cells, Wildwind y My brain on love) consiguen engancharte con su melodía, pero, llegados al cuarto tema, el autotune es constante hasta que en Sea two llega a ser desagradable. Consiguen recuperarse con Le futur qui passe, pero vuelven a caer en lo mismo con Astral plane. Y con el cierre, Take my lungs, los perdemos durante los siete minutos que dura la canción, con un ritmo lento y más autotune.
Por Celia Sales.
THE SHINS – The worm’s heart (Aural Apothecary / Columbia Records / Sony Music, 2018)
¿Qué te aflige, James Mercer?
The Shins no destacan especialmente por ser un grupo prolífico. Desde su álbum debut, allá por 2001, estos chicos -ya no tan chicos- de Alburquerque no han sacado más que cinco álbumes de estudio. Yo, personalmente, les comprendo: es muy difícil saber por dónde tirar después de que tu disco de iniciación, ese Oh, inverted world, sea una rotundísima y globalmente aplaudida obra maestra del indie pop, el rock alternativo, el surf rock y todos los géneros extraños que se le atribuyan. Uno escucha New slang y Caring is creepy, por quedarse con los singles, y se da cuenta de que está escuchando algo enorme, gigante. Una obra digna de un grupo verdaderamente portentoso. De un modo similar a lo que ocurrió con el Is this it de los Strokes, a The Shins les pesó ese sobrenatural arranque. Sus dos siguientes discos, Chutes too narrow y Wincing the night away, mantuvieron bastante bien el tipo, quizá por la inercia, pero lo cierto es que Port of Morrow y Heartworms, sus dos únicos trabajos en los últimos diez años, dejaron ya el rastro de un grupo ligeramente aplastado por sus propias expectativas.
Y en medio de la medianía de la acogida de su último álbum, a James Mercer, líder y alma máter de The Shins, se le ha ocurrido sacar a la luz The worm’s heart (Aural Apothecary / Columbia Records / Sony Music, 2018) un álbum en el que coloca todas las canciones de Heartworms en el orden inverso y proporciona a cada una de ellas un estilo musical diferente, aunque manteniendo la melodía. El resultado: un pastiche curioso y raro de escuchar. Desconocemos si detrás de todo esto se halla escondida la sombra de un artista que busca deconstruir su fracaso y encontrar su motivo. Eso solo lo sabe el propio James Mercer. Alguna explicación habrá a esta locura.
Por Adrián Viéitez.
TOTEKING – Lebron (Sony, 2018)
Manteniendo posición, estilo y sentido crítico
Dos décadas rapeando y ToteKing es todavía referencia del género en español. Y eso quiere demostrar en su último trabajo titulado Lebron (Sony, 2018). En un total de 17 piezas – en las que han colaborado artistas como Green Valley, Erick Hervé, Rozalén, Andreas Lutz o su propio hermano Shotta, así como producciones de Cirujano, Tone Mason, Mezkla Dohnaire o Manu Beats – el consolidado rapero emplea sus letras para expresar que, pese a su larga trayectoria, sigue estando ahí. Puzzle y Libera el estrés son claros ejemplos de ello y el propio cantante así lo remarcó hace unos días en una entrevista en Público: “Decirle a la gente que no se confunda, que sigo llenando salas, que sigo comiendo del rap”. Pero, sobre todo, Lebron es un álbum de rap clásico en el que ToteKing hace lo que mejor sabe hacer: dar importancia a las palabras, al contenido, en un intento por abrir los ojos a una sociedad de la que critica diversos aspectos. Entre otras cosas, superficial y machista (Ellas está precisamente dedicada a las mujeres). Y lo hace sin casarse con nadie, claro queda en la letra de Nada es seguro. “Yo escupo para todos, yo no tengo target”. El rapero ha preferido mantenerse fiel a su estilo, ser honesto consigo mismo, aunque eso conlleve ser menos comercial. El debate interno que esto le ha generado, junto con el paso del tiempo, han quedado plasmados en piezas como Bartleby & Co, una de las mejores, de las que valida lo que el cantante expresaba en el diario citado: “Creo que he hecho un buen disco”.
Por Anna Martín.
Autores de este artículo