Doble programa, ayer en La Nau, dos propuestas diferentes y complementarias adscritas al punk-rock, en una velada inspiradora para los amantes del género. Kamikazes mostraron el aspecto más urbano y canalla del género, mientras que los Periferia se decantaron por una especie de emo-punk-pop-rock que emocionó especialmente a los más jóvenes.
El lugar común de que el rock es un género del pasado, espacio seguro para dinosaurios y público que no aceptan que su tiempo se agotó, quedó ayer en entredicho ante la avalancha de público que llenó La Nau ante el doble cartel del evento programado por Metiendo Tralla.
Antes de que comenzará el directo, la programación de música de fondo, con presencia destacada del rock radical vasco, nos situó en el marco mental propicio para asistir a una velada en la que la guitarra más descarnada sería la protagonista.
Empezaron Kamikazes, grupo de Carabanchel que ofrecen punk-rock canónico con conciencia de clase, saludándonos en catalán para demostrar la fraternidad entre los pueblos, nada que ver con los conflictos generados en el ámbito político. Con su actitud festiva e interacción salvaje con el público pusieron la sala del revés. Aparte de la voz zarapastrosa de Kata, perfecta para la propuesta que ofrecen, el bajo hiperactivo de Andrés propulsaba las canciones hasta la estratosfera.
No sólo había conciencia de clase. Presentando Hijos de la derrota, denunciaron la masacre que está perpetrando Netanyahu en Oriente Próximo, para que no haya dudas de qué lado están: “Todo sigue igual, aquí todos contentos / No importa si no hay pan mientras vendan armamento / Dividen el mundo a base de muro y valla / Somos cicatrices que dejaron su metralla”.
Hubo pogo en el centro de la pista y, tras más de una hora de intensidad sin fisuras, abandonaron la sala flotando sobre el público. Éxito sin paliativos.
Tras la entrega de Kamikazes, la propuesta de Periferia ofreció un enfoque más intimista y confesional, una suerte de emo-punk-pop-rock. Ante su inminente aparición se produjo un cambio en la composición de las primeras filas. Si antes se podía encontrar seguidores de mediana edad, con Periferia se produjo una renovación generacional, como para evidenciar que el punk-rock tiene futuro. Público eminentemente joven, que se conocía de memoria las intimistas letras de las canciones y que las coreaba a voz en grito.
Los Periferia, que están finalizando la extensa gira de su disco Fortuna o Discordia, anunciaron que algunas de las canciones que forman su repertorio dejarán pronto de sonar, ante un cambio de etapa. A pesar de su evidente juventud, ofrecieron una actuación de un alto nivel técnico que conectó totalmente a nivel emocional con su audiencia. A pesar de la duración del pase, el público reclamaba más en una perfecta comunión entre escenario y platea.
Berta demostró que es una frontwoman que domina el escenario y ofreció una actuación realmente física, y la banda se mostró concentrada y exigente, evidenciando las tablas que han conseguido tras sus numerosos bolos en directo.
Ando buscando mi camino / Y a ratos vuelo a ras del suelo / Cuando me miente mi cabeza / En lo que pudo haber sido / Y a veces no entiendo nada / Aunque el mundo siga girando"
Aprender de lo Vivido, Periferia
Autores de este artículo
Òscar García
Aitor Rodero
Antes era actor, me subía a un escenario, actuaba y, de vez en cuando, me hacían fotos. Un día decidí bajarme, coger una cámara, girar 180º y convertirme en la persona que fotografiaba a los que estaban encima del escenario.