Pese a que su esbelta figura y su aguda voz puedan transmitir un aire de inocencia, no se dejen engañar: Alice Phoebe Lou ya no es una promesa, ya no es una artista revelación. Es una artista total, hecha a sí misma y que, después de ganarse la vida tocando en las calles de ciudades como Ámsterdam o Berlín, ha llegado a la escena del pop para quedarse. Este martes en Barcelona, la artista sudafricana afincada en Alemania presentó en concierto su nuevo disco Glow (Autoeditado, 2021) en La [2] de Apolo, ante un público ávido de conciertos sin distancia social.
Como si fuera un avance de lo que iba a resultar la velada, Alice Phoebe Lou abrió la noche con la hedonista Glow, tema que da nombre al disco y cuyas trazas de jazz generaron una atmósfera de relajación y disfrute que se mantuvo durante todo el concierto. La siguió la introspectiva Mother’s Eyes, que sonó sincera y poderosa a partes iguales, mientras que el desamor de Only when I la convirtió en una crooner de voz aterciopelada. La calidez jazzística de Dusk concedió el protagonismo a la banda, de entre la que destacó un clarinete hipnotizante y una batería sobresaliente. Una sensación que se mantuvo con las vaporosas Touch y Lovesick, a las que Alice Phoebe Lou imprimió una dosis extra de fuerza con su voz.
Empezar de cero
Acto seguido, llegó la desenfadada Something holy, único tema perteneciente a sus LP’s anteriores que sonó en todo el concierto. “Si alguien está enfadado porque no he tocado su canción favorita, no es nada personal. Es sobre crecer, cambiar y la necesidad de ser honesta conmigo misma”, aseguró la cantante en toda una declaración de intenciones. Y es que Alice Phoebe Lou siempre ha tenido las cosas claras. Tras llamar la atención en un directo del ciclo TedxPerformance, en 2014, la sudafricana rechazó todas las ofertas de grandes discográficas para financiarse ella sus propios discos y construir así su propia carrera, siguiendo únicamente sus propios criterios artísticos.
Esta decisión, seguramente arriesgada en su momento, ha marcado totalmente la carrera de la cantautora, dotándola de una libertad artística absoluta, característica que en Glow se ha traducido en un trabajo extremadamente personal en el que Alice se abre en canal hablando de sus idas y venidas amorosas con una naturalidad y madurez sorprendentes, alejándose de todo dramatismo. Prueba de ello es la delicada How to get out of love, que interpretó en solitario sobre el escenario abriendo un bloque más intimista dedicado a sus canciones de amor. Velvet mood, Lover/Over the Moon y Lonely Crowd completaron este soliloquio que por momentos se volvió redundante.
Huir de lo convencional
Ya en la parte final y con la banda de nuevo sobre el escenario, Alice Phoebe Lou dio rienda suelta a su espíritu más punk y gamberro, con la optimista Underworld, la reivindicativa Dirty Mouth y la expansiva Child’s Play. La luminosa Witches sirvió para cerrar el concierto, pero no la noche. Al finalizar la actuación, la cantautora sudafricana se pasó un buen rato firmando autógrafos y haciéndose fotos con los asistentes en la misma pista de baile, demostrando una vez más que es una artista que huye permanentemente de los convencionalismos.






Autores de este artículo

Pere Millan Roca

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.