Dos músicos despedidos, un divorcio y un álbum tirado a la basura. Esta es la carretera llena de piedras recorrida por Ben Bridwell, vocalista y compositor de Band Of Horses, hasta plantarse en este final de 2022 con un tour que pasa por todas las salas de las principales ciudades europeas. La mochila se fue llenando poco a poco hasta empezar a explotar en 2017, cuando Tyler Ramsey y Bill Reynolds (guitarrista y bajista de la banda, respectivamente, durante diez años) anunciaron su marcha, hecho rectificado por el Bridwell posteriormente como “despido”. Más leña para un fuego en el que ya ardían dos últimos trabajos no muy convincentes, y que acabó por encender, en lo personal, el fin de su matrimonio.
Sin embargo, lejos de rendirse, el compositor se ha tomado su tiempo, realizando ajustes adicionales en su formación e incluso descartando un disco entero por no considerarlo a la altura de sus expectativas. Finalmente, Things Are Great (BMG, 2022) se erige como la cicatriz que sana los males previos y vuelve a poner a la banda de indie-rock estadounidense en primera plana, tras seis años sin nuevo material. Incluso con el título escogido parecen querer mandarnos un mensaje. En la Sala Apolo de Barcelona, tras abrir la noche unos interesantes Gently Tender, pudimos constatar su convincente regreso.
Con la tranquilidad de quien se acomoda en la terraza de un bar, Bridwell sube junto a sus compañeros a las tablas de la mítica sala del Paral·lel y se sienta en frente de su guitarra pedal Steel a entonar las notas de la tranquila Monsters, que sirve de calentamiento. Tras aumentar las revoluciones y sacudir el Steel con The First Song, el líder se levante para la imprescindible Is There A Ghost, dando comienzo definitivamente al bolo. En este punto, entre los primeros saltos del público, queda claro que ante nuestros ojos tenemos a una banda muy bien engrasada y que, al contrario de sufrir los múltiples cambios realizados últimamente en su formación, los agradece.
Ryan Monroe iba pasando de los teclados a la guitarra siempre con una sonrisa de oreja a oreja y el bajista Matt Gentling (reincorporado en 2017 tras su breve paso por la banda 10 años antes) ondeaba su melena con pasión. Ben también se mostró contento y agradecido en todo momento, dejando fluir los sentimientos poco a poco, gracias a una buena selección de temas que abarcó desde sus inicios en Everything All The Time (2006) hasta los recientes de Things Are Great (2022).
Este último álbum, como hemos mencionado anteriormente, supone el reencuentro de la banda originaria de Seattle con su sonido original y la inspiración que los llevó al éxito. Trabajado y sufrido, según ha explicado el propio cantante (quien se han encargado personalmente de la producción), hasta dar con el resultado deseado, finalmente consigue volver a poner las cosas en su sitio y conectar como nunca con sus fans. La celebrada Crutch dio cuenta de ello. Con su brillante melodía, Bridwell nos cuenta como se liberó de la “muleta” que era su matrimonio, para poder volver a caminar solo. Antes, la esperada Laredo (Infinite Arms, 2010) había puesto a cantar a todo el público que llenaba la sala.
Sin tiempo que perder, pero sin prisa, los americanos combinaban a la perfección sus influencias country con ritmos más pausados (Marry Song) o guitarrazos épicos (Warning Signs), y es que no por lo melódico su esencia dejan de sonar atronadores en directo. El sonido fue inmejorable desde el principio y los ruidos de latidos que disparaba el batería Creighton Barrett desde uno de sus pads electrónicos favorecían una atmosfera de las que solo se crean en Apolo.
Acercándonos al final, el propio Barrett se salía en The First Song, golpeando los platos con pasión, y la clásica No One’s Gonna Love You emocionaba a los fans que corrieron de vuelta del baño y la barra para no perderse una sola nota. El silencio reinó con los primeros segundos de The Funeral, para sentir cada aliento de la voz de Bridwell llenarnos el alma, y la posterior explosión se convirtió en magia coreada. Canciones de estadio para poco más de mil personas, un lujo.
Feliz, Ben vuelve a sentarse en su pedal para ofrecer la breve y reconfortante Our Swords, sin dudar en pedir aplausos para sus compañeros de banda y tour en multitud de ocasiones. The General Specific pone el broche alegre a la noche, invitando a saltar y bailar a todas las presentes mientras los músicos se lucen una última vez al ritmo del teclado. El cantante es el primero en abandonar el escenario, celebrando un nuevo éxito europeo sumado como el niño que ha entrenado duro para marcar su primer gol en el patio del colegio. Indudablemente, Band Of Horses han recuperado, tras una larga carrera de obstáculos, su inspiración, su esencia y la magia que los caracteriza. Ahora sí, podemos volver a decir que ‘las cosas son geniales’.
Autores de este artículo
Mikel Agirre
Òscar García
Hablo con imágenes y textos. Sigo sorprendiéndome ante propuestas musicales novedosas y aplaudo a quien tiene la valentía de llevarlas a cabo. La música es mucho más que un recurso para tapar el silencio.