Outfit hortera, uñas de gel y ganas de rumbear. Es todo lo que necesitas para afrontar el Cara B. Según los organizadores: festival de cultura independiente y urbana que se realiza el 15 y 16 de febrero en la Fàbrica Fabra i Coats de Barcelona. Pero también podría definirse como el único lugar donde niñes traperes y modernes puretas pueden convivir en paz (e incluso ser la misma persona).
Siguiendo la exitosa –con este ya van tres sold out seguidos– fórmula de los dos años anteriores, dividen el festival entre lo urbano (Rels B, La Zowi, Cecilio G, Sticky M.A. Pimp Flaco & Kinder Malo…) y lo alternativo (Novedades Carminha, Soleá Morente, Carolina Durante, Cupido, Putochinomaricón…) en sendos días.

Cuando lo urbano es el nuevo punk
Fue hace dos ediciones cuando Bad Gyal dejaba claro que ella es el pussy que mana y donde se veía que C Tangana cada vez era menos Agorazein y más C Tangana. Sticky M.A., uno de los integrantes de este trío madrileño también conocido como AGZ, pedía ruido después de repetir ‘ese pussy es todo lo que quiero’, de su reciente Sweet, probablemente su mejor tema hasta la fecha. Otro que también pidió ruido hasta que se hartó fue Cecilio G. Pero su concierto merece un punto y aparte…
Antes de todo el alboroto, La Zowi hizo su propio statement: LA ZOWI PUTA. ¿Reivindicando el puterío como arma para empoderar a las mujeres, igual que la feminista libertaria Camille Paglia? En cualquier caso, un mensaje –‘a mi me gustan toas’ las putas, toas’ mis exes son putas’, de Putas– peligrosamente difícil de procesar entre los más jóvenes y que puede servir de excusa para seguir sometiendo a la mujer a través del sexo. La madrileña, que hace nada publicó con La Vendición –sello de, entre otros, Ms Nina o Yung Beef, ambos presentes en anteriores ediciones del festival– su debut Ama de casa, es ahora mismo la nueva estrella de la escena trapera.
Pero, igual que Cecilio, hay en ella una provocación, insolencia y sublevación tal que más que de trap podríamos hablar de neopunk. No es que sea contracultural, es que ambos artistas son un accidente contra el sistema que acaba en siniestro total. Conocida como la matriarca del trap, La Zowi representa a esas chicas de barrio que al encontrarse en riesgo de exclusión social solo se preocupan por hacer dinero y por su aspecto físico. La performance sobre el escenario es guarra y grotesca en todos los aspectos. Algunos solo escucharán maullidos desafinados, otros verán encenderse la mecha de una pequeña revolución.
Uno al que tampoco se le entiende demasiado bien es, ahora sí, Cecilio G. Fue la peor actuación del festival, pero la más sonada. Empezó el concierto pidiendo un mocho para limpiar el suelo (wtf) y lo acabó con un discurso tope chungo. “Que os follen” fue de lo más agradable que salió por su boca. Pero antes un poco de contexto. Él mismo explica sus vivencias en Million dolar baby, primer single lanzado desde su salida de prisión:
He llorado mucho desde que no esta papá
He tenido que ver llorando a mi mamá
Nos querían embargar, no teníamos pa’ pagar
Como ves siempre ha ido mal
Por eso quiero que sepas
Que yo vengo de la mierda y le quiero cantar
A los que aún siguen en ella
Que no sientan soledad
Que no dejen que el sistema les hunda jamás
‘Yo soy de la calle loco, yo no soy Bad Gyal’, decía en esa misma canción (realmente vale la pena escucharla entera). En el concierto diría algo parecido antes de entrar en cólera debido a la inamovilidad de los asistentes: “dejad los putos móviles y la próxima vez disfrutad del concierto porque esto es una falta de respeto… Subnormales”, gritaría antes de abandonar el escenario. El error de Cecilio G no fue su actitud punkarra hacia la vida, sino un ineficiente equilibrio de fuerzas: le pidió mucho al público (que si ahora me hacéis ruido, que si ahora me hacéis un círculo…), al menos mucho más de lo que elles percibían que estaban recibiendo. Y acabó mal. “El rap es un juego de gente de la calle que se arriesga, pero que quiere sobrevivir dentro del sistema. El punk lo quería cambiar, era antisistema”, decía para El País. Morder la mano que te da de comer es de lo más antisistema que se puede hacer en nuestros días, así que objetivo cumplido.
A Rels B, por el contrario, le encanta el sistema. El niño bueno del hip hop demostró tablas –animó al público agradeciéndole en todo momento su presencia– y respeto por el género, subiendo el listón y equiparándose junto con Novedades Carminha como las mejores actuaciones del Cara B 2019. Power female e integración de diferentes tipos de cuerpos encima del escenario. Nada que reprochar. El equipazo que le acompañaba (la corista –Nelicious–, las bailarinas, el MC –BucoStyle–…) eran vivos portadores de una calidad escénica que no tenía nada que envidiar a grandes bandas de R&B o soul, estilos con los que el mallorquín también jugueteaba. Contrariamente a lo que suele ocurrir, el confeti no suplía carencias sino que sumaba puntos al conjunto. Pimp Flaco & Kinder Malo fueron los últimos en salir en este viernes noche. Son una extraña mezcla del cochambre insumiso de C. G y de la docilidad encantadora de R. B, más o menos son unos lovely babes jugando a ser nenes malos. Si no entiendes qué significa el concepto ‘pico tres’, probablemente harás un Berto Romero (minuto 11).

Cuando lo alternativo es el nuevo pop
Los porros se quedaron en segundo plano. Los protagonistas del sábado eran los pitis mentolados. Con la poca vergüenza que da el haber vivido en un mundo donde se podía fumar dentro de todas partes (no como los del día anterior, que prácticamente nacieron al tiempo de la ley antitabaco de Zapatero), la peña fumaba sin ningún tapujo. Y bailaba de la misma manera: liberada, sin disimulos ni rodeos, sabiéndose al dedillo coreografías y letras, y gozando cada acorde como quien sabe que todo lo bueno se acaba.
Al contrario de lo que ocurre con la música urbana, aquí poco análisis hay que hacer. A Soleá Morente, hija de Enrique Morente, se la podría definir como flamenca hípster. Tiene un hitazo impresionante, Baila conmigo, que no dejo de escuchar desde hace casi un año y que todavía no sé cómo no suena 24/7 en todas las casas de España. La hermana de Estrella Morente y Kiki Morente no tiene su mismo estilo. Hace un flamenco poperizado –Napoleón Solo aporta bastante en este punto– que hace pensar en cómo sería una Camela modernizada, nada garrula, y en plan bien hecho.
Más hits: Carolina Durante y su Perdona (ahora sí que sí). No estaba Amaia pero el público la tenía presente. Lógico porque gracias a ella ahora se escucha lo que estos guitarreros tienen que decir. Gente de mierda, de Putochinomaricón, fue otro de los grandes hits de la noche –ojalá decirle a quien yo me sé ese ‘tú… eres un trozo de mierda’–. Estética y contenido ciberpunk pasado por un ligero filtro del brilli brilli de la cultura pop y el darkness de Soy una pringada. Lo peta, en definitivas cuentas.
También Cupido y su No sabes mentir hizo saltar al personal. Cupido son Pimp Flaco y la banda indie Solo Astra (Al García, Toni D, Luichi Boy, Dannel). Y son bastante genius del marketing: se llaman como el dios romano del amor; están encantados de conocerse –‘mi papá y mi mamá me hicieron la cara demasiado bien. Ser tan guapo no es tan guay como los feos creen’, de Autoestima–, en sí son el necesario idilio entre dos géneros y maneras de entender el arte destinados a amarse, el trap y el pop, el underground y el mainstream; y aún encima publican su primer trabajo, Préstame un sentimiento (Primavera Labels, 2019) en San Valentín.
Pero los cabezas de cartel de la noche y de todo el festival eran Novedades Carminha. Sin duda los más cantados y los más bailados, incluso con el coitus interruptus que fue el parón de quince minutos a causa de un problema técnico, tiempo que el público aprovechó para corear Cariñito. Cuando volvieron se disculparon y añadieron: “Ahora vamos a montar aquí un cristo de la ostia…”. Y carallo si lo hicieron. Quiero verte bailar, Juventud infinita, De vuelta de todo, Fiesta tropical, Antigua pero moderna, Que dios reparta fuerte, Verbena, Lento… Los temazos de Novedades se cuentan a pares. Sin pedirlo se formó un pogo, y sin forzar se introdujeron los nuevos temas de Ultraligero (Ernie Records, 2019), publicado hacía apenas unas horas, igual que Cupido. En el nuevo álbum podrás encontrar imprescindibles como Ya no te veo, inusual colaboración con Dellafuente, Te quiero igual, con Alba Galocha, o A Santiago voy, con Esteban & Manuel.
Hacía caloret. Se despidieron, como siempre, con Suavemente, de Elvis Crespo. Ese es su rollo y ese es el rollo del Cara B: unir cosas que no pegan. Ser la Sala Karma de Pontevedra y la orquesta París de Noia en Xinzo de Limia a la vez. El Boombastic de Las Ramblas y el Pyscho de Poble Sec. Ser el lugar donde traperos se convierten en punkis y alternativos en poperos.
Galería viernes 15
Galería sábado 16
Autores de este artículo

Paula Pérez Fraga

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.
2 comentarios en «Cara B: cuando lo urbano es el nuevo punk y lo alternativo es el nuevo pop»
«La Zowi representa a esas chicas de barrio que al encontrarse en riesgo de exclusión social solo se preocupan por hacer dinero y por su aspecto físico». Revisad vuestro clasismo porque es DE VERGÜENZA AJENA
Hola Marta,
Gracias por el feedback y sentimos si te has sentido ofendida.
Mientras investigaba, leí esa idea en muchas webs (https://muchotrap.com/artists/la-zowi/, por ejemplo), pero quizá con las prisas interpreté mal el mensaje.
Si quieres charlar por privado para compartir ideas e impresiones puedes encontrarme en mi mail paula@qualsevolnit.com; estaré encantada y agradecida porque creo que me ayudaría a entender mejor la propuesta artística de La Zowi en su totalidad.
En fin, en ningún momento ha sido mi intención fomentar mensajes clasistas en esta crónica, de hecho difundiendo el fenómeno del trap pretendía hacer lo contrario. Parece que he fracasado 🙁
Gracias otra vez,
Paula