Las bragas por el suelo, de cualquier manera, tiradas. ‘Soy tu dios’ o ‘Cuida a tus pochitos’, son algunas de las inscripciones de la lencería que rebosa por todo el suelo. Y, de repente, entre sexting y braguitas, se resuelve la tensión que se ha mantenido durante dos horas. Y ha durado más que los famosos 11 minutos de Paulo Coelho. Otro nivel.
Entre una cosa y otra podría parecer un gran cuarto oscuro, pero en la grande de Razzmataz hay algo más que mucha luz, hay Diferentes tipos de luz (Sony Music, 2018) y un iluminado Carlos Sadness en el estreno de esta nueva gira.
Barcelona está hasta la bandera y todos sentimos nostalgia de playa por culpa de unas letras muy veraniegas ya en los teloneros con The Noises. Banda madrileña que nos incita a pegar patadas, pero no en el aire, sino en el suelo. Y a brincar con su más reciente Sesion y con una colaboración con el esperado de la noche, Carlos Sadness.
En todo el concierto no hay ni una sola canción que el público en su mayoría no sepa seguir. En el escenario está el pelazo de Carlos Sadness y lo que surja. Y lo que surge es mucho tropicalismo, un verano de élite, con Amor papaya, de nuevo en el repertorio y muchos males de amores como Física moderna o Te quiero un poco. Y también hay momento para nuestro amigo estrella y su propio mundo en Hale Bopp.
«Recuero que la primera vez que vine a Razz fue para ver a Slipknot… Si me vieran cantar ‘eres mi fruta favorita’ creo que me dirían: Tío, ¿te dejaste el pelo largo como nosotros para cantar sobre frutas?», comenta el barcelonés. Pero no, no sólo se deja el pelo largo para eso, sino para marcarse un freestyle en español con la melodía de Drake en Hotline bling, un hábito ya en él desde que salió la original hace dos años. Así que la cosa va de rarezas. Como por ejemplo también la rareza de que Sadness invite al final a The Noises al escenario y no se sepan la letra, o de que haya pasado desapercibida Dulceida en las gradas.
Y de repente, entre sexting y braguitas, se resuelve la tensión que se ha mantenido durante dos horas. Qué electricidad, vaya conexión, la complicidad de alta tensión (La idea salvaje, 2016). Último tema, el más esperado y el que no podría ser mejor para definir la relación entre el hombre de las luces y su público.








Autores de este artículo

Jessica Cobos

Miguel López Mallach
De la Generación X, también fui a EGB. Me ha tocado vivir la llegada del Walkman, CD, PC de sobremesa, entre otras cosas.
Perfeccionista, pero sobre todo, observador. Intentando buscar la creatividad y las emociones en cada encuadre.