El lento y en ocasiones parece que interminable camino a la “nueva normalidad” ha dado lugar asimismo a la construcción de una nueva intimidad, una nueva manera de relacionarnos con el mundo, con las personas con las que vivimos y con nosotros mismos que se va a quedar bastante más tiempo del que nos gustaría a muchos.
Es un test implacable para la convivencia de miles de parejas, la prueba definitiva. Ha supuesto transformar todas nuestras amistades en relaciones a larga distancia retransmitidas por videoconferencia, recuperar el contacto con personas en las que quizá no pensábamos tanto antes ha dado lugar a la que seguramente sean las preguntas más repetidas por WhatsApp de los últimos dos meses: “¿Qué tal llevas el confinamiento? ¿Cómo estás?”, y esta situación en la que vivimos nos ha obligado por primera vez a algunos a ser sinceros con nosotros mismos y con quienes preguntan. Estaba claro que tarde o temprano alguien iba a hacer un disco acerca de todo esto. Lo que probablemente muy pocos esperaban es que ese alguien fuera a ser Charli XCX, la personalidad más fiestera del pop actual.
El pasado 6 de abril, encerrada en su casa de Los Ángeles con su novio y sus dos mejores amigas y managers, Charli –Charlotte Aitchison de nombre completo– anunció que iba a componer y publicar un álbum de material nuevo durante su confinamiento. Más tarde se impondría la fecha del 15 de mayo, apenas mes y medio, para estrenarlo, todo esto compartiendo a través de directos en Instagram, sesiones de Zoom y actualizaciones en redes sociales todo el proceso creativo, abierto a cualquier ‘feedback’ por parte de sus fans. Un ritmo de trabajo brutal incluso para alguien tan prolífica como ella (irónicamente Aitchison estaba asistiendo a terapia para superar su adicción al trabajo antes de la cuarentena).
El título del proyecto, How I’m Feeling Now, dejaba intuir un sentimiento de urgencia y de capturar el momento, había una razón para intentar sacar el disco lo antes posible, mientras que el modo de trabajo denotaba un deseo de abrirse por completo, tanto a gente cercana como a extraños, de hacer de esa experiencia algo compartido.
Aunque el proceso de realizar How I’m Feeling Now haya sido de todo menos solitario, el resultado final se siente de esa manera, especialmente en comparación con la sensación de fiesta multitudinaria de proyectos anteriores. Es casi un cuarto de hora más corto que su anterior Charli (Asylum Records, 2019), es su primer álbum sin ninguna ‘feature’ e incluso su alargada lista de colaboradores y productores ha sido reducida (a su más cercano cómplice A.G. Cook, se les suman BJ Burton como productor ejecutivo y tres apariciones estelares por parte de Danny L. Harle, Dylan Brady –mitad de 100 Gecs– y Palmistry).
Cómo Charli se siente ahora
Y bien, ¿cómo suena un disco hecho por Charli XCX en cuarentena? A primera impresión, no muy diferente de lo que lleva haciendo desde aquel rompedor Vroom Vroom EP (Vroom Vroom Recordings, 2016) que la juntara por primera vez con A.G. Cook y otros cabecillas del movimiento PC Music. Lo que es decir, Charli sigue en la senda del electropop híper-acelerado, musculoso y futurista, agresivo tanto como romántico y azucarado, ruidoso e industrial en su máxima intensidad. De hecho, en ese sentido, puede que How I’m Feeling Now sea su proyecto más experimental hasta la fecha. La primera canción del disco, Pink Diamond, explosiva y amenazante, es un ejemplo claro. La sensación de urgencia y rapidez se filtra por toda la canción, hay un deseo latente y enfervorecido de escapar y de romper con todo. A riesgo de usar un símil hortera y manido, Charli realmente suena como un animal enjaulado en esta canción mientras habla de ponerse bien sexy para un video chat, repitiendo “I just wanna go real hard” una y otra vez.
Paralizada la vida de estrella de pop, de giras constantes, conciertos y afterparties, y obligada a frenar y mantenerse estática, Charli XCX (como todos nosotros) parece pasar por un proceso de redescubrimiento de sus sentimientos que queda plasmado en How I’m Feeling Now con una desnudez y una franqueza totales. La manera en la que Aitchison se siente ahora mismo es totalmente enamorada, eso es todo lo que ocupa su mente y eso es lo que este disco grita a viva voz. Forever habla de amor eterno a su pareja sentimental, un amor que durará “incluso cuando no estén juntos”. Claws enumera todas las cosas que le gustan de él, 7 Years recapitula sobre todos los altibajos y el camino dejado atrás, I Finally Understand es el momento de clarividencia total que solo podía llegar en una situación como esta. La misma persona que hace menos de un año sacaba una canción de amor tan llena de dolor como White Mercedes es capaz de llenar casi un disco entero de la vitalidad y optimismo que viene de conocer de nuevo a alguien, de confiar plenamente en esa persona, de volver a enamorarse.
Aunque esta explosión romántica se manifieste por todo el álbum, a medida que este avanza se manifiesta también una cierta sensación de añoranza. Añoranza, evidentemente, por la vida antes de todo esto (la eufórica Anthems, por ejemplo, es un anhelo por recuperar las noches rápidas y las fiestas interminables, Visions es el echar de menos estar físicamente con todos sus seres queridos) pero también una nostalgia del momento presente, de saber que a pesar de todo este momento acabará y tal vez con él todos estos sentimientos. Al final de eso trata How I’m Feeling Now, de intentar encapsular todas estas emociones y proteger esa intimidad en caso de que en el futuro pueda desaparecer.
Al poco de empezar a escribir este texto, Charli XCX subió a sus stories de Instagram un vídeo en el que decía sentirse triste, perdida y sin propósito tras las cinco intensas semanas de creación de su disco y en el que quería dar las gracias a todos sus fans por haber estado con ella. “Creo que lo recordaré para siempre”. Incluso en tiempos de Instagram sorprende ver a una estrella de ese calibre mostrarse tan sincera y desnuda ante su público. Milagros de la nueva intimidad.
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