Barcelona, música al atardecer y un mar azul eléctrico de fondo. La gente va entrando a una edición del Primavera Sound que, como todos, se ha tenido que adaptar a la nueva situación. Asientos numerados y una pista llena de mesas y sillas a las que el público hará poco caso, desde el primer minuto cuando se ponga en pie para darlo todo. Sí, bajo la nueva normalidad, pero aquí se ha venido a disfrutar de una tremenda Mala Rodríguez dispuesta a hacernos vibrar con un concierto cargado de girl power.
Acompañada del Dj Unai Muguruza, arranca desde el centro del escenario. Tranquila, con firmeza y dispuesta a desnudarse ante nosotros con Superbalada, una de las canciones más potentes de su último trabajo, MALA (Universal, 2020). Después de este primer tema entran las seis bailarinas, todas con trenzas largas. Se respira un poderío contagioso y empieza a sonar La niña, uno de esos clásicos que el público tenía ganas de escuchar. Lo confirma la gran ovación de los fans al oír las primeras notas.
Tengo un trato, Nanai o La Cocinera, tampoco faltarán en una noche en la que veremos a una Mala divertida, macarra, empoderada, auténtica y agradecida. A una Mala Rodríguez que no olvida a sus referentes, desde Lil’ Kim o Missy Elliot hasta su madre, a quien le dedica Mami, un tema con el que es prácticamente imposible que no se te erice la piel.
“¿Ha venido Covid?”, nos pregunta sin perder el sentido del humor. Quizá en un intento de bajarnos la guardia, porque ha llegado nuestro turno. Corea a capela “¿Quién Manda aquí?” y el público, todavía algo tímido, responde “¿Quién?” a lo que la rapera se ríe: “no he entendido nada, no sirve”. Hay que repetir. Ahora sí, con más fuerza, el público canta este tema del quinto álbum de la artista, Bruja (Universal, 2013), con el que ganó un Latin Grammy.
Como asegura la cantante, tirar este show adelante no ha sido nada fácil, pero “estamos haciendo historia”. Sale momentáneamente del escenario para volver con un bate, es el momento de 33. Con él se abre camino una Mala ‘mu mala’, fuerte, dura y sin pelos en la lengua, sigue con Mátale, al grito de “¿Dónde están mis mujeres armadas?”. Eso sí, sin olvidar que la situación sigue estando marcada por la pandemia, se asegura de que estemos respetando “todo lo que hay que respetar”. Y se está haciendo. Aunque, por momentos, cuesta horrores controlar las ganas de levantarse y ponerse a bailar con el de al lado como si no hubiera un mañana, sobre todo con canciones como Aguante, Dame bien o Like.
Pero para la sorpresa del público y con una puntualidad casi británica, el espectáculo está llegando a su fin. Después de una hora de concierto, la Mala Rodríguez se despide con el último tema de su nuevo disco, Contigo, y nos deja a todos boquiabiertos cuando vemos que se va, sin bis, pese a los silbidos y los gritos de ‘otra’. Un final muy desconcertante, tanto que el público permanece inmóvil hasta que por megafonía nos invitan a desalojar la zona.
¡Ay! Mala, nos has dejado con las ganas de bailar y corear temas como Pena o Peleadora. Pero, aun así, nos volvemos a casa cargados de buena vibra después de haber disfrutado de una de esas noches que llevábamos tanto tiempo esperando.
¡Larga vida a la música en directo!







Autores de este artículo

Mar Arans

Miguel López Mallach
De la Generación X, también fui a EGB. Me ha tocado vivir la llegada del Walkman, CD, PC de sobremesa, entre otras cosas.
Perfeccionista, pero sobre todo, observador. Intentando buscar la creatividad y las emociones en cada encuadre.