Que Rosalía ha arrasado no es noticia. No hay sorpresa en ello porque ya sabíamos que iba a hacerlo. Pero igualmente nos encanta. Y Natalia Lafourcade, la víctima viral del certamen, se ha hecho protagonista accidental por su reacción al ver que Maluma se llevaba el galardón. Eso y el merecido reconocimiento a Jorge Drexler es lo más guay de los Grammy Latinos. #tratra #todossomoslafourcade
Empezamos con Rosalía. Durante las últimas semanas, según las estadísticas, los españoles recibimos de media unos 347 impactos al día con el nombre y/o imagen de Rosalía. Ya sea con sus canciones, en los periódicos, en revistas, en cualquier rincón de las redes sociales, en Spotify, en gifs, en Inditex… hasta en Polonia! Hay quienes están/estamos algo cansados de ver y oír a Rosalía por todas partes (razón en este artículo). Los que en realidad es por miedo a que se queme demasiado rápido porque la amamos demasiado, bien. Los que la aborrecéis sin más, mal. Al rincón de pensar.
¿Y por qué tanto alboroto por los Grammys Latinos? Pues porque esto ya casi que la sube a la categoría de diva del pop: se ha llevado dos Grammys a casa, ha hecho una actuación de la leche y se ha cambiado de ropa cuatro veces. Todo en una misma noche. Pero no era la primera vez que asistía al certamen celebrado en Las Vegas. El año pasado ya fue, aunque quizá más en calidad de artista novel que de artista del año. Su actuación en el homenaje a Alejandro Sanz hubiese pasado desapercibida si no fuera porque… bueno, porque Rosalía lo peta siempre.
En solo un año ha ido cosechando números 1 (aunque la espera se hizo eterna entre adelanto y adelanto de El mal querer) para culminar en uno de los lanzamientos más mediáticos y esperados que recuerdo. Y consigue entrar a los Grammy Latinos solo con Malamente – el disco en su conjunto u otros temas que lo componen no entraron en el plazo -. Las categorías a las que estaba nominada son:
– Mejor fusión/interpretación urbana
– Mejor canción alternativa
– Mejor canción del año
– Mejor grabación del año
– Mejor vídeo musical corto
Y se ha llevado las dos primeras: mejor fusión/interpretación urbana – makes sense, no ha inventado el flamenco fusión pero no hay mayor embajadora que ella -, y mejor canción alternativa – alternativa si la comparas con el pop reguetonero de Maluma, supongo. En fin, dejemos las etiquetas para otra ocasión.
Había otros artistas consagrados que tenían más nominaciones y también los hay que se han llevado más galardones. Porque no es que Rosalía haya sido la máxima ganadora. Pero ha arrasado, eso es incuestionable. Jorge Drexler, otro de los triunfadores de la noche, tenía cuatro nominaciones y se ha llevado 3 Grammys a casa – en cambio J Balvin, que tenía la friolera de ocho nominaciones, se tuvo que conformar con uno solo -. Que Drexler brillara de esa manera es otro hito de la noche porque este reconocimiento al labor y al enorme talento (ganó el premio a mejor canción del año, poca cosa no es) de este cantautor uruguayo es la prueba de que un mundo sin el monopolio de la música comercial es posible.
La otra protagonista de la noche es Natalia Lafourcade, la trending topic accidental. Por culpa de las típicas cámaras traicioneras (ya puedes estar durante horas guardando la compostura que siempre te captarán en el peor momento). Tampoco diríamos que le han jugado una mala pasada, porque ella es libre de aplaudir y desaplaudir a quien quiera. Y eso es fantástico y respetable. De hecho, a muchas celebridades les ha ocurrido lo mismo. Si pones al lado la cantidad de memes que le hicieron a Chrissy Tiegen durmiendo, un par de muecas o no aplaudir en realidad no es nada.
Y eso es lo que sucedió. Al recibir Maluma el Grammy a mejor álbum vocal de pop contemporáneo no pudo contener la falta de emoción. Y así nacieron los TT #todossomosnatalia #todossomoslafourcade
Imagen de portada © Víctor Parreño
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