El estadounidense aterrizaba en el Sant Jordi Club de Barcelona para presentarnos su nuevo disco ‘Nu King’, “nuevo rey”. Jason Derulo, con este álbum, da paso a una nueva era en la que explora temas de amor, autorreflexión y el deseo de conexión. Está compuesto por temas que ya había lanzado previamente y nuevos en los que representa el valor e importancia de una relación mediante la metáfora de la realeza.
Después de una espera animada con las actuaciones de DJ Sincere Show y Afro B, a las 21:11, una cuenta regresiva de diez minutos se proyectó en una pantalla gigante sobre el escenario. Los fanáticos comenzaron a vitorear y a corear el nombre de “Jason”, pero él se tomó su tiempo para hacer su entrada. En los últimos tres minutos de la cuenta atrás, algunos seguidores están tan emocionados que se han desmayado, y los servicios de emergencia se abren paso entre la multitud, reflejando la tensión palpable en el ambiente. A medida que la multitud recita en voz alta los últimos diez segundos, como si de las campanadas se tratara, de repente un vídeo revela la imponente figura de Derulo sentado en un trono, ataviado con ropajes regios que lo hacen parecer un verdadero rey. La cámara hace un acercamiento a sus ojos y justo en el momento cumbre, Derulo emerge desde una trampilla, vestido de cuero y acompañado por llamaradas que escupen fuego desde el escenario. Sin duda, una entrada triunfal que dejó a todos boquiabiertos.
2024 es nuestro año
El equipo de producción de Jason Derulo se propuso desde el principio crear un espectáculo cautivador, y definitivamente lo logró. Desde el momento en que pisó el escenario, acompañado por su talentoso equipo de bailarines, incluyendo a los mundialmente reconocidos Les Twins, Derulo desató una sucesión imparable de éxitos musicales que mantuvo al público completamente absorto. Entre canción y canción, encontró un breve momento para dar la bienvenida a la ciudad al tour y subrayar el potencial del año 2024, proclamando que estamos presenciando el advenimiento de una nueva era para el cantante.
En el vibrante montaje escénico, Jason Derulo desplegó un espectáculo visualmente impresionante. Flanqueando el escenario, dos imponentes bustos hinchables gigantes se alzaban majestuosamente, mientras que una atmósfera envolvente de humo y llamas añadía un toque de misterio y emoción. Además, una escalera con una tarima integrada se erigía en el centro del escenario, convirtiéndose en el epicentro de la acción. Derulo, incansable, ascendía y descendía sin cesar por la escalera, generando un dinamismo frenético que mantenía a los espectadores absortos, sin saber dónde dirigir su mirada ante la sobrecarga sensorial que ofrecía el escenario.
La importancia del show
Durante el concierto, Jason Derulo compartió un momento de reflexión con el público, rememorando el impacto que tuvo en él asistir, a la edad de 20 años, a un inolvidable concierto en vivo de Lady Gaga. Aquel instante marcó un punto de inflexión en su vida, inspirándolo a dedicarse por completo a su pasión por la música y comprometiéndose a trabajar incansablemente en su carrera. Este compromiso se hizo evidente en cada detalle del espectáculo, donde los numerosos efectos especiales, cambios de vestuario y los impresionantes números de baile no solo se vieron, sino que se disfrutaron intensamente. Derulo demostró ser un artista que desafía los límites de su comodidad, alejándose del micrófono para entregar una actuación cargada de energía que parecía más una sesión de cardio que un concierto tradicional. Transformó su espectáculo en una experiencia inolvidable, donde cada canción se convirtió en una oportunidad para la expresión artística mediante performance, involucrando al público en una interacción única mientras los bailarines compartían la escena con la audiencia.
Aprovechó también para dar las gracias a todos sus seguidores de TikTok, ya que en el momento auge de la aplicación, Jason ganó más reconocimiento gracias a todo el contenido que publicaba incluyendo recetas. Los trends de la plataforma impulsaron su éxito Savage Love en el que, al interpretarlo, animó a todo el público a hacer los pasos y proyectó en la pantalla móviles que imitaban el diseño de TikTok. Sin embargo, al concluir la canción, Derulo tomó una decisión audaz: demostrar su impresionante rango vocal interpretando un fragmento acapella. En un gesto de sencillez y virtuosismo, dejó de lado los bailarines y los efectos especiales, quedando solo él bajo un único foco de luz. La audiencia, admirada por su habilidad y talento, no tardó en estallar en aplausos y vítores, animándolo con fervor.
Sin pausa
Durante la primera media hora del concierto, Jason Derulo dejó en claro su compromiso de mantener al público totalmente cautivado y tomó la audaz decisión de prescindir de los bises. Tras establecer un ambiente relajado con canciones como Marry Me y U + I, la energía del lugar se encendió de nuevo con éxitos como Trumpets, Swalla y Talk Dirty. A pesar de que el reloj marcaba ya las 23:00 horas, la multitud no quería que terminara, clamaba por más. Para la que sería la última actuación con Want To Want Me, el cuerpo de baile sorprendió al aparecer vistiendo el merchandising del cantante, así como una camiseta personalizada del Futbol Club Barcelona con el nombre “Jason” y el número 10, coronando así al artista en su despedida de la ciudad. Derulo tomó un momento para expresar su profundo agradecimiento a todo el equipo que hizo posible la gira, a su talentoso cuerpo de baile y a la increíble banda que lo acompañó, antes de despedirse triunfalmente con el tema Down, en colaboración con el DJ francés David Guetta.
Así, como un verdadero monarca del escenario, Jason Derulo ha demostrado a lo largo de esta gira que el camino hacia la grandeza no está exento de esfuerzo y dedicación. Con cada nota, cada movimiento y cada palabra de agradecimiento, ha erigido un imperio musical sobre cimientos de trabajo arduo y pasión inquebrantable. Su entrega incansable y su compromiso con la excelencia han sido el motor que impulsó cada etapa de esta epopeya sonora, recordándonos que el verdadero reinado se conquista con sudor, sacrificio y una determinación digna de la realeza. Así que sólo podemos decir: larga vida al rey.
Autores de este artículo
Judith Melián Paredes
Aitor Rodero
Antes era actor, me subía a un escenario, actuaba y, de vez en cuando, me hacían fotos. Un día decidí bajarme, coger una cámara, girar 180º y convertirme en la persona que fotografiaba a los que estaban encima del escenario.