¿Ya es septiembre? La vuelta a la rutina a veces, casi siempre, a ver, siempre, puede ser como una bofetada en la cara. Tanto que quizá ahora mismo te estés preguntando si realmente has ido de vacaciones o lo has soñado todo. Pero hay algo positivo en todo esto: Puedes seguir soñando gracias a nosotros. Como todos los meses te traemos una selección de los mejores discos nacionales e internacionales. Dale al play y déjate llevar.
Si esta lista no es suficiente puedes consultar las de enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio.
INTERPOL – Marauder (Matador Records, 2018)
Interpol ha sacado disco. No, no la poli, la banda
Interpol tiene algo que siempre me mola, independientemente de lo que hagan, es uno de los pocos elegidos que se salva del ‘cuando empezaron eran mejores’. Quizás es por el rollete Joy division-Sonic Youth que se gastan. Quizás sea ese ‘me suenan a algo, pero no sé a qué porque me suenan ellos mismos’. O quizás solo sea yo enamorada de otro grupo. Sea por lo que sea, Marauder (Matador Records, 2018) me suena a gloria. Trece temas que incluyen dos interludios épicos de poco más de un minuto y abren la puerta a diferentes capas del disco. No sé como lo sentiréis vosotros, pero me encanta cuando siento que los artistas han pensado el por qué del orden de las canciones y tíos, la décima pista del disco se llama Number 10, ¿coincidencia?, no lo creo. Así que nada de escuchad esto o lo otro, dale a play y déjate llevar.
Por Carlota Purple.
ANIMAL COLLECTIVE – Tangerine reef (Domino Recording, 2018)
Corales de colores
Un coral verde y un fondo negro. Sus múltiples tentáculos oscilan acariciados por un mar y una canción. Pero a mí me parece que se escucha el ruido que emiten las burbujas. Y luego está la voz de Avey Tare que comienza a sonar, pero como si estuviera en un segundo plano. Él ha compuesto junto con Geologist y Deakin el segundo álbum audiovisual de Animal Collective: Tangerine reef (Domino Recording, 2018). En su décimo trabajo la imagen y la melodía cobran protagonismo en un conjunto experimental y psicodélico que invita a la reflexión: a través de imágenes entrelazadas de corales en movimiento, de distinta forma y color, narra la devastación del planeta por el cambio climático, representada a través de los corales, especie vulnerable a las variaciones de temperatura pero, a la vez, sustento de muchos ecosistemas marinos.
Por Anna Martín.
THE JAYHAWKS – Black roads and abandoned motels (Legacy / Sony Music, 2018)
Ese viejo sonido del verano que se acaba
Adentrarse en los mundos de The Jayhawks es viajar a la última noche de aquellos veranos que todavía lo eran, que significaban algo, que no eran esa conjunción asfixiante entre calor, vacío y prisas en la que se convierten a partir de cierta edad. Como cantaban en uno de sus grandes éxitos, su música debe guardarse para los días de lluvia, para recordar entonces cómo flotaba en el aire aquella sensación de libertad, en ese instante en que la tarde se desploma y la brisa te acaricia y te preguntas si no será eso de lo que la gente habla cuando se refiere a esa cosa extraña de ser feliz. Black roads and abandoned motels es un álbum que certifica cosas: la primera, que el regreso de The Jayhawks, adelantado por Mockingbird time en 2011 y reivindicado por Paging mr. Proust en 2016, es algo más que un acontecimiento eventual. La segunda, que su sonido sigue allí, anclado en aquella época en la que los veranos todavía morían, porque aún no habían dejado de existir.
Per Adrián Viéitez.
DEATH CAB FOR CUTIE – Thank you for today (WEA, 2018)
Evolución disimulada
Un gran placer de ser millennial es poder nombrar a Death Cab for Cutie como grupo trascendental en mi adolescencia. Igual por eso no puedo despreciar ninguno de sus álbumes. Siempre acompaña el factor de que su evolución es notoria pero no demasiado exagerada. Canciones del nuevo disco como Autumn love recuerdan todavía a la época de Codes and keys (WEA, 2011). Ben Gibbard mantiene letras melancólicas y melodías encantadoras a pesar de la marcha de Chris Walla, y la eléctrica presencia de Rich Costey como productor se nota mucho en temas como I dreamt we spoke again. Thank you for today (WEA, 2018) es un disco fuerte, puede que el mejor de DCFC en estos años.
Por Nadia Dubikin.
ALICE IN CHAINS – Rainier fog (BMG, 2018)
Un café, un paraguas y un doctor macizo
Empecemos por la teoría, que sé que es lo que os interesa para fardar de entendidos en el botellón: Rainier fog (BMG, 2018), el sexto álbum de estudio de Alice in Chains, le debe su nombre bucólico a Seattle, ciudad famosa por su lluvia, por el Starbucks y por el Seattle Grace Hospital, centro en el que ocurren los amoríos de Anatomía de Grey. Metal mezclado con grunge mezclado con algo que te obliga a escuchar sus diez temas en bucle. Puede que porque hace cinco años de su último disco o porque son los j**idos Alice in Chains no soy capaz de encontrar pegas. Desde la ilustración de la carátula a sus singles de presentación The one you know y So far under pasando por cada uno de los otros ocho temas. Me parece un trabajo redondo.
Porque… ya sabéis… los discos… son redondos… je.
Por Carlota Purple.
THE KOOKS – Let’s go sunshine (Lonely Cat, 2018)
Volver, pero sin Pe
No hay mejor sensación que descubrir un grupo nuevo. En el bar de moda de tu ciudad y alguna birra de más. Y mientras piensas en hacerte presidenta de su club de fans, escribes a tu amiga ‘tía, escucha esto’. Recuerdo cuando descubrí a The Kooks. Por aquel entonces tenían dos LP. Y los fandoms en Twitter de las boybands efervescentes, dejaban atrás los zumbidos del Messenger. Qué hype. Bien. A lo importante: Los de Brighton han sacado su quinto álbum de estudio: Let’s go sunshine (Lonely Cat, 2018). Un trabajo que vuelve a sus inicios. Con temas como Picture frame, escrito durante su debut con Inside in / inside out (Virgin Records, 06). En su línea indie, compuesto de catorce temas precedidos por una intro de 21 minutos. Me quedo con los punteos en All the time y con el cambio de mood de Pamela.
Por María del Río.
THE CORAL – Move through the dawn (Ignition Records, 2018)
Eco ochentero
Lo ecléctico regresa, una vez más, gracias al nuevo trabajo de The Coral, Move through the dawn (Ignition Records, 2018), que llega dos años después de publicar su último álbum de estudio: Distance inbetween (Ignition Records, 2016). Ecléctico porque la banda inglesa es experta en mezclar, suave y sin brusquedad, maravillosos sonidos e incluso décadas, devolviéndonos con este disco a aquellos maravillosos finales de los setenta y principios de los ochenta. Lo hace serenamente y fácil al oído, incorporando desde pianos a vientos, o pasando por baladas acústicas. La adrenalina en cortes como Sweet release junto a los temas más bailables y pegadizos como Strangers in the hollow o Outside my window forman un vórtice al pasado. Pero sin perder de vista en ningún momento 2018.
Por Blanca Olivella.
LORI MEYERS – 20 años, 21 canciones (Universal, 2018)
Veintiún temas para celebrar dos décadas
Tendemos a recopilar el pasado para ver de dónde viene uno y adónde va. Algo así ha hecho Lori Meyers para soplar sus 20 primeras velas. En este tiempo los de Granada han variado su forma pasando de cuarteto a trío y han sonado a indie rock y a funk, pasando por las reminiscencias sixties españolas. Pero en 20 años, 21 canciones (Universal, 2018), lejos de ser un doble disco de grandes éxitos al uso, la banda ha dejado que 21 amigos escojan su canción favorita para ofrecer una humilde síntesis personal de estas dos décadas. De ahí que falten nostálgicos himnos como Luciérnagas y mariposas o Mujer esponja. Lo único reseñable es la cara B del disco, que contiene prematuras maquetas, alguna versión –como la de Esperando nada, de Antonio Vega– y hasta cuatro temas inéditos –del que sobresale Mangosta.– Un disco para aquellos seguidores que no perdieron en el camino tras las fluctuaciones de estilo. Quizás también para poner en órbita a aquellos fans que los acaban de descubrir. Si los recopilatorios son para rememorar viejas glorias, este álbum sirve sólo para evidenciar que Lori Meyers están cogiendo impulso para seguir sonando 20 años más.
Por Inés Calero.
MILES KANE – Coup de grace (Virgin, 2018)
Yo solo quería ser uno de los Arctic Monkeys
La frase que abre el último disco de los Arctic Monkeys resulta reveladora por el contexto al que devuelve al grupo. ‘Yo solo quería ser uno de los Strokes’, canta Alex Turner en Star treatment. Algo similar debe ocurrirle a Miles Kane, antiguo líder de The Rascals y, desde hace ya una década, compañero de viaje de Turner al frente de The Last Shadow Puppets. En el que es su tercer disco en solitario, Kane reivindica las líneas comunes que traza con el vocalista de los AM, convirtiéndose una vez más en la otra cara de esa misma moneda, aunque preservando algo de ese aroma rockero que Alex Turner ha desechado por completo para Tranquility base hotel & casino (Domino Records, 2018). Coup de grace (Virgin, 2018) te salta al cuello con Too little too late y Cry on my guitar, para después sumergirse en ese territorio rockabilly que Miles Kane explora con la comodidad suficiente como para engendrar canciones de la contundencia del tema que da título al disco. Él solo quería ser uno de los Arctic Monkeys. Al final ha resultado ser un gran artista.
Per Adrián Viéitez.
GABRIELLE – Under my skin (BMG, 2018)
Vibra positiva i nostàlgica
Gabrielle ha tret el seu primer treball després d’onze anys. La cantant anglesa, que va trobar la fama amb la cançó Dreams a 1993, ha tornat amb Under my skin (BMG, 2018): un repertori de dotze cançons que juguen entre el passat i el present en un mix d’estils com el soul-pop, el blues, l’urban i el R&B. Under my skin és un àlbum que emana positivitat en cadascuna de les seves peces, com Young and crazy i el seu ‘turn your dark nights into sunshine’. L’artista també parla d’amor, d’aprendre a ser fort a partir dels errors i d’allunyar-se quan toca, amb un deix de nostàlgia. Amb aquest treball i al retorn de Gabrielle, The Guardian diu: “Sembla com si mai no hagués marxat”. Recomanades cançons com Show me, Breath, Take a minute i Signs.
Per Anna Martín.
BLOOD ORANGE – Negro swan (Domino Records, 2018)
Huyendo de la opresión
¿Sabes esa sensación de alivio pleno que tienes quitándote el sujetador al llegar a casa después de una dura jornada laboral? Pues Blood Orange solía ser ese instante. Pero con su nuevo disco – Negro swan (Domino Records, 2018) – Dev Hynes, compositor bailarín cantante y no sé cuántas cosas más británico, se ha convertido directamente en la sensación de ir sin sujetador por la calle. Y es verano. Y tu camiseta es minúscula. Y los pezones se te transparentan un poquito. Para los hombres cisgénero que no estén familiarizados con esto de tener tetas diré que escuchando este álbum sientes lo mismo que sentirías si te soltaras de las cadenas de Houdini. La presión desaparece y puedes respirar al fin. Te relajas, pero a la vez te quedas con la guardia alta, pensando ‘no me volverán a joder otra vez’. Porque sabes que no todas las opresiones pueden desaparecer desatando un broche o abriendo un candado.
Por Paula Pérez.
THE INTERNET – Hive mind (Columbia Records, 2018)
Para haters de lo actual
El cuarto álbum de The Internet me hace muy feliz. Un grupo bebé, de siete años, adaptando el R&B de siempre a instrumentos electrónicos. Hive mind (Columbia Records, 2018) son guitarras groovies y ritmos noventeros (que a estas alturas igual lo podemos llamar hasta vintage), sexo, frescura, jazz, diversión y muchos bajos. Me encanta ver lo que los nuevos pueden cambiar de las cosas de toda la vida. Es algo similar a Rosalía trapeando flamenco. Perfecto para enseñar a los típicos haters de todo lo actual, que se engañan cuando dicen que todo está perdido. Sigue habiendo talento, cultura y respeto por lo bueno. En mi cerebro destacan Beat goes on y Look what u started como representación de todo esto. The Internet consigue demostrarnos con cada álbum de lo que son capaces y nos dibujan a dónde pueden llegar.
Por Nadia Dubikin.
MARK LANEGAN (FT. DUKE GARWOOD) – With animals (Heavenly, 2018)
Largas son las sombras
Una de las cosas más difíciles de lograr cuando uno se sumerge en la concepción de un álbum es la de matizar su atmósfera, la de enmarcar el tono que se busca conseguir. With animals (Heavenly, 2018) último trabajo de Mark Lanegan (el segundo en colaboración con el multiinstrumentalista Duke Garwood tras Black pudding), basa toda su potencia discursiva en esa búsqueda. Cabe decir que lo logra con creces. Desde la misma portada del disco, Lanegan y Garwood son capaces de construir un universo sombrío, cavernoso, en el que los sonidos retumban y se escabullen asustados. La melancolía habitual de las composiciones del músico norteamericano se mezcla con los minuciosos acabados de producción de Duke Garwood para crear un artefacto musical que transporta rápido al que escucha a sus oscuras profundidades, desde las cuales se escuchan súplicas (Save me, dice Lanegan en su primera canción). A este universo gótico es a donde la deriva del tiempo ha arrastrado al antiguo líder de los Screaming Trees, uno de esos autores que, pese a las circunstancias, siempre se esfuerza en romper con lo previo, en crear. Y nosotros aquí lo recibimos
Por Adrián Viéitez.
GILBERTO GIL – OK OK OK (Geléia Geral, 2018)
Ritual de renovación
Resulta preocupante que artistas casi octogenarios como Gilberto Gil, sigan siendo los autores de los discos más destacados del año, OK OK OK (Geléia Real, 2018), lo es. A los relevistas aún se les espera. El de Bahía, ha grabado quince temas inéditos después de ocho años sin hacerlo. El resultado es fresco, ecléctico, renovador. Gil se ha recuperado de sus dolencias mostrando agradecimiento a doctores, compositores y nietos a través de una música que sólo un catedrático cómo él podía crear. Deja resbalar la voz en las bellísimas Lia e Deia y Jacintho, recupera el espíritu bossa con Quatro pedacinhos, menea la cintura a base de funk en Na real y remata el disco gritando ¡rastaman! al finalizar el genuino reggae Pela internet 2 (actualización de un tema de 1996).
Gilberto Gil lo ha vuelto a conseguir sin despeinarse, otros gastan codos para entregar un churro tras otro disfrazados de obras trascendentes. Una nueva joya en la corona
Por Barracuda.
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