Hace unos días disfrutaba del increíble concierto que Benmont Tench ofreció en el Festival Blues & Ritmes de Badalona. Fue una auténtica delicia disfrutar de su elegancia y su saber hacer, es un maestro y su concierto fue de aquellos que no se olvida, que se te quedan grabados en la retina a fuego. Ma-ra-vi-llo-so.
El concierto fue en el precioso teatro Zorrilla que lamentablemente no se llenó. Algo totalmente incomprensible. Aún no me cabe en la cabeza. Precisamente, lo comentaba a la puerta del teatro con mi buen amigo Sergio Martos, compañero de escritura en la revista Ruta 66 y líder de la banda Schizophrenic Spacers. ¿Dónde demonios estaban todos esos fans de Tom Petty? El primer heartbreaker en pisar nuestras tierras y no estabais allí. ¡Muy mal!
Benmont Tench no solo es uno de los miembros originales de los Heartbreakers de Tom Petty y de la banda que también formó con él, Mudcrutch. A parte, es un músico excelente por sí mismo, teclista y organista excelso, ha colaborado con una larga lista de artistas de primer nivel desde los Rolling Stones, John Prine, Stevie Nicks, Elvis Costello, Fiona Apple, Bob Dylan, Tift Merritt y un largo etcétera que no se acabaría nunca. Su disco You Should Be So Lucky es espectacular. ¿Hace falta que diga más?
Es triste porque nos estamos perdiendo a grandes músicos por dejarnos cegar por la cara conocida
Aun así, el concierto no colgó el cartel de entradas agotadas y, sinceramente, es algo que no entiendo. Y no es la primera vez que veo algo así. Es esa mística del líder versus el resto de la banda, por la cual parece que solo el líder merece la pena, mientras el resto de la banda cuando presenta sus proyectos propios en solitario no importan. Cuando vienen Wilco, llena la sala hasta la bandera. Cuando viene Jeff Tweedy en solitario te llema el Auditori sin problemas, pero vienen Pat Sansone y John Stirrat tocando con su grupo The Autumn Defense y lo hacen en un Sidecar a medio gas. (Por cierto, escuchad sus discos porque son gloria bendita).
Parece que una banda es su líder y poco más, que el resto de los miembros están ahí de mero acompañamiento o que a lo que hacen en solitario no se le da el justo valor que se merece. Y eso es muy triste. Es triste porque nos estamos perdiendo a grandes músicos por dejarnos cegar por los oropeles de la fama, la cara conocida. ¡Qué sí que yo adoro a Jeff Tweedy y lo veo siempre que viene solo, con Wilco con la banda que formó con su hijo o a dar un curso de macramé! Si es Tweedy, allí me vais a ver. Pero también escucho lo que hacen el resto de miembros de la banda sin los que el sonido de Wilco no sería lo que es. Y quién dice Wilco dice cualquier banda que os guste y os venga a la cabeza. Una banda es un todo formado por un grupo de grandes músicos en la que cada uno aporta su magia a las canciones que hacen juntos. Da rabia que no se les de la importancia que tienen, que no se mire más allá a los o las que no son el frontman o frontwoman.
Todo esto os lo cuento para deciros que os perdisteis uno de los conciertos de este año. Y os aseguro que cuando una dice que era músico de la banda de Tom Petty, está en realidad diciendo, “es un músico al que no le llegamos ni a la altura del zapato”. Este es uno que no te puedes perder. Y muchas personas a las que estoy segura que les habría encantado este concierto, se lo perdieron. ¡Shame on you!
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