El 2 de diciembre de 1969, Paco Ibáñez ofreció un concierto en el Olympia de París convertido en icono con el paso de los años. Ese recital (hijo de las protestas acaecidas en Francia en mayo del 68) ha sido evocado por el trovador, necesitado de revivir aquel espíritu librepensador. Vivimos tiempos de fracaso social, hecho que ha permitido al fascismo volver a asomar su sucia cabeza; recordar aquella dicha parecía imprescindible. La efeméride ha provocado, también, la reedición del disco grabado en aquella actuación inolvidable.
No busquen puro interés crematístico, Ibáñez ha demostrado en cientos de ocasiones su honestidad, la revisión de sus canciones de batalla ha tornado por necesidad imperiosa, esa voz se alzará hasta que no le quede aliento.
Paco Ibánez inició esta gira recordatoria el 1 de febrero de 2019 en el Palau de la Música Catalana y quiso culminarla en el mismo coliseo. Otro momento histórico nos esperaba.
Poesía necesaria
Una voz en off recita versos de José Agustín Goytisolo: “En tiempos de ignominia como ahora a escala planetaria y cuando la crueldad se extiende por doquier fría y robotizada, aún queda buena gente en este mundo que escucha una canción o lee un poema…”. Finalizada esta cruda introducción, apareció el maestro guitarra en alto y vestido de riguroso negro, como siempre.
Antes de arrancar con Nocturno (Rafael Alberti), Paco Ibáñez nos advirtió: “La democracia está en peligro”. Sentencia desgraciadamente cierta que presidió una velada tan emotiva como angustiada. Al entonar Me queda la palabra (Blas de Otero) se nos formó un nudo en la garganta que no se deshizo ni al gritar con fuerza A galopar (Rafael Alberti) canción con la que finalizó un concierto de casi dos horas de duración.
Ibáñez estuvo muy locuaz, irónico, incluso contó un chiste en francés, sin embargo, se mostró tremendamente crítico con la clase política y preocupado por lo adormecida que se encuentra la sociedad en general. ¡Izquierda, despierta! espetó antes de interpretar con aplomo La poesía es un arma cargada de futuro (Gabriel Celaya). El gran Paco sigue siendo socarrón, pero anda preocupado, los poemas siguen siendo su gran refugio.
Insobornable
“Hay muchos cretinos sueltos que se conforman con una sola lengua cuando tenemos cuatro”. Con esta mordiente arenga inició un tríptico formado por temas con letras de Antonio García Teijeiro (Que ocorre na terra), Xabier Lete (Zure tristura) y Joan Margarit (Els que vénen), al que se le unió el francés con Le Parapluie de George Brassens. La lengua es nuestra patria, quien no quiera entenderlo comete un grave error.
A diferencia de aquella noche parisiense en la que actuó solo, en esta ocasión le acompañaron Mario Mas a la guitarra y Pep Pascual, un mago alumbrando asombrosas sonoridades. Se lució en Yo vuelo por mis alas, poema surrealista de Federico García Lorca, una de las tres aportaciones del genio granadino. Si tú vienes de romería y Canción de jinete completaron el homenaje lorquiano.
Intentar coserle la lengua a estas alturas es tarea inútil. Se despachó a gusto reprendiendo a Stalin, Fidel Castro o Maduro, salvando únicamente de la quema al Che Guevara, rememorado en Soldadito boliviano (Nicolás Guillén). Tampoco se libró el juez Llarena, tildado de “ser repugnante”, le dedicó la tremebunda Ya no hay locos de León Felipe quien repitió en la grandiosa Como tú.
La intensidad de Antonio Machado apareció con Proverbios y cantares, Miguel Hernández en la coreada Andaluces de Jaén y José Agustín Goytisolo reapareció en Palabras para Julia, uno de los mejores poemas musicados de la historia.
Pese algún despiste ocasional, Paco Ibáñez se encontró firme y en dignas condiciones vocales (86 años pesan), dando la impresión que aún le queda cuerda para seguir peleando.
“La vida es eterna, nosotros estamos de paso” sentenció el rapsoda. Paco, paséate un poco más, sin ti nada volverá a ser lo mismo. Queremos seguir galopando hasta enterrarlos en el mar.
Si abrí los ojos para ver el rostro puro y terrible de mi patria. Si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra
Blas de Otero / PacoIbáñez
Autores de este artículo
Barracuda
Miguel López Mallach
De la Generación X, también fui a EGB. Me ha tocado vivir la llegada del Walkman, CD, PC de sobremesa, entre otras cosas.
Perfeccionista, pero sobre todo, observador. Intentando buscar la creatividad y las emociones en cada encuadre.