Operación Triunfo ha dado el salto a grandes artistas como Aitana, David Bisbal o Lola Índigo, y cada vez que hay una nueva edición del programa, nuevos talentos empiezan su carrera musical. Esta última edición, ha dado a conocer a nuevas caras a esta industria, y aunque no haya hueco para todas, la de Ruslana sí que llega para quedarse con todo. Tras quedar en tercera posición en el concurso y lanzar sus primeros hits, la ucraniana se ha llevado una gran masa de público hacia uno de sus géneros favoritos, el pop-rock.
Para ella, esto solo acaba de empezar, y le queda un largo camino que recorrer, pero de lo que todos tenemos que estar seguros es que va a llegar dónde ella quiera. Habiendo sacado su primer disco, Génesis, la gente ya corea sus canciones, que suenan en distintos lugares. La artista emergente no quiso esperar, y a la que pasaron pocos minutos de las 20:30, ya estaba todo el público disfrutando de su nueva favorita.
Novata pero cerca del estrellato
A pesar de ser su primera gira, Ruslana sabe cómo mover al público más que muchos artistas que llevan años actuando. Todo arrancó con su primer tema, Las chicas malas desafinan, con el que el público ya inició su rutina de saltos y gritos.
“Que se note la energía hombre. Estoy encantada de estar en esta sala porque es una de las más grandes que vamos a hacer en esta gira, así que voy a intentar dejar lo mejor de mí” exclamó la joven cantante, e inició con una cover de Las chicas son guerreras, que además mezcló con su colaboración con Paula Koops, Me he colgado de mi ex.
Las covers fueron un elemento que se repitió durante el concierto, debido a la corta trayectoria de Rus, pero aún así, las 1000 personas de Razzmatazz coreaban las canciones como si fueran suyas. Tras una cover de Beautiful Things de Benson Boone, llegó uno de las temas más sonados de la nueva estrella del rock, La Balada.
La fuerza de una pequeña gigante
Tras acabar La Balada, se marchó para volver con más fuerza y renovada de vestuario. Esto desembocó en un momento clave del show, y es que tener tanta gente de tu lado siempre viene bien, y más cuando no solo hay apoyo, sino también ofrendas. Regalos, carteles, fotografías, e incluso un Sonny Angel volaron hacia el escenario. “Espero que estéis sudando lo mismo que yo, porque si no, no es justo”, exclamó Ruslana mientras indicaba que iniciaba un nuevo bloque de canciones, mucho más rockero y con una cover de su grupo favorito, Måneskin.
Ya estábamos llegando al final, y todos lo sabían, por eso fue el momento de botar y botar hasta superar la rutina diaria de gym. A punto de cerrar, sonó Nanana, y cuando acabó, dijo “Hasta la próxima”. El público pedía otra y otra, y aunque los músicos se habían ido, todos sabían que faltaba la guinda del pastel. “Lokademás, lokademás, lokademás”, coreaba el público demandando la canción, y Ruslana le dio al público lo que quería, sonó Lokademás. Curiosamente, antes de empezar el hit y como si de un conjuro se tratase, los artistas volvieron al escenario al ritmo del himno del Barça. “Ahora sí nos vamos, espero que lo hayáis pasado bien y nos vemos en la próxima Barcelona”, y así cerraba su primera visita a esta ciudad como una nueva estrella.
Nadie sabe lo que el futuro le puede deparar a una persona, y menos en una industria tan complicada como la música, pero quién tiene talento y lo sabe explotar, se acaba convirtiendo en un referente. Lo único que está claro, es que el talento de Ruslana existe, y por el momento, lo está sabiendo explotar como nadie de su edición de Operación Triunfo. Personalmente, estoy seguro de que el mundo le depara un futuro maravilloso a esta pequeña ucraniana, que un día soñó con ser una rockstar, y hoy acaba de poner la primera piedra de su obra final.
Autores de este artículo
Mario Iglesias
Maria Pérez
Hago fotos prácticamente desde que tengo memoria. Colecciono vinilos y conciertos. Probablemente podría adivinar todas las canciones de Gracie Abrams y Taylor Swift escuchando los 3 primeros segundos.