Que sí, que ya, que Rosalía. Que los premios de Los40, que los premios de la MTV. Que Operación Triunfo. Que el Festival de Jazz, que los mil conciertos que hay cada noche en Barcelona… ¡Están ocurriendo muchas cosas! Volvamos al principio: Rosalía ha reivindicado el poder del álbum en un mundo de singles. Y nosotros hacemos lo mismo. Así que sumérgete en esta lista de los mejores discos de octubre que hemos seleccionado cuidadosamente para tus orejitas.
Si no tienes suficiente puedes consultar las listas de enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio-agosto y septiembre. También hemos publicado listas en 2017, pero no las ponemos para no deslumbrarte con tanta belleza.
GRETA VAN FLEET – Anthem of the peaceful army (Blackbird Studios, 2018)
Manteniendo la llama del rock
Unos los critican por parecerse a Led Zeppelin, por ser llamados “salvadores del rock”, por estar chapados a la antigua y no innovar; mientras que otros los adoran por estos mismos motivos. Es indiscutible que el grupo americano de rock Greta Van Fleet, compuesto por los tres hermanos Kiszka y el batería Daniel Wagner, no dejan a nadie indiferente. Y con el lanzamiento de su álbum debut, Anthem of the peaceful, aún peor. Un disco con temazos como Brave new world o Watching over, y otros que no brillan tanto, como el propio Anthem o el tan esperado When the curtain falls. Un buen disco que evidencia el talento que tienen estos veinteañeros y que nos permite atisbar su brillante futuro. Greta Van Fleet nos da la oportunidad de acercarnos a la época dorada del rock a aquellos que no la vivimos y de revivirla a los nostálgicos que tuvieron la suerte de estar en primera fila. Gracias, Greta Van Fleet, por mantener la llama encendida.
Por Celia Sales.
KURT VILE – Bottle it in (Matador, 2018)
Música para domingos lluviosos
A Kurt Vile o lo amas o lo odias. Esa actitud de saber más que el resto no convence a muchos. Pero con Bottle it in es imposible no amarle. Los fans de Neil Young probablemente pensarán lo mismo: nada más darle al play parece que estés escuchando al canadiense. Incluso los de Bob Dylan: su manera de cantar, en la que parece arrastrar las palabras, recuerda al deje vocal del cantautor. Se nota que Vile ha trabajado mucho en las canciones de este disco – Come again es una de las mejores – y el resultado es admirable… pero – siempre hay un pero – puede llegar a hacerse un poco pesado. Hay dos temas que sobrepasan los diez minutos y son un tanto planos: el ritmo no varía lo suficiente como para conseguir terminarlos sin echar algún suspiro. Podríamos calificarlo como un disco de domingo lluvioso.
Por Ana López.
ELVIS COSTELLO – Look now (Concord Records, 2018)
Báilame hasta morir, Costello
No engaño a nadie aquí: cuando, hace unos meses, me enteré de que Elvis Costello sufría un cáncer, se me congeló algo. Resonaban en el horizonte las muertes de David Bowie, de Tom Petty, de Leonard Cohen. Las terribles muertes de mis referentes – que empiezan a extinguirse de forma inevitable, porque así la vida, así las cosas -. Resurjo ahora, como un bailarín empujado de nuevo al centro de la pista. No solo escucho que el tumor ha sido extirpado con éxito y que no se trataba, en ningún caso, del cáncer agresivo que llegó a mencionarse; pasa además que Elvis Costello regresa tras un lustro de silencio y publica Look now, una bomba de adrenalina, un disco soberbio y fibroso del irrepetible artista que parió My aim is true y This year’s model; uno de los músicos más relucientes que nos ha regalado la música británica post-punk. Bailen, queridos y queridas, déjense llevar por la sensibilidad arrebatadora del Elvis que continúa arañándome el corazón. Hasta morir, Costello. Hay baile para rato.
Por Adrián Viéitez.
RICHARD ASHCROFT – Natural rebel (BMG, 2018)
El chico rebelde se queda en casa
The Verve eran pura dinamita. Cantaban que la vida era una cosa agridulce y se las ingeniaban para congeniar su despiadada melancolía con esa pulsión rebelde de los chicos ‘inevitablemente malos’. Richard Ashcroft estaba a los mandos, y era fundamentalmente eso: un jovencito rebelde, un buscador flemático de sacudidas. Su carrera en solitario, que ya se extiende a lo largo y ancho de dos décadas – en las cuales solo ha producido seis álbumes, cabe señalar – arrancó con un tono similar, aunque más abrazada al componente lírico que a la contracultura, con Alone with everybody. Años después, en Natural rebel, nos encontramos con todo lo contrario a lo que anuncia el nombre del disco: un Ashcroft acomodado, estancado en un sonido que busca reproducir constantemente lo que en otro tiempo fue sinónimo de rebeldía y ahora solo es pura parafernalia de repetición. Es una pena encontrarse con un disco tan correcto, tan blindado, tan poco dispuesto a pensarse a sí mismo, tan poco natural, tan poco rebelde. Tan poco Ashcroft. Tan poco The Verve.
Por Adrián Viéitez.
MØ – Forever Neverland (Sony Music, 2018)
Mucho más que un feat MØ
Si te digo Forever Neverland, lo más probable es que pienses en Peter Pan y sus niños perdidos – que, ahora que lo pienso, es un nombre de lujo para una banda de garage -, pero te toca desaprender lo que sabes para darle espacio a esta información: Marie Aagaard Ørsted – más conocida como MØ – tiene nuevo álbum y se titula Forever Neverland. Hemos tenido que esperar cuatro años para disfrutar de esta joyita, pero escuchando el resultado final he de decir ha merecido la pena. Electropop, guitarras acústicas y rareza que se entremezclan configurando la prueba definitiva de que MØ es mucho más que una artista de colaboraciones. Estaría mintiendo si dijera que no recuerdo su brutal Lean on con Major Lazer, pero este disco es la prueba de su talento. Si no, cómo explicar la tensión entre la melancolía de la letra de Red wine y la sonoridad tribal de Way down. Purple like the summer rain, tiene un descompás que se merece un piso en Torrevieja, el coro de Mercy su propia estrella en Hollywood y el resto de piezas mil cosas más, pero casi prefiero que las descubras por ti mismo. Anda, dale a play.
Por Carlota Purple.
PAJARO SUNRISE – W (Lovemonk, 2018)
Luces y caricias
Una docena de años lleva ya Pajaro Sunrise surcando los horizontes de la música nacional, desde que en 2006 Yuri Méndez se echase un proyecto de dúo a sus espaldas y asumiese el nombre del mismo como su propio seudónimo artístico. Desde entonces, su búsqueda transita siempre el mismo sendero, el misterioso camino que comunica el folk más limpio y orgánico – folk de raíz americana – y las técnicas electrónicas más experimentales. Su nuevo álbum, W, lleva hasta el paroxismo esta máxima. Se trata, pues, de un disco quebrado por la mitad, por una grieta inmensa que separa su quinto corte, What’s there and what’s not there; y el sexto, Trembling stars. Entre ellos media una fractura musical vastísima, un giro violento: antes todo es pulso, todo es delirio nocturno y eléctrico; después, las luces se recogen y Yuri Méndez – o Pajaro Sunrise – te acaricia con delicada armonía. Tras Trembling stars llegan Thirty-one, Strangers e If I could choose. Puedo decir, tras escuchar esas cuatro canciones de forma consecutiva, que me siento un poquito más en casa.
Por Adrián Viéitez.
JAAKKO EINO KALEVI – Out of touch (Domino Recording, 2018)
Aquí siempre es primavera
Jaako Eino Kalevi es una rareza del país de hielo. Digo rareza porque cuando me pongo ante un artista nórdico me espero metal, rock o incluso rap, pero no melodías que me hagan sentir que la primavera acaba de empezar. Como te comentaba en la playlist sobre grupos nórdicos, su música es pura magia auditiva: melodías experimentales pasadas por sintetizador y pensadas para evocar sensaciones. Out of touch es una joyita – y más ahora que se acerca el invierno – con la que ponerle banda sonora a las tardes de lluvia en las que el vaho se come los cristales de tu habitación. Os recomiendo que empecéis por el videoclip de Emotions in motion, antes de pasar a Night chef – maldita locura – y Fortune cookie, la cual no tiene más efectos sonoros porque no le caben. Recuerda ponerte ropa fresquita: en este disco empieza a hacer calor.
Por Carlota Purple.
ESPERANZA SPALDING – 12 little spells (Concord Records, 2018)
Por arte de magia
¿Alguna vez has caído presa de un encantamiento? ¿Has sentido un hormigueo y una sensación de curación en tu cuerpo que no puedes explicar? Tal vez es porque has escuchado el nuevo disco de la artista estadounidense Esperanza Spalding: 12 little spells. A escasos días de la noche de brujas, Spalding lanza sus doce hechizos convertidos en doce sublimes piezas audiovisuales dedicadas a diferentes partes de nuestro cuerpo. Apropiándose de nuestros sentidos, nos hipnotiza con su música – una mezcla entre jazz y ópera – y con las imágenes de sus vídeos, ya que nos adentra en un mundo que el ojo humano apenas es capaz de percibir: sangre, sudor, cicatrices, diente de león, alas de mariposa… ASMR total. Aquellos que no tengan su mente abierta no serán hechizados, pues la disonancia entre voz y música hará que se pierdan. Los más afortunados experimentarán ganas de bailar (You have to dance), de tocarse (Touch in mine), de amar (With others)… ¿Surtirán efecto sus hechizos?
Por Celia Sales.
CAT POWER – Wanderer (Domino Recording, 2018)
Aura errante
Wanderer significa vagabunda, errante. Una cruz que la cantante de folk norteamericano ha llevado puesta desde niña, primero por su infancia nómada y más tarde por su profesión. Abstracto, dubitativo y metafórico, el álbum es un cúmulo de canciones sensibles que nacen en un lugar sin nombre, en un estado meditativo, del subconsciente, en aquel espacio entre los pensamientos y la nada. Como si su voz de terciopelo se fuera a romper en pedazos, destaca Woman, con Lana de Rey a los coros. Cat Power sigue teniendo abiertas las heridas de esa infancia complicada, acompañada de la adicción al alcohol y a las drogas; y habla de sus propios fantasmas con la levedad de quién sabe que siempre vagarán entre ella y su piano… (y que no se vayan nunca).
Per Inés Calero.
ECHO & THE BUNNYMEN –The stars, the oceans & the moon (BMG, 2018)
Este disco me da ganas de llorar
Vale, a Echo & The Bunnymen siempre les deberé The killing moon – de su álbum Ocean rain (Korova, 1984) -, pero aún así su ultimo disco me enfada. The stars, the oceans & the moon contiene quince piezas de las cuales solo dos son nuevas… el resto, toooooodo refrito. Y ok, sonoramente me fascina y que creo que está bien rejuvenecer algunas canciones pero, ¡tíos, sois los malditos estandartes del post-punk británico, centraros! Intentando ser más objetiva, te invito a contemplar la voz McCulloh, obviamente mucho más madura y serena que cuando se comía el mundo en los 80. Y, ya que estás, escucha The somnambulist y How far? – únicas piezas no recuperadas del baúl de los recuerdos – y la nueva The killing moon, la cual se ha convertido en una balada a piano muy sentida, pero que el cabreo que siento no me ha dejado disfrutar.
Por Carlota Purple.
ST. VINCENT – MassEducation (Loma Vista Recordings, 2018)
St. Ave fénix
De fondo, Savior. Cierro los ojos y me imagino en una cafetería de sillas de colores y lámparas vintage observando a Annie Clark sobre una tarima ligeramente elevada. Empiezo a seguir el ritmo con el pie y cuando me quiero dar cuenta estoy chasqueando también los dedos. Hay que decirlo, lo último de St. Vincent es puro rollo del bueno. Y no digo lo nuevo porque es que no lo es. Resulta que Annie Clark se ha juntado con Thomas Bartlett para reelaborar Masseduction (Loma Vista Recordings, 2017), el disco con el que encandiló en octubre de 2017 a sus fans. Pero si este trabajo ya era una joya, MassEducation es un diamante en bruto. Él al piano y ella la voz que susurra, suplica, afirma e hipnotiza. Esta readaptación tiene un no sé qué que qué se yo, un halo de misterio favorecido por una serie de matices que, por alguna razón, me recuerdan al mítico coro de iglesia. Un popurrí de sensaciones que pulen el anterior trabajo para dar paso a uno más natural, íntimo y cómplice.
Por Sara P. Seijo.
ELS PETS – Som (RGB, 2018)
Allò de reinventar-se o morir… doncs Els Pets no moriran mai
Si hi ha un grup català que avui dia no necessiti presentació, aquests són Els Pets. Després de 33 anys sobre els escenaris, els de Constantí continuen reinventant-se amb cada disc, amb bon gust i sempre en línia ascendent. En aquest cas, amb Som, sota la producció de Joan Pons, El Petit de Cal Eril. Aquesta mateixa decisió és la millor mostra de com, lluny d’ancorar-se en el so que els va portar a l’èxit, amb cada nou treball tenen la valentia de qüestionar-s’ho tot i adaptar-se a cada moment. Allò de reinventar-se o morir… doncs Els Pets no moriran mai. Pel que fa a les cançons de Som, hi trobem l’essència de sempre. Les lletres de Lluís Gavaldà, capaces de convertir la situació més quotidiana i senzilla del món en una cançó preciosa i universal; sonoritats fresques i actuals, en aquest cas amb una influència palpable d’en Joan, i, sobretot, la humilitat que desprèn el grup. La humilitat de continuar reivindicant-se tot i ser des de fa anys el gran referent de la música pop en català.
Per Nil Boladeras.
ALONDRA BENTLEY – Solar System (Mont Ventoux, 2018)
Sintética y espacial
Nada queda ya del folk intimista de los inicios de Alondra Bentley. Como ya empezó a anunciar en Resolutions (Gran Derbi / Gran Sol, 2015), Alondra se siente más cómoda en el pop electrónico. Medio ochentero, medio mainstream pero sin perder la peculiar identidad que le otorga su voz, Solar system es un disco completamente de corte pop sintético. Habría que preguntarle si esta progresión del folk hacia los sintes y a la estética ochentera ha sido debida a una evolución propia o más bien por cuestiones de mercado. Un nuevo universo que la cantante explora y que completa con sus videoclips, donde sigue con los colores y toda una estética con un gran número de referencias a esta década. Comercial y alegre, el disco se hace disfrutable y seguro que más de uno lo baila en sus pequeñas fiestas, espaciales o no.
Por Inés Calero.
RAN RAN RAN – Ran de mar (Bankrobber, 2018)
Dolç i salat
Ran Ran Ran estrenen Ran de mar i resulta entrar tan fàcil com ho fan les onades a la platja. Tímides, però amb força. Silencioses, però amb cos. Com qui escolta el melancòlic sorolls dels màstils ballant al ritme del vent, el treball s’omple de cançons en què no corre la pressa. Un àlbum dolç i salat, com l’aigua de mar, on La gent especial ens convida a escoltar i parar atenció als petits detalls i a les velles històries. Té un regust melancòlic – allunyat del què inspirava l’història del darrer àlbum L’hereu – amb l’harmònica a El palau dels déus o a Quadrant cançons. Les fugides, amors i escapades, i més d’un desengany en són els protagonistes. No obstant, després d’aquest ritme arpegiat i tranquil, s’acosta el plat fort, deixant-lo aquest cop per Havent sopat.
Por Blanca Olivella.
DJANGO DJANGO– Winter’s beach (Because Music, 2018)
Rave en la playa
Que Django Django saque un nuevo disco es motivo para sonreír, pero que se marquen una movida tan loca como Winter’s beach hay que celebrarlo con una fiesta que acabe en after. Dirás ‘Carlota, me suena a lo de siempre’ y eso te lo concedo. Es cierto que los londinenses no se atreven a nadar en nuevas experiencias sonoras, pero… ¡es que ellos ya son una experiencia! ¿Qué que tiene este disco para nosotros? Pueeees sintetizadores, percusiones, piano, armonía y todo lo que tu cabeza sea capaz de crear mientras lo escuches. Tengo que reconocer que me siento enamorada del videoclip de Swimming at night, dirigido por Gemma Yin Taylor y que es una auténtica fantasía audiovisual. Sobre el resto del disco te diré que una vez escuchado Swimming… te quedan solo cinco piezas. Haz cosas de casa con Django a todo trapo, ya verás cómo esos calcetines se cuelgan mejor.
Por Carlota Purple.
CLARA PEYA – Estómac (Satélite K, 2018)
La lluita no té sostre
Ja ho diu Clara a la cançò que obre l’àlbum, Cara a cara: “L’estómac no té sostre”. Estómac és un amalgama de jazz, rap, pop i electrònica amb fons de manifest feminista amb l’objectiu de deconstruir la idea de l’amor romàntic. Ella canta per combatre l’educació que des de petits hem rebut sobre el que s’espera al estimar i ser estimats. Si en el rap és on se sent més còmoda pel que fa a la part vocal de les cançons, el piano és l’instrument amb el que més ens emociona. No hi ha dubtes: Clara Peya és de les artistes amb més personalitat de l’escena catalana, i de les més viscerals. Ella ho diu: “canta amb l’estómac i no amb el cor”. Perquè cantar amb les vísceres és una elecció personal i, per tant, política; i la seva militància per ara no té sostre.
Por Inés Calero.
NOTHING BUT THIEVES – What did you think when you made me this way (Sony Music, 2018)
Letras para tus estados
Dame una guitarra y moveré el mundo – de los corazones rotos -. Nothing But Thieves son los Arquímedes en lo que a desamor se refiere. Su nuevo EP What did you think when you made me this way es al oyente lo que para el matemático el ‘punto de apoyo’. Es esa canción que compartes en todas tus redes o esa página random de letras para tus estados cargadas de indirectas que te hacían sentir entre sabio del medievo y crack. La impotencia de un corazón roto sintetizada, literalmente, con guitarras y la voz potente cargada de furia de Conor Mason. Un EP intenso que te deja con ganas de más. Como con las croquetas de tu abuela, aunque suene a tópico. De los cuatro sencillos, me quedo con el cambio de mood a media canción de Forever & ever more y la sutileza de You know me to well.
Por María del Río.
VALTONYC – Poemes per a no tornar (Autoeditado, 2018)
Un semiadiós y una evolución
Las letras de este álbum se vuelven curvas trazándose hacia arriba y hacia abajo y convirtiéndose en amarillas y con forma de lazo, una vez más. Valtonyc cuenta y canta exiliado en Poemes per no tornar, un disco que es un semiadiós, como el propio mallorquín anuncia, pero también supone una evolución de su sonido. Josep Miquel Arenas alias Valtonyc deja atrás las precoces rimas que le llevaron a Bruselas y nos presenta ahora un álbum maduro, desarrollado, reflexivo y atrayente. Temas taciturnos como La pols dels miralls, o valientes como Mimetismo, y cada uno de ellos reivindicativo. Una catarsis de las diferentes emociones y estados de ánimo que está viviendo.
Por Jessica Cobos.
Autores de este artículo