Después de una intensa gira, donde trotaron incansablemente de pueblo en pueblo, Iseo & Dodosound llegaron a Barcelona. Desembarcaron en su nave espacial, en mitad de semana, con tal furor que su llamarada dejó todo ‘burning, burning, burning… buuurning’ (si no entiendes el chiste escucha Frozen desert, su track con más reproducciones en Spotify y una de las más aplaudidas la noche del 7 de noviembre).
Comentaba una pareja en el piso de arriba cuánto habían crecido. Una le decía que había visto a este dúo formado por Leire Villanueva (Iseo) y Alberto García (Dodosound) hace un par de años en un garito con una quinta parte del público que tenían esta noche. “Están a otro nivel ya”, le contestó la otra. Poco después Leire dio las gracias a todas las que se habían acercado (había mayoría absoluta de chicas). Y nos confesó que al principio tenían miedo de Apolo para su fin de gira. Pensaban que no iba a funcionar… Y agotaron entradas hace semanas. Y al día siguiente volvieron a llenar la sala grande.
Acompañados de banda, los Mouse Hunters, Iseo & Dodosound nos invadieron con sus vibras. A veces tan adentro, tan profundo, que casi dolía – las mujeres sabrán de lo que hablo -. Daba igual que estuvieran con todo el hype, como con Freedom (Cat platoon, 2015) o con Digital shoots (Roots in the air, 2017); o más relajados como cuando Leire bajó revoluciones para cantar en euskera después de cambiarse de vestuario… el público de Barcelona se las sabía todas. Y, mientras tanto, la banda lo sentía real y se notaba en su potencia.
Hubo momentos para todo: presentaron su nuevo single Dame (Mundo Zurdo, 2018), escenificaron una lluvia torrencial en el escenario, nos relajaron, nos encendieron… Iseo se recorría el escenario como perico por su casa y Dodosound manejaba los mandos de su nave espacial con una precisión digna de la NASA. Sobre todo destacó el buen humor: al final de todo, cuando la gente sabía que la fiesta se estaba terminando y sonó Vampire se puso toda la carne en el asador. La carne era la vibra y el asador eran sus cuerpos. Resultado: baile y más baile, sonrisas y más sonrisas.
Resumiendo: Mucho feminismo – of course -, mucha chavalada bien feliz y dub por un tubo. El mejor plan para volver por un par de horas al ansiado caloret del veranito.
Autores de este artículo
Paula Pérez Fraga
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.