Ya dio la impresión, por su continuo aleteo de brazos y manos, que el pletórico Richard Butler (tanto física como vocalmente) quería elevarse a las alturas del Razzmatazz 2 desde que entonó The Boy That Invented Rock & Roll (junto a Wrong Train, las únicas piezas de Made Of Rain, su último disco grabado en 2020). Finalmente lo consiguió con una soberbia interpretación del mega hit Heaven, canción que cerró el set oficial, después llegarían un par de bises para seguir encaramado en una nube celestial.
Hace casi cinco años, The Psychedelic Furs nos visitaron en la Sala Salamandra con una formación de campanillas. Pasado el convulso lustro, los incorruptibles Richard y Tim regresaron con las fuerzas indemnes y una banda de sonido duro (en ocasiones distorsionado y retorcido) que nos hizo olvidar los finos arreglos de saxo y florituras pop (en el mejor sentido de la palabra). Amanda Kramer (teclados), Richard Fortus (guitarra y viola eléctrica), Rich Good (guitarra), Jack Alford (batería) y, por supuesto, el poderoso bajo de Tim Butler nos introdujeron en el universo Velvet (recuerden que su nombre está inspirado en Venus In Furs de The Velvet Underground) y en el post-punk más creativo. Aquí residió el secreto del triunfo.
Los londinenses atesoran un ramillete de estallidos pop que servirían para justificar cualquier carrera. Aunque los vistas con bata de cola, no variará su impacto. En esta ocasión, no plancharon el traje, situándonos en una onda cruda que iluminó, más si cabe, a Sun Run Down, The Ghost In You (maravilloso Tim exprimiendo su rugosa voz), All That Money Wants (exuberante), Love My Way, Easy Street o ese quinteto final formado por President Gas (éxtasis), Pretty In Pink, Mr. Jones, Heartbreak Beat y la citada Heaven. Esa rotundidad sonora que incluyó Forever Now (conclusión de enjundia), consiguió que no echáramos de menos la ausencia de temas de aquel prodigioso The Psychedelic Furs (1980), aunque utilizaron Pulse en la primera propina.
Quizá, no estaría mal que, durante la gira, variaran el repertorio (siempre calcado), pero han jugado con él de manera sorprendente, ofreciéndole una frescura y un ímpetu, que después de 47 años de aguantar chaparrones de insulsas novedades, a ver quién es el listo criticón que levanta la voz.
Su credibilidad en el escenario sigue inmune al paso del tiempo, confían en su ideario y saben muy bien lo que hacen, son los mayores elogios que pueden recibir. Tim se dejó la vida mientras proyectaba sus líricas a los seguidores enfervorecidos, flotó de esquina a esquina sonriendo, empatizando con su hermano y sus músicos, convirtiéndose en el perfecto maestro de ceremonias. Esto es un frontman con talento y agallas, lo demás pura patraña.
The Psychedelic Furs insuflaron vida a un género que feneció porqué lo edulcoraron demasiado y visto lo visto su valor debería estar en alza.
Se me olvidaba: el sold out registrado se lo merecieron con creces. Conciertazo.
Heaven is the whole of our hearts and heaven don’t tear you apart"
Heaven, The Psychedelic Furs, 1984
Autores de este artículo
Barracuda
Sergi Moro
Desde que era un crío recuerdo tener una cámara siempre cerca. Hace unos años lo compagino con la música y no puedo evitar fotografiar todo lo que se mueve encima de un escenario. Así que allí me encontraréis, en las primeras filas.