Somos de los primeros en la sala. En un caminar progresivo, van llegando los de esta noche. Poco a poco llenan la platea de Barts -hoy sin butacas- en una velada más del Guitar BCN. A mis espaldas ya siento la presión de la gente que se aglutina una cerca de otra. Como queriendo contacto humano. Basta con echar una mirada a nuestro alrededor para comprobar que los de hoy son tipos y tipas desenfadados. Variopintos.
La percusión comienza con su papel y el ritmo soul nos penetra ya antes de que Amadou y Mariam aparezcan en el escenario con sus túnicas tradicionales. Rojo intenso. Y una ovación del público brutal. No nos ven, pero nos sienten.
La pareja se conoció en una escuela para ciegos de Mali, a finales de los 70. Para los 80 ya estaban casados y a finales de los 90, tras mudarse a París, salía a la luz Se Te djon ye (Sonodisc, 1999). En ese mismo año sacaban su segundo trabajo: Sou ni tilé (EmArcy Records, 1999). Desde entonces no han parado de exportar su música por todo el mundo. Ritmos tradicionales, de sus orígenes malienses, que tienen mucho de blues y de innovación. Es la personificación de la renovación continental. Batoma (Welcome to Mali, 2008) da fe de ello. La guitarra tiene un rol protagonista en esta y otras muchas de sus canciones. De hecho, el guitarrista es junto a la corista dos de los que más destacan en el escenario. Aunque Amadou nos demuestra más de una vez que a él con las cuerdas es difícil hacerle competencia. Junto con Mariam, permanece inmóvil en el centro del escenario. Es a sus dos costados donde se crea el movimiento. Desde ahí llegan durante todo el concierto las palmas, los saltos de un lado a otro. Y la corista no para de mostrarnos como se baila realmente la música de Bamako. A momentos se convierte en el centro de nuestras miradas.
La voz del dúo hace vibrar. No sabemos si detrás de sus lentes son conscientes de lo que se está montando aquí abajo. Pero suena Wily Kataso (Folila, 2012), de su penúltimo disco, y para entonces el suelo ya vibra. Los de esta noche bailan sin códigos establecidos. Lo único que saben es de fluir con el ritmo. Algunos tararean las canciones. Y un trío de mujeres forman en primera fila, sin quererlo, una coreografía grupal. Por un momento quiero unirme a ellas. Mariam sale del escenario. Amadou se queda interpretando Massiteladi (Welcome to Mali, 2008). Y mientras pienso si formar el cuarteto con las tres de la primera fila, alguien me quita el puesto. Una mujer negra me arrolla con su energía y viene a poner presencia africana a pie de escenario. Grita algo a Amadou y Mariam en francés. Parece que está viviendo el concierto de su vida. Y nosotras, mientras, estamos de camino a Mali. La música acompaña y hoy se puede ver entre el público más presencia afro de la habitual. Dogon (Sou ni tilé, 1999) es otra para la que Mariam no está. Aunque pronto reaparece con un vestido verde con mucho zigzag al son de Yiki Yassa (Les années maliennes, 2006). El público los acompaña. Y ellos no paran de preguntarnos: “Are you feel okay? Ça va?”. A nosotros la pregunta nos parece absurda. Desde que aparecieron, su música y su buen rollo se han convertido en un caramelo de felicidad que se derrite sobre nuestra lengua.
Y entonces llega Bofou Safou (La confusión, 2017), la canción más esperada de la noche. Se trata del single estrella del nuevo álbum que estrenarán este otoño. La letra habla sobre levantarse del sofá y ponerse a trabajar. Es pegadiza y nos adelanta el ritmo que traerán para este año.
A la pareja siempre le ha gustado hablar sobre La realité (Dimanche à Bamako, 2004). Cantar sobre ella. El álbum Dimanche à Bamako, producido junto al artista Manu Chao, sirve de buen ejemplo. Y ese mismo nombre lleva la canción que los catapultó directamente a la fama mundial: Dimanche a Bamako. Habla de un domingo en su ciudad, los días de boda. Con La Paix (Dimanche à Bamako, 2004) siguen dándonos más de ese álbum emblemático. Y del carácter crítico y reivindicativo que también han construido como dúo. Para acabar, nos cantan una donde la voz de Mariam suena a nostalgia: Sabali (Welcome to Mali, 2008). Y cierran con Africa (Welcome to Mali, 2008).
Por nuestra parte, nos quedamos con el sabor a caramelo incluso después de salir de Barts. A estas alturas, quizás a alguno le haya resultado imposible no imaginarse contemplando ese domingo en Bamako, esperando escuchar a su lado la voz cálida de alguien al decirle un “Bienvenido a Mali”.
Certains ont du travail tandis que d'autres chôment Il faut alors, que tandis que certains dorment D'autres veillent C'est la triste réalité Mais... dansons ensemble
A la pareja siempre le ha gustado hablar sobre La realité (Dimanche à Bamako, 2004). Cantar sobre ella. El álbum Dimanche à Bamako, producido junto al artista Manu Chao, sirve de buen ejemplo. Y ese mismo nombre lleva la canción que los catapultó directamente a la fama mundial: Dimanche a Bamako. Habla de un domingo en su ciudad, los días de boda. Con La Paix (Dimanche à Bamako, 2004) siguen dándonos más de ese álbum emblemático. Y del carácter crítico y reivindicativo que también han construido como dúo. Para acabar, nos cantan una donde la voz de Mariam suena a nostalgia: Sabali (Welcome to Mali, 2008). Y cierran con Africa (Welcome to Mali, 2008).
Por nuestra parte, nos quedamos con el sabor a caramelo incluso después de salir de Barts. A estas alturas, quizás a alguno le haya resultado imposible no imaginarse contemplando ese domingo en Bamako, esperando escuchar a su lado la voz cálida de alguien al decirle un “Bienvenido a Mali”.
Autores de este artículo
Nieves Rodeiro
Crecí en una aldea de diez casas en Galicia. Quería escaparme y conocer. Ahora soy periodista, centrada en lo social y especializándome en África. Viajo sola. Me gusta acercarme a nuevas culturas y, en esto, la música siempre me ha ayudado mucho.
Dani Alvarez
Bolerista y fotógrafo. Como fotógrafo, especializado en fotografía de espectáculos. Dentro de la fotografía de espectáculos, especializado en jazz. Dentro del jazz, especializado en músicos que piensan. Trabajo poco, la verdad.