Si os cruzarais con Jaakko Eino Kalevi por la calle lo más probable es que lo ignoraseis como a un guiri más. Bueno, quizás su altura de torre y su pelo Pantene os haría mirarlo un par de veces antes de sentir que su ritmo pausado al caminar os molesta, pero ni de coña adivinaríais quién es.
Os hablábamos de él en tiradas anteriores – concretamente en octubre y en nuestro ‘polar mix‘–, así que nos pasaremos por el forro lo de contarte que es un finés que pasó de conducir trenes a petarlo en la escena musical internacional, o que lo suyo es una rareza si pensamos que Kalevi hace música experimental pasada por sintetizador y batidora en un lugar donde lo que agarra bien es el metal, o que es capaz de calentar cualquier día de invierno a base de notas. Nada de contaros todo eso.
Tus melodías son únicas, ¿de dónde sacas la inspiración?
De muchos lugares, es difícil decir una única fuente. Mis creaciones son el resultado de mezclar mi vida y mis experiencias con la música que me gusta. No tengo un proceso de creación específico, es el resultado del tipo de vida que vivo y he vivido.
¿Tienes músicos a los que consideres referentes?
Me gusta escuchar la radio o mixes, con lo que reamente nunca sé a quién estoy escuchando y la verdad me gusta que sea así.
Tus canciones están llenas de color, ¿es la música una forma de escapar de la oscuridad de la noche eterna finlandesa?
Mmm…bueno, no. Hay oscuridad en todos lados. Ahora vivo en Berlín y también es oscuro. Realmente cuando hemos ido a tocar este invierno a los países nórdicos hay más luz, porque la nieve refleja la luz. Puede que los días sean más cortos, pero la nieve los hace mejores. Berlín es solo gris, oscuro y frío.
En ese caso, ¿cómo es que la has elegido para vivir?
Es un lugar interesante por otros motivos. No escogí Berlín por el tiempo.
¿Has entrado en Berghain?
Sí, he estado dos veces. Aunque no voy demasiado a clubs, no entiendo por qué hay todo este hype con ese lugar. Volveré si pincha algún dj que me mole.
¿Cómo has hecho para que tu música, muy alejada de los géneros que caracterizan a Finlandia, triunfe?
Creo que el metal está un poco demodé en Finlandia. Ahora la gente busca más música electrónica o quizás esto solo sea mi entorno y aún haya muchos fineses escuchando metal. Aunque no podría decirte otro grupo con un estilo similar al mío… quizás el más parecido sea Jimi Tenor, vivía en Barcelona y tenía contrato con Warp Records. Fue popular a principios de los 2000, hace siglos.
Sabemos que antes que músico has sido conductor de tren. ¿Echas de menos las vías?
Ya no… era un estilo de vida seguro, pero un poco aburrido. Era un buen trabajo, muy flexible. Cuando empecé a tener muchos conciertos solo trabajaba un día a la semana. Ahora que vivo en Berlín ya no conduzco, aunque juraría que sigo en el contrato porque me siguen llegando alertas al móvil con mi horario.
¿Participas en la parte de dirección de tus videoclips?
En algunos vídeos he contribuido, pero en la gran mayoría el peso cae sobre el director que es quien viene con la idea. Por supuesto se inspiran en la música, pero las ideas suelen ser de otros. Por ejemplo, para el clip de Emotions in motion el amigo que lo dirigió se inspiró en un documental sobre contrabandistas chinos que escondían joyas y cosas valiosas dentro de fruta y marisco para sacarlos del país.
Vamos a empezar con las preguntas raras: ¿qué agua consideras que es mejor para tu pelo, Berlín o Finlandia?
La de Finlandia. El agua de Berlín es muy dura, con muchos minerales y calcio. Hace que el pelo se te quede peor que el agua más blandita. *risas* Justo lo he estado pensando hoy y es de las primeras cosas que noté al mudarme a Berlín: ‘mi pelo no tiene tan buen aspecto’. Además, sabe peor, aunque se puede beber sin problema.
¿Cuáles son tus tres cosas favoritas del mundo?
Intento no apegarme a objetos, pero lo que necesito son cosas prácticas como mi ordenador o mi teléfono. Me pondría nervioso si no los encontrase, aunque tendría que aprender vivir sin ello. La verdad es que, aunque suene aburrido, son importantes. Y como falta una, pues mi coche.
Autora de este artículo