Llegados a este punto, todo el país conoce a Josep Miquel Arenas alias Valtonyc, el rapero condenado a 3 años y medio por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. Y se le conoce más aún después de que estos días saltara la última noticia: Supuestamente ha huído de España para evitar su inminente entrada en prisión y continuar así moviendo su caso desde el extranjero, pero esta información todavía no ha sido confirmada. Igualmente, ¿cómo ha llegado este frutero mallorquín a tal situación?
Le entrevistamos en Barcelona antes de uno de sus últimos conciertos, en el que también actuaba Elgio, otro rapero condenado a entrar en prisión por sus letras. Pero Valtonyc defiende que no irá a prisión por eso: “Mucha gente se cree que me juzgan por mis canciones porque no han visto el vídeo del juicio. Ahí se ve perfectamente que mis canciones les importan poco, pues todo el rato me preguntaron sobre mi militancia, mi compromiso social o mis intereses políticos”. Preguntas como por qué has escrito una carta a tal preso político, por qué eres amigo de la CUP, qué hacías en esas jornadas por los presos políticos vascos… Vamos, que de rap poco o nada. “Es absurdo, los jueces se creen expertos en rap y luego no saben ni quién es M. Rajoy”, añade.
Igualmente, lo que prendió la llama fueron unas canciones que escribió cuando era un chaval. “Ahora me expreso diferente, argumento mejor, no caigo en según que infantiladas… He leído mucho más”, contesta cuando le pregunto cómo ha cambiado su pensamiento desde entonces. Su vida también ha cambiado: Este técnico informático trabajaba en una frutería. Ahora casi se podría decir que es activista, puesto que dedica su tiempo a dar charlas y conciertos para movilizar a las personas. Y tanto que movilizó: En las redes y en las calles es evidente que tiene el apoyo del pueblo, sobre todo en Catalunya.
Debe de ser muy duro y extraño para una persona que no ha matado, robado o violado, enfrentarse a la idea de entrar en prisión, le digo. A lo que me contesta: “Al principio también caí en ese discurso victimista del ‘yo no he hecho nada’. Pero me he dado cuenta de que sí que he hecho algo malo: Mi delito es ser de izquierdas, mi delito es criminalizar este régimen, mi delito es incitar a que la gente se organice y se movilice contra él”.
Sobre la libertad de expresión: “Libertad de expresión hay, siempre y cuando seas afín al discurso de la derecha, claro”. Añade que cuando tienes a un Marhuenda, a un Inda y a un Jiménez Losantos, entre otros, diciendo barbaridades en los medios todo el día sin que haya ningún tipo de represalia, es evidente a quién se le aplica esa libertad. “Está bien que hablemos de libertad de expresión en España, pero yo creo que habría que hablar más de libertad de ideología”.
Entre canción y canción de este concierto en La Rambla iba defendiendo su discurso, el mismo que antes me había contado en nuestra breve charla: “En mis canciones humillo a los poderosos”. Argumentó que nunca cargaría contra mujeres, afroamericanos y colectivo LGTBIQ. Porque el año pasado murieron sesenta mujeres, hace un mes mataron a dos negros en Lavapies y hace dos se suicidó un niño en el País Vasco por ser transexual y no aguantar la presión de la sociedad patriarcal. Añadió que desgraciadamente no han asesinado a ningún rey y a ningún político. “Es que tendrían que agradecer que solo usáramos las palabras”. Joder, ¿tú crees? Sí. Entonces explica su historia: Mi madre está superando un cáncer mientras el gobierno está recortando en Sanidad. La única nómina que entra en mi casa es de 500 € mientras el gobierno designa a dedo a su cúpula, todos corruptos y apenas nadie en la cárcel.
Viviendo esta realidad sería raro que no estuviese enfadado. Cualquiera con dos dedos de frente se enfada. Según Josep, el problema nace de base y tiene un único nombre: capitalismo. Quedó bien claro que para él no es solo una cuestión económica, sino que afecta a las leyes, al gobierno y a la justicia. Y, por supuesto, al cuarto poder: Los medios mainstream hacen que quieras al opresor y odies al oprimido. “Nadie dirá que soy un chaval trabajador que trabaja en una frutería, sino que los medios dicen que apoyo a ETA y que quiero que ETA mate a niños. Con el proceso catalán pasa lo mismo”. Las leyes y el gobierno monopolizaron nuestra conversación. Así que únicamente queda hablar de la justicia: “La Audiencia Nacional se dedica a perseguir a la resistencia y a la disidencia intelectual. A los 18 años nunca pensé que me encerrarían. Y cuando acaben con los raperos, irán a por los periodistas, y cuando acaben con los periodistas irán a por los actores, y cuando acaben con los actores irán a por los escritores”. Porque “el estado español es un régimen fascista”.
Autores de este artículo
Paula Pérez Fraga
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.