Un poco de historia: Sara Watkins, Sarah Jarosz y Aoife O’Donovan, se conocieron en la adolescencia y muy pronto empezaron a colaborar juntas, el bluegrass había tenido la culpa uniéndolas para siempre. La primera colaboración conjunta se produjo en 2015 en el certamen escocés Celtic Connections, a partir de esa exitosa intervención su carrera como trio emprendió un rumbo que cuatro años más tarde ha quedado absolutamente consolidado. Los oídos siempre atentos de Blues & Ritmes, tuvieron a bien invitarlas a su festival cuando solamente habían actuado dos veces al unísono; aquel tercer concierto quedó marcado a fuego en la historia del evento badalonés. Cuatro años más tarde han retornado al Teatre Zorrilla, repitiendo similar triunfo, en una velada donde cayeron más de dos lágrimas.
Los afortunados espectadores que vivieron aquel histórico momento, comentaron al salir los cambios producidos entre los dos recitales. Nadie se atrevió a criticar el actual, sería de majaderos, aunque si echaban de menos algo de la frescura que desprendieron en aquella primeriza visita. Las tres artistas ya estaban consolidadas por separado en ese período, por lo que el repertorio se basó en composiciones propias y algunas que empezaban a crear colectivamente. Este hecho significativo difiere notablemente en su show actual, mucho más elaborado, donde se entienden sin apenas pestañear, circunstancia que puede aparentar perfeccionismo pero no resta vitalidad. Están presentando See you around (Concorde Records, 2018), su primer larga duración, disco abrazado al single Call my name, aparecido en enero de 2019 y que los asistentes pudieron adquirir en el mismo teatro. El pequeño vinilo de color rosado hace juego con el candoroso tema grabado en él, enésima preciosidad. Para comérselo.
Sara Watkins, la voz más frágil de las tres, empezó algo fría al principio afinando Crescent city, sólo fueron unos minutos circunstanciales. Cuando le tocó la peliaguda misión de atacar las primeras notas de Carey (Joni Mitchell) sus cuerdas vocales ya estaban en perfecto estado. En ella lo imposible se hizo realidad y la maravilla surgida del genio de la canadiense, durante su estancia en la comunidad hippy de Matala (Creta), tomó vida propia superando un reto de inmensa dificultad. En ella la escoltó Sarah Jarosz, a mi entender la mejor del terceto a pesar de ser la más joven y tímida. Jarosz es una delicia, posee un registro amplio que le permite jugar con las notas dúctilmente sin aparente esfuerzo. Cuando le tocó el turno de mostrar uno de sus temas en solitario, también sobresalió por encima del resto. Watkins y O’Donovan la observaban incrédulas al escuchar la lectura de Still life, síntoma de admiración y armonía, porque en ningún momento se quitaron protagonismo, utilizando un solo y vintage micro, sirva este detalle de evidente ejemplo. I’m With Her es indivisible, no existen grietas, la fusión perfecta entre tres voces de matices distintos nada antagónicas.
Aoife O’Donovan actúa como maestra de ceremonias, es más desinhibida, el rol adquirido le sienta de maravilla. Con algo más de garra se apuntó un tanto en Thursday’s Child, al igual que unos minutos antes lo había hecho Watkinks con You and me. Momentos merecidos para mostrar los trabajos propios en los que recibieron sonoras ovaciones, sin embargo, las mayores aclamaciones aparecieron siempre durante esa asombrosa hermandad vocal que tocó el viejo y coqueto techo del teatro cómo si del cielo se tratara. Trinos combinados con violín, guitarras, banjo, mandolina, ejecutados sin cables para quitar contaminaciones a ese sonido puro al que desean llegar.
Se nos antoja difícil escoger algún instante destacado por encima de un repertorio sin mácula, pero lo intentaremos. See you around es un álbum delicioso de principio a fin, una obra primigenia formidable, capaz de luchar con grandes clásicos. Apunten el triunvirato ganador al estilo bluegrass conformado por Toy heart (Bill Monroe and the Bluegrass Boys), Marry me (Doly Parton) y la que da título a la grabación citada, saltaron chispas. Ofrecieron también un instrumental, Waitsfield, que nos hizo soñar con ser partícipes en un baile de algún western de John Ford, y estremecedoras versiones de Walkin’ back to Georgia (Jim Croce), o uno de sus primeros hits: Crossing Muddy Waters del gran John Hiatt.
Antes del recuerdo al desaparecido gigante del blues, nuestras tres fascinantes estrellas interpretaron Overland, cima de See you around, grabación poseedora de uno de los mejores estribillos que he escuchado recientemente y coreado con justicia por toda la platea.
Los presentes, incansables, no desfallecieron hasta conseguir las propinas: Behind that locked door (George Harrison) además de Be my husband, insólito final interpretado únicamente con canto y la percusión producida por pies y manos. Magistral.
A menudo se frunce el ceño al hablar de folk, country o, en general, de música norteamericana autóctona, quizá por lejanía cultural. Los sorprendentes tonos surgidos del alma de I’m With Her son pura inspiración alejada de cualquier estilo predeterminado, los prejuicios son en este caso malos compañeros.
El oficio de cronista a veces te envilece, otras te regenera. Esta vez salí de la función redimido y entonando la canción que tanto me había gustado. Si les apetece canten conmigo:
Muchas de las canciones del Freeze, Melt tratan sobre esa sensación de soledad y de estar lejos de los demás.
(Overland, I’m With Her)







Autores de este artículo

Barracuda

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.