Odio la sinceridad bruta a menos que se use para reivindicar una injusticia. Por eso he decidido empezar admitiendo que, muy a nuestro pesar, pocos conocemos los impecables trabajos de Joan Wasser. Casi treinta años en el panorama colaborando con personajes míticos como Jeff Buckley y grupos tan maravillosos como Antony and the Johnsons, pero nosotros a ciegas. Por esta misma razón, al descubrir Joan as Police Woman a mis suficientes veintisiete años de edad, no he podido evitar sentirme un poco mal. Un poco mal por no haberla encontrado antes en alguna de mis expediciones internautas. También un poco mal porque soy solo una de las miles de personas que podrían estar disfrutando de su súper mezcla de géneros, instrumentos y técnicas. Por este dato tan real como feo no me sorprende que este domingo, 16 de junio, Wasser ocupase la pequeña —o personal— Sala 3 en Razzmatazz. Una corta audiencia y un setting de guitarra y piano para enseñarnos sus canciones adaptadas a algo más acústico es lo que nos espera.
Joan entró haciendo una simple reverencia, se sentó al piano y, tras unos momentos de silencio, nos cantó su trágica historia con Tell me. Antes de Forever and a year hizo una pausa para resaltar lo molesta que era la puerta de entrada y decirnos que, si no se arreglaba, intentaría incorporarla en cada una de las canciones. También nos contó, mientras afinaba la guitarra, que We don’t own it es un tema dedicado al difunto Elliott Smith, y cuánto de inspirador era verle tocar ante un público, lo escuchasen o no.
Joan se mostró emocionada en todo momento por el amor que recibía del corto público de la 3. Nos ofreció una actuación a corazón abierto. Nos agradeció la asistencia y, sobre todo, a quienes la “acosaron” por redes para que volviese a la Ciudad Condal. Nos contó las historias que hay detrás de sus temas y nos animó a hacer de coristas en varias de ellas, incluida la cover de Prince, Kiss. La gente del público interactuó con ella, y ella respondió con su personalidad graciosa, inteligente e irónica. Para el bis, decidió romper un poco su setlist y complacer a una asistente que no paraba de cantar To be loved. También nombró a cada una de las personas que trabajaron en Razz ese día. Es decir, Joan Wasser se presentó ante nosotros tal y como es.
Es una pena que con tal presencia y capacidad, Wesser no esté llenando espacios como otras mujeres de su misma talla lo hacen. Tiene las bases para ser una referencia, pero sea porque empezó tarde, por su mánager o porque nosotros no sabemos prestar atención, esto no ha pasado. ¿Cómo serían sus giras si hubiera triunfado a otros niveles? ¿Será consciente de lo buena que es? Y por cierto, ¿cuántas otras artistas nos hemos perdido en la historia por alguna de estas razones? Mierda. Nunca lo sabremos. Tú ve a escuchar Joan as a Police Woman a ver si la cazas en su próximo paso por la Península.
Autores de este artículo
Nadia Dubikin
Aitor Rodero
Antes era actor, me subía a un escenario, actuaba y, de vez en cuando, me hacían fotos. Un día decidí bajarme, coger una cámara, girar 180º y convertirme en la persona que fotografiaba a los que estaban encima del escenario.