En la tercera jornada del Blues & Ritmes, la organización tuvo a bien programar una sesión de dinámico rock’n’roll con dos formaciones tan antagónicas, en cuanto a presencia escénica, cómo afines en conceptos musicales. En una esquina, la propuesta más regulada de Kim Lenz & Mario Cobo, en la otra el espectáculo colorista y atronador de Los Mambo Jambo Arkestra. Pugna amistosa sin ningún ganador ni derrotado.
Kim Lenz presenta Slowly speeding (Blue Star Records, 2018), un disco alejado de sus anteriores producciones en el que predomina la balada oscura por encima del clásico rockabilly, respetuoso acercamiento hacia artistas como Lefty Frizell o Nick Curran, ex Jaguars (su banda de siempre) fallecido en 2012. La voz desgarrada, en ocasiones demasiado afectada, de la de San Diego imprime fuerte carácter a temas tipo Bogeyman, notable inicio de concierto.
Hace quince años que empezó la colaboración entre la curtida cantante y el esplendoroso guitarrista español. En este tiempo la admiración mutua no ha hecho más que aumentar, corroborada en 18 actuaciones por nuestras tierras dando a conocer esta personal grabación. Tanta es la confianza depositada por la norteamericana en Cobo, que se hace acompañar por una sólida banda confeccionada al gusto de su gran amigo. Daniel Álvarez, Alfonso Alcalá y el inimitable Blas Picón, un todoterreno que seduce cómo entertainer-cantante, tocando la armónica o la batería excelentemente, como en este caso, forman la alineación. Poderío.
Mario Cobo es uno de los mejores guitarristas de la actualidad y no tan solo a nivel nacional, su categoría trasciende más allá de nuestras fronteras. En esta gira se atreve incluso con la guitarra barítono y la steel guitar, saliendo victorioso de la difícil prueba. El sonido, perfecto durante todo el festival, se deterioró inexplicablemente en algunas fases, desluciendo ese virtuosismo al que aludíamos. La cara de Mario al atacar con la steel las primeras notas de Slowly speeding, fue altamente clarificadora del grave problema. Por suerte los técnicos consiguieron que los huevos dejaran de freír y al sonar la emblemática Follow me, todo se había solucionado. Gracias a ello, tracas con el impacto de Zombie for your love, Cry wolf o la definitiva Devil in my shoulder consiguieron el objetivo de desmadrar al personal. Descarga letal.
La apuesta era segura y no decepcionaron, la clase se sobrepone a todo, la mediocridad a nada. Fiereza natural.
Las aguas se calmaron unos momentos volviéndose a revolucionar al aparecer Los Mambo Jambo Arkestra.
La orquesta liderada por Dani Nel·lo y sus inseparables escuderos Ivan Kovacevik, al contrabajo, el brillante Dani Baraldés, a la guitarra, y baterista Anton Jarl, con la compañía de 16 sopladores enmascarados, arrasaron cual Eolo enfurecido todo lo que se les puso por delante.
Show colorista, vibrante, apabullante, de calidad notable que no puede dejar a nadie ni indiferente ni insatisfecho. Quizá el discurso es más interesante cuando vira hacia el jazz control, pero ver tocar el saxo a Nel·lo desaforadamente con ojos de poseído, deleitarse con los magníficos solos de Baraldés o vibrar observando los slaloms (contrabajo en ristre) del portentoso Kovacevik, mientras el sonido arrasa como un tsunami, resulta impagable. ¿Desde cuándo la diversión no puede tener calidad? Nuestra querida troupe lo desmiente rotundamente. Ni que decir tiene que los traumatólogos tuvieron que intervenir en alguna ocasión. Mario Cobo se unió a la fiesta en Poderosa y Carrera de ratas, para dejar constancia de su pretérita colaboración con el poderoso combo.
El torbellino orquestal también tiene nuevo álbum: Los Mambo Jambo Arkestra (Buenritmo, 2018). La edición se puede adquirir en cd o en precioso vinilo de color azul, la elección está cantada. Corran a comprarlo.
A Lenz, Cobo y a la sorprendente Arkestra, les une su amor al rock’n’roll, convirtiéndolos en unidad indivisible. Sentimiento verdadero, lo demás son falacias. Apoyando un post de Ivan Kovacevik, únicamente nos queda gritar con energía la contraseña: ¡MAMBO!
Autores de este artículo
Barracuda
Miguel López Mallach
De la Generación X, también fui a EGB. Me ha tocado vivir la llegada del Walkman, CD, PC de sobremesa, entre otras cosas.
Perfeccionista, pero sobre todo, observador. Intentando buscar la creatividad y las emociones en cada encuadre.