¿Estás a las puertas de unas merecidas vacaciones? ¿Eres más de playa? ¿O tal vez de montaña? ¿Prefieres el ritmo de la ciudad? ¿O la calma del pueblo? No te preocupes, porque estas recomendaciones se adaptan al plan que tengas para pasar tus próximos dos meses.
Las novedades discográficas de junio que recogemos en nuestra lista, cuentan con un amplio abanico de nombres y posibilidades: el nuevo folk catártico de Joana Serrat, el mensaje y la inconformidad de Kiko Veneno, los nuevos horizontes musicales de Tyler, The Creator, las azñas de Nil Boladeras o el pop sanador de Kings of Convenience.
Y si te quedas con ganas de más, ponte al día con las listas de lo mejor de cada mes.

JOANA SERRAT – Hardcore from the heart (Great Canyon Records, 2021)
Lujo sin soberbia
Los que asistimos a la actuación de Joana Serrat en el Blues & Ritmes de Badalona, el pasado marzo, ya nos percatamos que sus nuevas creaciones tenían muy buena fachada. Incluso sin el aderezo añadido en estudio, temas como These Roads o You’re with Me Ewerywhere I Go, ya demostraban su categoría únicamente vestidas con el escueto acompañamiento acústico. La vaporosa producción de Ted Young ha conseguido ennoblecerlas aún más y casarlas, elegantemente, con la exquisita voz de la intérprete de Vic. Confeccionado en Texas y acompañada de reputados solistas: Joey McClellan, Aaron McClellan, McKenzie Smith y Jesse Chandler, Hardcore from the heart (Great Canyon Records, 2021) se revela como una obra estilísticamente audaz y de una honestidad literaria sorprendente. Para resaltar unos textos explícitos, rastreadores de nuestra verdad interna, Serrat se aleja de la fórmula ‘Americana’ pura, adentrándose en el pop ensoñador (Neil Halstead) y el shoegazing (Slowdive). Pictures, Demons (dos hits asegurados), Wild Beast y la especialmente descriptiva Hotel Room 609, brillan en un álbum serio, lujoso y penetrante que impulsa a Joana Serrat hacia el definitivo reconocimiento internacional. En esta ocasión, merecidamente.
Por Barracuda.

LUCY DACUS – Home Video (Matador, 2021)
Sostenidos al borde del grito
En Night Shift, la canción que se encontraba en el núcleo de Historian, segundo álbum de Lucy Dacus en solitario –conocida es su colaboración con Julien Baker y Phoebe Bridgers en la banda Boygenius–, la desesperación se sostenía largamente hasta que, en su último minuto, las guitarras se disparaban para crear una especie de círculo catártico de redención, una sensación de liberación y salida hacia fuera llena de rabia. Es alrededor de esa tensión donde se encuentra lo mejor de Home Video, tercer disco de Dacus, cargado de canciones cubiertas de ternura pero también convenientemente afilado, rabioso, lleno de cosas por decir. En la música de Lucy Dacus uno encuentra sentidos apropiados para un rock contemporáneo: la distorsión es un motivo político y el grito es la vía para derribar según qué muros. Así pues, podemos pensar en Home Video como un lugar apropiado para lamerse las heridas, pero también como un espacio renovado en el que el aire golpea las ventanas, y las rompe, y muda el mundo una y otra vez.
Por Adrián Viéitez.

KINGS OF CONVENIENCE – Peace or Love (EMI, 2021)
¿Paz o amor?
Doce años después de Declaration of Dependence (Astralwerks, 2009), los escandinavos Kings of Convenience vuelven con su cuarto disco de estudio. Peace or Love sigue la línea de sus anteriores trabajos: esa mezcla de pop, folk, y aire a bossa nova oxigenan los sentidos, maridan a la perfección con los meses de verano. En todas sus canciones combinan una naturalidad, un mimo y un gusto con seña de identidad; consiguen desprender energía positiva y relajación en cantidades industriales. La canadiense Feist acompaña a los noruegos en dos de los nuevos temas con su inconfundible voz y personalidad. Una colaboración que mejora, si cabe, la indudable química que existe entre Erlend Oye y Erik Glambek Boe, esta mítica dupla musical. No hace falta decir que el resultado de este dúo siempre fue exquisito, delicado e inteligente. Y es que todavía no entiendo cómo nos han dado a elegir entre paz y amor pudiendo quedarnos con las dos.
Por Sara Ferco.

FAYE WEBSTER – I Know I’m Funny Haha (Secretly Canadian, 2021)
Pequeños poemas sobre pequeñas cosas
Ya está aquí el segundo trabajo de estudio de Faye Webster, la postadolescente que debutó con Atlanta Millionaires Club en el año 2019 y que contribuyó, entonces y junto a otras artistas como Clairo, a construir una nueva oleada de jóvenes solistas que, desde un matizado bedroom pop, apelaban a las dinámicas propias de la sensibilidad de la generación Z. I Know I’m Funny Haha es específico desde su propio título: Webster teje una red de referencias de corto alcance que diseñan un universo que es suyo y también es nuestro, un pequeño rincón de canciones de amor suavemente irónicas, levemente nostálgicas, con el tapiz del extrañamiento propio de una juventud para la que todavía resulta complicado empezar a emanciparse de su propia condición. El disco se puede recibir como una colección a ratos tierna, a ratos aguda de canciones de amor; otras lecturas son posibles, pero creo que todas pueden estar más o menos dentro de esta categorización.
Por Adrián Viéitez.

NIL BOLADERAS – Principi (Autoeditat, 2021)
Poesia entre sintetitzadors i guitarres
Nil Boladeras ha sigut un músic que ha sabut aprofitar el confinament i explorar la seva faceta artística produint el seu primer llarga durada. Un disc de 12 temes –on ell mateix toca la majoria dels instruments– que es mouen en un pop atmosfèric, una veu íntima i la poesia calmada que amara i caracteritza tot l’àlbum. Al llarg dels 37 minuts, l’artista tracta temàtiques universals com el pas del temps, la nostàlgia, la veritat, el jo… però musicalment va un pas més enllà i explora diverses sonoritats, ja que tal com diu ell mateix, gravar el disc durant tants mesos i des de casa li ha permès fer cançons molt diferents. Ho constatem des del començament de l’àlbum amb Principi, un tema instrumental amb sintetitzadors que contrasta amb l’enyorança de Tants, amb les línies melòdiques de la guitarra acústica. Nil Boladeras juga amb aquests contrastos musicals al llarg del disc i navega entre paraules per trobar la seva pròpia veu. Sembla que Principi és un bon començament.
Per Ivette Amargós.

KIKO VENENO – Hambre (Autoeditado, 2021)
Fer el de sempre és de covards
Si hi ha un músic que no només no s’ha tancat mai cap porta estilística sinó que amb cada disc s’ha esforçat a obrir-les per sortir de la seva zona de confort i explorar camins per on encara no havia passat, aquest és Kiko Veneno. El cantant nascut a Figueres presenta el seu últim disc Hambre amb 10 cançons en les quals la seva inseparable guitarra espanyola es torna a fusionar amb l’electrònica, que pren un protagonisme destacat en cançons com la mateixa Hambre, Dónde van o La felicidad. Influenciat per aquesta sonoritat electrònica i sense por a utilitzar harmonies dissonants i misterioses, en general es tracta d’un disc amb un fons més fosc que d’altres treballs de l’autor. Escoltant Hambre es pot percebre la voluntat d’apropar-se a estils actuals com el trap o la música electrònica en general, deixant en un segon pla el pop amb tocs flamencs que ha conreat en tants discos anteriors. Pel que fa a les lletres el músic continua tafanejant per les vides dels seus personatges com el Gitano Dave o la Mujer Volcán. A diferència de velles glòries de la seva generació que s’han refugiat ja de per vida al folkclore i un mateix patró pel qual passar les cançons, Veneno torna a ser el més valent de la classe i sense perdre el seu segell fa un disc que sona actual i segur.
Per Nil Boladeras.

TYLER, THE CREATOR – CALL ME IF YOU GET LOST (Columbia Records, 2021)
Tyler, creador y artista total
Ya hace tiempo que intentar definir a Tyler, the Creator se ha convertido en una temeridad. El provocativo artista impulsor del colectivo Odd Future se hizo mayor ya en solitario con su álbum Flower Boy (Columbia Records, 2017) e intentó redefinir el pop con el abrasivo IGOR (Columbia Records, 2019). Ahora, en CALL ME IF YOU GET LOST, nos presenta a su nuevo ‘alter ego’, Tyler Baudelaire, a través del cual compone, produce e interpreta algunas de las canciones más personales de su trayectoria. El nuevo trabajo del californiano, que versa sobre una relación amorosa imposible, presenta trazos de las diferentes almas de su carrera: desde el rap más duro y caótico –claramente influenciado por el horrorcore– de LUMBERJACK; hasta la mezcla de pop y funk en la inmensa –por duración y calidad– SWEET/I THOUGHT YOU WANTED TO DANCE, en la que parece a volver asomar Igor; pasando por el neo-soul con pellizcos jazz de MASSA. Todo impregnado con el sello irreverente y faltón que caracterizan las producciones del artista estadounidense. Ahora bien, el momento cumbre del álbum llega con WILSHIRE, un soliloquio de más de 8 minutos en el que Tyler rapea sin filtro los porqués de una ruptura. CALL ME IF YOU GET LOST continúa alejando al californiano del concepto rapero y lo confirma una vez más como un artista total.
Por Pere Millan.

MODEST MOUSE – The Golden Casket (Epic, 2021)
Buenas noticias
El papel de Modest Mouse a lo largo de los últimos 10 años ha quedado tristemente relegado al de viejas glorias del indie dosmilero, de esas que se mantienen en la primera línea de los festivales de verano sin que hayan hecho realmente méritos para mantenerse ahí. Su último disco, Strangers to Ourselves (el único que sacaron en la pasada década) fue el primer paso claramente en falso en una discografía que había conseguido mutar con éxito del sucio y ‘angsty’ rock de sus inicios a terrenos más accesibles. Y si bien no llamaría a The Golden Casket un retorno en forma en toda regla, sí que es una sorpresa agradable. Isaac Brock y su banda recuperan parte de la psicodelia gris de The Moon and Antarctica, llevándolo conceptualmente al optimismo ansioso de Good News for People Who Love Bad News, con algunos toques de electrónica y glitch presentes sobre todo en la introducción, Fuck Your Acid Trip, un tema desorientador pero que engancha. Aunque no está exento de algún single algo genérico y desgastado, The Golden Casket son noticias mejores de lo esperado para los fans de Modest Mouse.
Por Miguel Lomana.

DANNY ELFMAN – Big Mess (Anti-, 2021)
Sinfonía autodestructiva
Probablemente la idea de Danny Elfman –el afamadísimo compositor de bandas sonoras, mano derecha de Tim Burton desde hace más de 30 años– de publicar un disco doble de rock experimental a sus casi 70 años, suene a la mayoría sorprendente, por no decir absurdo. Y aún conociendo su pasado como líder de Oingo Boingo –el grupo que formó previo a su incursión en el cine– una de las formaciones new wave más impredecibles e idiosincráticas de la época, este Big Mess no deja de ser una cosa irremediablemente chocante, incluso para el propio Elfman, que según sus declaraciones no esperaba grabar un álbum así. Este gran caos de disco combina todo el ‘background’ sinfónico del compositor con la fiereza del rock industrial, del math, del prog y del metal, creando una obra densa, incontenible, llena de rabia y pasión, que sin embargo sabe medir sus fuerzas durante sus 72 minutos y no convertirse en una experiencia cansina y agotadora.
Por Miguel Lomana.
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