Después de ocho años de duro esfuerzo y situadas en la cresta de la ola, Selma Bruna, Clara Fiol y Sandra Monfort o lo que es lo mismo, Marala, han decidido finiquitar el exitoso proyecto para, presumimos, dedicarse a fortalecer carreras individuales. Lo han hecho disponiendo una mini-gira que empezó en El Molino de Barcelona (tres conciertos con el cartel de “no hay billetes”), continuará en Palma de Mallorca y se cerrará en la Comunidad Valenciana, concretamente, en el municipio de Torrent. Los lugares de procedencia de las dicharacheras y talentosas artistas tendrán el privilegio de escucharlas juntas por última vez.
Imaginamos que conforme vayan sucediéndose los conciertos, el nivel emocional ascenderá, aunque la inauguración ya fue de lamento vivo, sobre todo, para ellas, familiares y fans, quienes colmaron de pasión el teatro del Poble Sec, que ya ha vivido varias jornadas gloriosas desde su reinauguración.
Una introducción de sonido electro brumoso dio paso a Desich, vivaz tema que interpretaron utilizando sendos panderos cuadrados. Este conjunto de electrónica, percusión, más la ayuda de las guitarras, acústica y eléctrica (Sandra Monfort) es el soporte musical que, variando según la tonada, apoya la polifonía del canto a tres voces. Selma Bruna apuntó, de entrada, la agitación que les suponía iniciar la despedida definitiva y el nerviosismo se apoderó de ellas en A la vora del riu mare, pero salvado el sobresalto, todo volvió a su cauce, sus primorosas gargantas ya lucieron, con la máxima eficacia, en Jota de morir, Nocturno o Canción del Varear (vareando al patriarcado como si de aceitunas se tratasen), y quedaba mucha leña que cortar.
Nuestras protagonistas se sentaron alrededor de una mesa para cantar A Trenc d’Alba, instante en el que Selma aprovechó para leer una carta de agradecimiento a sus compañeras de fatigas, un relato que resumió el camino andado e hizo brotar las lágrimas más sentidas de toda la velada.
Nos encantó Testament (dando sentido a la ceremonia) y también el tema tradicional de León, Panaderina, en el que se ayudaron del público para entonar el coro: “Dices que no hay más luna que la del cielo y a la que veo tu cara, la luna veo, la luna veo”.
La parte definitiva del espectáculo la dedicaron a lo más libertino y gamberro (dicho desde el mayor de los respetos) de su producción. Allí estuvieron Estic Antiquà, Copeo Traïdor y Disimula, fin festivo y demoledor. Las lágrimas se convirtieron en risas y bailes contagiosos.
Una etapa se acaba y otra comenzará. Les deseamos la mayor de las suertes. Su trayecto ya forma parte de la historia. Baleares, Catalunya y València hermanadas. Así se forma un futuro feliz. Enhorabuena.








Autores de este artículo

Barracuda

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.