¿Es posible que enero sea el peor mes del año? Blue monday, la cuesta de enero, besugo de enero vale un carnero… Por suerte ya le hemos dicho adiós. Y no todo ha sido malo: Nos ha dejado 16 preciosas perlas. Te presentamos los mejores discos de enero.
Si te quedas con hambre puedes revisar las listas de 2018 (enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio-agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre) e incluso 2017 (febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio – agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre). También los recopilatorios: estos son los mejores discos de 2017 y estos los mejores discos de 2018.
SHARON VAN ETTEN – Remind me tomorrow (Jagjaguwar, 2019)
Más motivos por los que vivir
Detrás de este álbum, me imagino a Sharon Van Etten sonriente y plácida. Remimd me tomorrow es un disco creado después de que ella dejara la música por un tiempo para actuar en películas, estudiar psicología y centrarse en el amor. Hay quien encontraría en esto un discurso barato, pero la música de Van Etten se caracteriza por tratar estos placeres complicados como una tempestad que siente cierta. Y ahí está su encanto. Una relación abusiva a los 20 años ha definido gran parte de su composición hasta la fecha, tanto que comentó a sentirse incómoda al cantar. I told you everything abre el álbum con la misma intención. Más atmosférico y emocional que sus trabajos anteriores, Sharon logra hacernos sufrir explicando los detalles con los que ha ido recobrando el control sobre su vida. Alegre pero cauta, nos muestra que tiene más por qué vivir, por lo tanto, más que perder. Disfruten de la vuelta de Sharon.
Por Inés Calero.
THE DELINES – The Imperial (El Cortez, 2019)
Cuando la perfección se convierte en disco
Cinco años más tarde de aquel Colfax (El Cortez, 2014) con el que muchos seguidores de Richmond Fontaine pudieron saciar su necesidad de volver a tener a Willy Vlautin con ellos, llega este maravilloso The Imperial. La magia del disco se ve acrecentada por la voz de Amy Boone, quien consigue que todas y cada una de las canciones nos produzcan una sensación de tranquilidad. Y no sólo eso, sino que están cargadas incluso de cierta sensualidad, de baile lento, de miradas, de caricias y de ese sentimiento único que te produce una persona especial. Los recuerdos se amontonan en la memoria y The Delines consiguen traerlos de vuelta. Con un sonido y ritmo más country nos encontramos con Let be us again y Eddie & Polly, consiguiendo así que este The Imperial sea un disco totalmente redondo.
Por Ana López.
STEVE GUNN – The unseen inbetween (Matador Records, 2019)
Paisajes del rockero abandonado
Steve Gunn ya no es sólo el heredero de la estética de Kurt Vile. Ya es mucho más que uno de los Violators. No debe ser fácil ejercer el desapego estilístico de la manera en que Gunn ha logrado hacerlo a través de los álbumes en solitario que ha ido lanzando a lo largo de la última década, amén de su proximidad musical con Vile en su primera producción. Ahora, seis años después de la última colaboración de Gunn con los Violators, llega The unseen inbetween, que, si bien no sabemos con exactitud si puede definirse como la obra más contundente de su discografía, desde luego sí es aquella en la que logra pulir a un nivel más definido su propia voz. Este es un álbum limpio, en el que Steve Gunn crece como vocalista y ofrece una estilización inaudita en sus arreglos -especialmente en esa guitarra más melódica que nunca-. El crecimiento lírico que Gunn muestra no es casual: todo forma parte de un proceso común. He aquí el corazón del vagabundo que siempre fue. Del vagabundo que al fin ha asumido la ausencia de los hogares.
Por Adrián Viéitez.
BETTER OBLIVION COMMUNITY CENTER – Better oblivion community center (Dead Oceans, 2019)
La noche es el mejor momento del día porque es cuando puedo pensar en ti
Phoebe Bridgers y Conor Oberst han cruzado sus caminos y se han lanzado al abismo en triple tirabuzón. Su proyecto en común se llama Better oblivion community center, que viene a ser lo mismo que el centro comunitario del culto al olvido. Más que un centro, un templo: este álbum homónimo que sirve como lanzamiento para el dúo es un lugar ubicado entre las nubes. El disco arranca con Didn’t know what I was in for como quien construye los tejados antes que todo lo demás a sabiendas de que en este caso da igual, pues la gravedad es asunto ajeno. En esta fabulosa canción, la voz frágil de Bridgers susurra que las noches son mejores cuando algunos ruidos la permiten dormir. De otro modo, tendría que escucharse a sí misma pensar. Yo digo que Better oblivion son un refugio más contra todos los fantasmas que habitan mi oscuridad.
Por Adrián Viéitez.
LJUBLIANA & THE SEAWOLF – Libra (Bankrobber, 2019)
Trobar l’equilibri en el caos
Sota el segell de Bankrobber, Ljubliana & The Seawolf presenten el seu nou disc Libra. L’equilibri que representa aquest signe del zodíac no només el trobem al títol sinó també en l’estructura del disc, format per dues parts: una amb uns Ljubliana que donen més protagonisme que mai a la guitarra i la segona amb les quatre cançons del seu EP Shit dope (Bankrobber, 2018) que fins al moment només estaven disponibles en format digital. El disc també aconsegueix trobar l’equilibri entre l’espiritualitat que transmeten cançons com la primera Tiempo, amb la contundència dels riffs de guitarra com els de The fire or my gun! o Shit dope. La seva constant evolució estilística i personalitat fan de Ljubliana & The Seawolf una de les propostes més interessants i originals de l’escena independent catalana. El romanticisme ben portat de quan fas el que el cor (i la música) et diuen en cada moment.
Per Nil Boladeras.
DEERHUNTER – Why hasn’t everything already disappeared? (4AD, 2019)
Estancamiento
Cualquiera que conozca a Deerhunter sabe que hay que escucharlos con cuidado. Cuidado de no perderse en el vacío depresivo en el que el grupo parece que se mete cuando compone. Esto, como se aprecia ya desde su nombre, no se escapa en Why hasn’t everything already disappeared?. Los de Atlanta se adentran en temas como la maldad de las redes sociales para las conexiones humanas (What happens to people?) y la contaminación (Element) con menos guitarras y más sintes que antes. La verdad, aunque el disco suena bien y Cox es buen compositor, lo que suele molar de los grupos con frontmans típicamente depresivos es descubrir que el nuevo disco habla de su recuperación, y lamentablemente con Deerhunter esto todavía no ha pasado.
Por Nadia Dubikin.
JAMES BLAKE – Assume form (Polydor Records, 2019)
La luz, el amor
Assume form es un gran desahogo de emociones de James Blake. Apenas a los 30 segundos de la escucha, Blake ya está desgranando sus pensamientos más íntimos: ‘Know I may have gone through the motions my whole life’, nos canta, antes de que tengamos la oportunidad de encontrar el equilibrio en este sentimiento de sensatez entre la batería y la delicadeza del piano. Como sus trabajos anteriores, este también es una delicia. Después de la oscuridad de su debut homónimo y Overgrown (Polydor, 2013), pasando por el dubstep hermético y el ambient, un nuevo amor dio luz a su espíritu y Blake parece asimilar, por fin, ese vertiginoso éxtasis y la inseguridad del verdadero amor. Y aunque Assume form es un álbum bastante pasteloso, también es un trabajo sofocantemente serio y humano en el que quedan ecos de oscuridad en James, dejando un regusto decadente y depresor.
Hay dos hitos en el álbum, el cierre con Lullaby for my insomniac, que es una promesa sobre mantener a su amante insomne hasta la madrugada, cantado con el órgano como una especie de música ambiental de cámara-gospel. El segundo es Barefoot in the park la esperadísima colaboración con Rosalía, canción que ofrece un respiro tropical al disco pero sabe a poco, quizás por las altas expectativas generadas. Si Assume form es un álbum dibujado bajo la libertad de ser uno mismo cuando se está enamorado, esperemos que este influjo no haga que Blake se estanque en ese estado, pues esperamos más de su universo de creación musical.
Por Inés Calero.
JULIANA HATFIELD – Weird (American Laundromat Records, 2019)
Un pinchazo en la espina dorsal y echas a correr
Juliana Hatfield empezó su carrera a la sombra del grunge exclamando, colérica: Hey babe! Aquella mujer de actitud rampante, mirada agrietada y voz herida era un puro estímulo enérgico. Han pasado casi 30 años desde entonces, pero los leones siguen rugiendo: Hatfield lanza Weird y reivindica su derecho a ejercer lo lúdico. Este es un álbum plenamente autoconsciente de su condición celebratoria, de su ánimo hedonista; sabe Juliana Hatfield que la vida es una cosa un tanto estúpida, quizá absurda, y que merece la pena acaso tirarla por la borda si eso nos asegura un rato de plena diversión. Quizá eso pueda parecer extraño a los ajenos a su obra, pero ella misma se anticipa: Weird, exclama ahora, como antes lo hacía con Hey babe!, y así siguen las cosas. Bailando hasta que se desplomen todos los edificios.
Por Adrián Viéitez.
PEDRO THE LION – Phoenix (Polyvinyl Record Co., 2019)
Un lugar al que regresar
La mañana de Navidad de 1981, un niño de cinco años encontró bajo el árbol una bicicleta amarilla. Pedaleando sobre ella se sintió libre por primera vez. Aquel niño era David Bazan, el cantante del grupo de indie rock Pedro the Lion, que con la canción Yellow bike rememora este recuerdo de su infancia. El grupo estadounidense regresa tras más de once años de parón con su nuevo disco Phoenix con el que Bazan revisa su pasado para poder entender el presente. Se trata de un disco con unas melodías muy parecidas, pero unas historias dispares, unas más breves (Piano bench) que otras (Tracing the grid), con las que el cantante invita a la reflexión y muestra su nostalgia por el lugar en el que creció. Pese a todo, con la última canción del disco, Leaving the valley, Bazan toma conciencia de que para poder regresar a un sitio primero tienes que marcharte.
Por Celia Sales.
TENDER – Fear of falling asleep (Partisan Records, 2019)
Hoy no he pegado ojo
Creo que este disco habla a los que tienen miedo a la oscuridad. Pero no a la de la noche, a la que vive dentro de cada uno de nosotros y que, cuando desaparece el ruido del día, chilla en un susurro sordo todo lo que no quieres oír ni saber. Un susurro que no puedes evitar por mucho que te tapes los oídos, ya que quien chilla es tu cerebro queriendo torturar tu alma o hacer que te enfrentes a tus miedos. Un trabajo que habla de eso que normalmente no se pronuncia por temor al propio temor porque -parafraseando Bottled up- ‘nobody needs to know, between me and my mind’. Me gusta la coherencia narrativa que hay en este disco, una portada de ensoñación en tonos rojos que indican que la cama es un lugar peligroso, el ritmo lento de pop triste y reflexivo, lo bien que ilustra el videoclip de nombre homónimo al disco la sensación de una noche en vela…Póntelo para tus noches de vigilia, ya que para esos momentos, el mejor compañero es el que te entiende.
Por Carlota Purple.
TORO Y MOI – Outer peace (Carpark Records, 2019)
Llévame ante vuestro líder
Outer peace no es un disco. Es una experiencia de ciencia ficción en la que sintetizadores, teclados, percusión, arreglos vocales y un largo etc se entremezclan para crear un nuevo plano cognitivo en el que tu nariz no es tu nariz y necesitas que alguien te explique qué hace ese alien usando tu lápiz de ojos. Chaz Bear ha decidido volvernos locos creando un disco difícil de categorizar que cabalga a lomos del lo-fi, rock psicodélico y ese no-sé-qué que te obliga a moverte con estilo mientras compras papel higiénico, vaya, que ha reinventado la abstracción. Te reto a que no te dejes arrastrar por los eh-eh-eh-eh de Freelance, a que no entres en plena crisis de personalidad escuchando Who am I o a que no intentes hacer ese movimiento robótico que tanto te gusta en New house ¡Ah! y ya que estamos no veas la maravilla visual que es el clip de Freelance. I dare you. I double dare you.
Por Carlota Purple.
LILDAMI – Flors mentre visqui (live) (Halley Records, 2019)
Un pas endavant del trap en català
Pau Gasol, Dorian, Al mar, autotune, Serrallonga, Oques Grasses… tot barrejat i dins d’un disc. Flors mentre visqui és la gran aposta del trap en català per aquest 2019. Un disc fresc, ple de referències actuals i no apte per filòlegs, que ha estat produït per Sr. Chen (Bearoid, Toteking o Elphomega). Després d’obrir-se camí al costat de grups com la P.A.W.N. Gang, Lildami presenta un nou treball per a tots els públics en que amplia el seu ventall abraçant altres estils i sonoritats. Tot i que és evident que el trap ja es troba a l’ordre del dia de la música catalana des de fa temps, Flors mentre visqui pot suposar un pas més i fer-lo arribar a un públic més extens d’una manera original i efectiva. I si després d’escoltar el disc voleu descobrir com sona en directe, el barceloní el presentarà al concert inaugural del Cruïlla de Primavera.
Per Nil Boladeras.
FUTURE – Future Hndrxx presents: The WIZRD (Epic/Freebandz, 2019)
Un parto casi perfecto
Un parto, casi perfecto, fruto de sus seis álbumes anteriores: The WIZRD. Future ha hecho converger sus alter ego El Astronauta o Pluto, entre otros, en 20 temas que suceden suave de uno a otro. Roncamente, pero como todo hip-hop, canta y critica a las drogas, al sexo o al dinero. Eso sí, con versos que, en vez de hacerte tararear, te hacen reír. Y si no eres de risa fácil, seguro que sí te hará entrar en shock con maravillas como F&N, que cambia de flujo intermitentemente sin que te acomodes y te aburras de una melodía monótona. Un parto perfecto si no fuera porque como el hijo mediano, ni sorprende por primerizo ni por novedoso. Para aquellos que desconozcan su trabajo anterior se lo pueden saltar ya que aquí encuentran más de lo mismo, pero con más calidad. Un LP bastante auto-referencial con alguna que otra canción un poco déjà vu como Faceshot o Sick to the models.
Por Jessica Cobos.
THE DANDY WARHOLS – Why you so crazy (Dine alone, 2019)
Hemos venido a hacer lo que nos sale del mismísimo
No nos damos cuenta de lo maravilloso que es el momento en el que vivimos: ventanas digitales para observar al planeta, economía colaborativa, avances tecnológicos que se entremezclan con lo tradicional y nos hacen redescubrir el significado de disfrutar… Puede parecer que hablo del porno y realidad aumentada, pero no, hablo de los videoclips 360º -así que corred a ver Be alright–. Aún así, el presente es maravillosos por muchas más cosas, como que los grupos empiezan a pasar de las discográficas y crean álbumes que a ellos les apetece. Why you so crazy, es exactamente eso, un disco en el que los Dandys han decidido jugar con lo que les apetecía -explicadme sino por qué diablos han dejado en solo 40 segundos Fred N Ginger o el rollete que se trae Sins are forgiven-. O la disonancia entre la base de Next thing I know y las guitarras Small town girls. O To the church… Anda, dale a play y déjate confundir.
Por Carlota Purple.
MUCHO – ¿Hay alguien en casa? (Kartoffel Kollektiv, 2018)
La nueva etapa techno de Perarnau
Tres años después de Pidiendo en las puertas del infierno (2016), Mucho vuelve con once canciones techno que rezan reflexiones personales y desencanto social variado. Este nuevo álbum es una sesión Dj de sintetizadores y distorsiones vocales sin pausas que bebe de la influencia del funk electrónico y de un pop ochentero melancólico y reflexivo. Bastante bailable, por cierto. Las letras son dignas de análisis, no sabría con qué frase quedarme. Eso sí, el guiño que hace al Putochinomaricón es un tema-temita-temazo. Me quedo con la letra de esta pista de principio a fin, el cabreo y el desencanto por la sociedad actual es compartido. Martí Perarnau ha sabido muy bien cómo comenzar esta nueva etapa con una música muy diferente a lo que solía crear hace un tiempo. Sin embargo, conserva personalidad y esencia. ¿Hay alguien en casa? recuerda a Delorean, El Columpio Asesino o Leon Benavente. Es arriesgado, diferente, inteligente e interesante.
Per Sara Ferco.
PAU VALLVÉ – Live vest under your seat (Pau Vallvé, 2019)
Abraçant la maduresa
Pau Vallvé gaudeix d’una condició singular dins de l’escena independent catalana: és dels pocs que acumula a l’esquena 16 discos plens de tendresa, crisis creatives, amor, canvis, reivindicacions… I, ara, també maduresa. En aquest nou àlbum, el cantautor continua amb el mateix modus operandi que als darrers treballs: Live vest under your seat està compost, interpretat, enregistrat, dissenyat, produït i editat pel mateix Vallvé. Açò pot provocar-li a un, sovint, més problemes que solucions. L’avantatge és evident: el barceloní escriu sense contaminacions alienes, fidel als seus impulsos melòdics. Els inconvenients poden arribar-hi al caure en la zona de confort: Vallvé sona a Vallvé, i acostumats al seu so, hi ha cançons que ens recorden a vells himnes seus ja coneguts. No sense mèrit, el català presenta un àlbum més cru que el doble disc anterior, que combinava més sonoritats electròniques i pop. Aquest ha estat gravat d’una tirada amb guitarra, baix i bateria, sense cap pirotècnia, amb la veu molt endavant per prioritzar unes lletres més reposades, calmades, que destil·len pau. Sense dubte, el compositor es troba abraçant la maduresa vital i musical.
Per Inés Calero.
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