Hacen falta referentes. Mujeres fuertes, innovadoras y feministas que inspiren a jóvenes y a no tan jóvenes. Una personaja que bien podría ser educadora de masas a través de sus canciones es la argentina barra madrileña Nathy Peluso.
Nathy Peluso tiene el rollo que la gente que viste de sport arreglao quiere ver. En el apartado musical, tanto te fusiona hip hop con jazz o soul. entre otros géneros, como renueva música tradicional latinoamericana: Casi me desmayo cuando entonó de esa manera tan suya ‘soy el fuego que arde tu piel’ (Tuyo, Rodrigo Amarante, intro de Narcos) enlazada con Dos gardenias, de Antonio Machín. Thanks Pedro Brofman por descubrirme esta pedazo de banda sonora. Pero ella no es solo música, es puro show. Su estética trap en insta (90k), su arrolladora personalidad (está loca del coño) y sus bailes sensuales e hiperactivos hacen que coleccione fans hasta en la Conchinchina.
Toda su performance llega a su máxima expresión en directo. El próximo concierto será el 4 de mayo en Madrid, en una Joy Eslava para la que ya no quedan entradas. Sold out también estaba el concierto de Barcelona dentro de Los Caprichos de Apolo, donde les teens copaban las primeras filas, aparentemente sin otra ocupación que cuchichear sobre quién podría haber sido tan torpe como para derramar una cerveza entera por el escenario mientras esperábamos a que diese comienzo el show. Fue sin querer, ¿¡VALE!? Más lo sufro yo, que fueron cinco pavos y apenas di un sorbo.
Anyway. Tiene lógica que si alguien tiene sandunga sea una sandunguera. Igual que si una persona tiene gracia automáticamente es graciosa. Pues ella es La Sandunguera, título que le sirve de apodo y de nombre para su segundo EP, publicado hace apenas tres semanas. Por si no sabes de qué va la movida, sandunga es una composición musical centroamericana (Lila Downs le dedicó un disco a esta tradición allá por 1999) y también significa júbilo, gozo, jolgorio. Que es una fieshta, vaya.
Aunque comenzó con Estoy triste, no tardó en añadir que estaba “pletórica de alegría”. El público (“mi gente” como decía ella) estuvo real entregadísimo, y además de bailar también le regalaban cosas como una piña o una bandera de Argentina. Los músicos de Big Menu excelentes. No eran pocos motivos para estar feliz. Y nos lo mostraba porque no paraba quieta y repetía mucho que quería “crear energías” diferentes según qué tema. Fue variando de mood sin olvidar sus hits, como La sandunguera mostrando como es su jazz latino y Corashe, un rap que toda la sala cantó sin olvidarse un detalle.
Y poco a poco la party fue llegando a su fin, pero con mucha satisfacción de conocer un poco más a esta artista. En mi caso la descubrí gracias a mi amiga Irene, que pasó una época donde estaba rozando la obsesión con esta tía. Pero yo al principio pensaba ‘beh, otra persona más que hace música urbana, no será para tanto’. Al ver que compartía algo de ella mínimo cada dos días me decidí a escucharla. Y ahora soy yo la que roza la obsesión. El resto de la historia ya la saben. Peluso se despidió con un “Barcelona, nos veremos muy pronto”. Quizá se refería a su casi inminente concierto en el festival Sónar (14, 15 y 16 de junio). Seguro que allá también creará energías y nos dará tol sandungueo.













Autores de este artículo

Paula Pérez Fraga

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.