Un concierto de Queens Of The Stone Age no es un bolo cualquiera. Es un viaje que te lleva directo a las tierras más áridas de California, de la mano de los crudos riffs de una de las formaciones stoner por excelencia. Una pieza de ingeniería perfectamente ensamblada y considerada como uno de los mejores directos del globo. Por desgracia, no son unos habituales en nuestra ciudad – seis años desde su última visita – por lo que el público rockero de la zona no quiso perderse la cita ofrecida por el ALMA Festival del Poble Espanyol. Homme y los suyos llegaron e hicieron lo de siempre: engullirnos en su endiablada sinfonía de guitarras y dar, con una facilidad pasmosa, una muestra de músculo en toda regla. Y es que un concierto de los de Palm Desert ya podría dejarte satisfecho solo con escuchar en directo temazos como Go With The Flow o No One Knows pero, como ya sabemos, estos señores siempre tienen más tela que cortar.
No nos quedó tan claro si los organizadores del concierto conocían tan bien a quien estaban contratando, ya que nunca es buena idea plantarle en la cara un front-stage a Josh Homme: los detesta. Y menos aún si, a pesar de haber vendido el aforo completo del recinto, los primeros metros de público están medio vacíos. Cuando no llevábamos ni media hora de concierto, él mismo se encargó de solucionar el tema – como ya hizo en el Mad Cool de 2018 – invitando educadamente al público de la pista “general” a saltar la valla y ocupar los espacios vacíos. Dicho y hecho, el personal de seguridad no pudo más que mirar con resignación mientras la alegría se desbordaba entre una ordenada invasión y los cánticos acompañando I Sat By The Ocean de fondo.
Los Queens ni siquiera necesitaron abusar de su repertorio más incendiario para aguantar en alto las casi dos horas de bolo, apostando por temas más pesados en la parte central del mismo. Buenas elecciones como Made To Parade, Carnavoyeur o Sicily, de su último trabajo In Times New Roman… (Matador, 2023), degustadas con paciencia y aclamadas en cuanto las seis cuerdas alcanzaban su punto álgido. Las flanquearon otras más conocidas como I Appear Missing o Burn The Witch y solo alguna píldora explosiva como la bailonga The Way You Used To Do servía de presagio para lo que estaba por llegar.
La pirámide de luces dispuesta en el escenario ganaba en intensidad a medida que la noche caía sobre Barcelona, tiñéndose de rosa para gozar del karaoke colectivo con Make It With Chu y desafiar las cuerdas vocales de los asistentes que sufrían para llegar a la nota final del estribillo. Realmente se disfrutó de un gran ambiente desde el arranque con Little Sister, pasando también por nuevos clásicos como Paper Machete.
Si alguien se lo pasó bien en la noche del miércoles, ese fue el propio Homme, que no paraba de sonreír mientras saboreaba un nuevo triunfo con los suyos y admiraba los edificios del Poble Espanyol. Incluso se animó a hacer una especie de subasta entre varios temas y tocar aquellos que más entusiasmo recibieron a modo de gritos. Los elegidos, You Think I Ain’t Worth a Dollar, but I Feel Like a Millionaire y First It Giveth, de su mítico Songs For The Deaf (2002). Casi nada.
Llegados a este punto, todos sabíamos lo que venía: rendirnos ante la locura de los dos clásicos por excelencia, Go With The Flow y No One Knows. Sendos pogos a cada lado de la valla (el de los que la saltaron y el de los que se quedaron), sudor y una energía contagiada por todo el recinto. La devastación final llego con A Song For The Dead, una suerte de seísmo extasiado orquestado entre el lodo de sus versos y la furia de una de las intros de batería más icónicas del rock moderno, cortesía del amigo Grohl y brillantemente interpretada noche tras noche por Jon Theodore. El humo y la cegadora luz blanca ponían el broche a una travesía más en el desierto. Páramo que a buen seguro cualquiera estaría dispuesto a cruzar de nuevo hoy mismo.
Autores de este artículo
Mikel Agirre
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.