Si te digo Festival Internacional de Música, Creatividad y Tecnología de Barcelona quizá lo relaciones o no. Pero si te digo Sónar, seguro te vienen muchas ideas e imágenes a la cabeza. A mi me vienen principalmente tres conceptos. Que sirvan a modo de resumen engloblador para explicar por qué creo que el Sónar es –y lleva siendo mucho tiempo– el mejor festival de Barcelona:
Coherencia
Llevan 3 décadas llevando la avanzadilla. Comenzaron cuando todo lo ‘cibernético’ sonaba a futuro, cuando la música electrónica/techno vivía sus días de esplendor y no sonaba otra cosa en las discotecas, y cuando apenas había un par de referencias de los macrofestivales que conocemos hoy en día. A principios de los 90 marcaron un statement de diversidad, tecnología y tendencias. Y en la edición de 2022, a las vísperas de la celebración de su 30 aniversario, siguen fieles a esos principios. Se ve en la programación musical pero también en el congreso Sónar+D, cuya novedad de este año es que se abría casi en su totalidad al público general porque se extendía por toda la Fira de Montjuïc, donde se realiza el Sónar de Dia. Por ello, un poco menos espectacular que en otras ocasiones, ya que de ser un punto de encuentro de startups, creadores y curiosos con ganas de interactuar con cacharros, el resultado esta edición ha pasado a ser más bien curiosos viendo exposiciones.
Aún así, han sido 60 actividades divulgativas con profesionales de primer nivel que se han consumido y disfrutado muchísimo. Destaco aquí de nuevo la coherencia: mientras que otras citas se están apuntando al carro del ecologismo en parte porque es lo que toca para que nadie les pueda decir nada en Twitter, el Sónar lleva mucho tiempo predicando con el ejemplo de manera integrada en sus contenidos, no como simple medallita a ser colgada. Destaco especialmente la flipada de Bernie Krause, que acumuló durante 6 décadas diferentes sonidos de la naturaleza y nos presentó el resultado en el Sónar+D, a medio caballo entre la divulgación científica y la creación artística, para que el público pudiera reflexionar a través del sonido hacia donde estamos yendo como sociedad.
Mood
Encima y abajo del escenario, rarites de toda índole se sienten a gusto bajo su ala, aumentando ese sentimiento de ‘safe place’ año a año. Sería naif afirmar que todas las personas que van al Sónar están comprometidas con todo y son intachables. Malos comportamientos ha habido y seguirá habiendo, eso está claro. Si no, que se lo pregunten a Cecilio G. Pero sí se respira una atmósfera general, sobre todo en el Sónar de Dia, de respeto mutuo. No a cualquier sitio puedes desplegar toda tu verdad y todo lo que llevas dentro como en el Sónar. Otros festivales se están poniendo las pilas en este aspecto en los últimos años pero, como casi en todo, el Sónar les lleva ventaja.
Y son muchas personas las que se sienten representadas por esta manera de ser y hacer. Tanto que vi a más de una y a más de uno descalzos como perico por su casa. Hablemos de cifras: Ya es casualidad que en 2022 hayan venido 122.000 asistentes de 122 países. Otro dato curioso que nos presenta el festival es que el 70% del público ha sido nacional, los restantes procedentes de ese centenar de países. Igual que los artistas: música de Sudáfrica (Kamo Mphela), de Taiwan (veeeky), de Nueva Zelanda (Lady Shaka), de Estonia (Tomm¥ €a$h), de Venezuela (La Chica)… podríamos seguir hasta llegar a los rincones más remotos de los 5 continentes.
Cartel
Todo lo anterior está perfecto, pero no se sustentaría sin un buen cartel. Al final, es (o debería ser si lo que te interesa es la música como tal y no solo la fiesta) la razón última para decidirte a comprar la entrada. Saben hacer bien la combinación de conciertos nostálgicos (The Chemical Brothers) con uno de los shows más reconocidos del año (C. Tangana) así como grandes figuras internacionales (Bonobo, The Blaze) y joyitas nacionales (Maria Arnal i Marcel Bagés, Niño de Elche, Rojuu). Es cierto que este año, aunque sobre el papel es un cartel de primer nivel, allá se vivió con más desánimo del que cabría esperar (si tienes curiosidad sobre este punto, escucha el podcast ‘Relats musicals’ para saber las opiniones del público). Una posible teoría es que se están reservando para poner toda la carne en el asador el próximo año con motivo de su 30 aniversario (del 15 al 17 junio de 2023). Allí estaremos.
Autores de este artículo
1 comentario en «Tres razones por las que el Sónar es (para mi) el mejor festival de Barcelona»
Que el Sónar tiene buen cartel… en fin, lo que hay que leer