Teníamos ganas de festivales y teníamos ganas de Sónar. Estrenos, conciertos exclusivos, retornos… el cartel era una mezcla prometedora del mejor talento global, nacional y local del momento y de los últimos años. En total, 117 shows. Repasamos los mejores conciertos, dj set y espectáculos que hemos podido disfrutar en el festival, tanto en el Sónar de Día (16, 17 y 18 de junio, Fira de Montjuïc) como en el Sónar de Noche (17 y 18 de junio, Fira Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat).
Sónar de Día: a rebosar de talento
De día una buena fiesta sienta mejor. Puedes embriagarte a gusto que después duermes toda la noche y al día siguiente estás fresca como una rosa. Incluso puedes ir a trabajar tan campante. Lxs asistentxs al Sónar lo saben bien y por eso ya comienzan la juerga el jueves, para continuarla el viernes y el sábado. Entre los tres días pudimos ver conciertos y presenciar momentos espectaculares. Comenzamos por las entradas triunfales de Rojuu por un lado (iba sentado como si fuera la Virgen María llevada por unos nazarenos) y de Niño de Elche por otro (demostrando con sus gestos la democratización de la ‘músika festera’, ya que entró en la sala a pie, entre el público, junto con una multitud de músicos.
Otro hecho llamativo fue un altercado que se comentó y replicó más que cualquier actuación porque genera conficto y, por qué no decirlo, unas buenas dosis de morbo también: Cecilio G, el rapero que se abrió en canal en Million Dollar Baby –fantástico tema–, que ofendió con saña al público durante un concierto suyo hace unos años en el Cara B –nos llamó de todo sin ningún motivo–, y que tuvo su momento de gloria presentándose en el Sónar a lomos de un caballo… la ha vuelto a liar. Fue detenido por conductas incívicas cerca del festival. Que sí, que genera interés porque jaja se le va la olla y cómo la lía. Pero odiaría que lo más destacable de un festival mastodóntico como es el Sónar fuera una paja.
Ocurre algo similar con Morad, que sale en la prensa cada 2×3 por sus encontronazos con la policía pero poco se dice que este chaval de 23 años es el artista más escuchado en Spotify de Catalunya. Como dato curioso, el Primavera Sound, Jhay Cortez se marcó un tema de Morad y lo reventó muchísimo. Su música se podría englobar dentro del género drill, del cual Gerard de Josep nos habló hace unos meses de manera muy acertada, igual que El Bobe, que pese a un fallo técnico que nos tuvo en vilo más de 10 minutos una vez ya había comenzado el show, salió del paso para hacernos saltar con su Princesa de oro, canción que acumula millones de streams.
Más nombres interesantes: el dúo de música electrónica más avanzado y envolvente de casa nostra, b1n0; Ms Nina haciéndonos perrear con una mezcla de vanguardia y reguetón antiguo; Eartheater y su animadísima legión de fans; recordamos también cómo nos hizo sudar la portuguesa Pongo; y cómo disfrutamos con la reina del sonido de referencia en Sudáfrica –house amapiano– Kamo Mphela; lo que flipamos con los movimientos de las bailarinas hawaianas que acompañaban a Lady Shaka; así como los temazos de Chico Blanco (cerramos el podcast con su tema WTF is in my cup); o Samantha Hudson estrenando una reintrepretación especial para el festival en clave rave de su disco Liquidación total por cierre. Y, por supuesto, Maria Arnal i Marcel Bagés, que presentaron uno de los espectáculos más esperados de todo el festival: Hiperutopia, una nueva manifestación de su álbum Clamor en la que estuvieron acompañados por las 36 voces del Cor de Noies de l’Orfeó Català. Fue mágico. El público salió flotando, había tocado el cielo con la punta de los dedos. Pudimos hablar con algunxs asistentxs después de este concierto, si tienes curiosidad escucha el podcast ‘Relats musicals‘ para saber más. Demostraron así en parte lo que ya sabíamos: Lo voces extranjeras están genial, pero queda claro que aquí talento nos sobra.
Sónar de Noche: más allá de la fiesta
Quien se adentra en la nocturnidad del Sónar, va a lo que va. Y para ello el festival provee de djs de lo mejorcito de la escena internacional (jamás he disfrutado tanto de una sesión como con Laurent Garnier, un clásico del festival). Y este año no iba a ser menos. El festival demostró por qué es la mayor pista de baile (la verdad es que la Fira otra cosa no, pero grande es un rato) alargando la fiesta hasta el amanecer con auténticas estrellas del clubbing mundial. Dj sets de techno de la mano de Charlotte de White o Joy Orbison, entre muchísimos otros nombres, hicieron las delicias de los más atrevidos. Pero, antes, los conciertos.
Poder escuchar en directo Hey boy hey girl, la mítiquisima canción firmada por The Chemical Brothers, que muchísimos de los allí presentes disfrutaron en sus inagotables noches en Apolo y Razmatazz a principios de los 2000, fue un regalo. Igual que haber disfrutado del retorno de Moderat después de que hubieran anunciado su retirada de los escenarios, o de Bonobo en un formato live que reforzó lo oníricas que son sus melodías. También destacaron las actuaciones de Arca, una de las figuras más arriesgadas y transgresoras de nuestro tiempo, que después de algunos shows en el Sónar de Día, debutó en Sónar de Noche con un nuevo show en el que presentó en directo sus últimos cinco álbumes; o The Blaze, dúo francés que firma uno de los mejores discos de electrónica de los últimos años: Dancehall. ¿No me crees? Escúchate Heaven y déjate elevar al cielo.
Pero la actuación del festival sin duda fue la de C. Tangana, acompañado de nombres top como Niño de Elche (que, según escuché a mi lado, “estava suant com un porc”, a lo que me dieron ganas de contestar ‘pues como todes, hijo, como todes’), Andrés Calamaro (al que pudimos ver el día anterior en Jardins de Pedralbes) o Nathy Peluso (recibida con una de las mayores ovaciones que he presenciado nunca y aumentando las ganas que teníamos de verla apenas un par de horas después interpretando su aclamado Calambre con tantos otros de sus hits como Corashe, que la dio a conocer hace ya 5 años). Contó que uno de sus primeros conciertos fue abriendo el Sónar, entendemos que a una hora donde apenas había un par de seguratas y ya, por eso estaba especialmente contento. Después de cancelar en Primavera Sound (¿porque no le permitieron montar el pifostio que monta sobre el escenario?), regresó el pasado fin de semana al Sónar convertido en una estrella, aclamado por público y crítica gracias a su Sin cantar ni afinar tour, una mezcla de actuación musical, performance teatral y grabación audiovisual gracias a la cual ya se vaticina que cambiará toda la industria del directo y en general cómo entendemos los conciertos. Ahí es nada.
Autores de este artículo

Paula Pérez Fraga

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.