Dice el tópico que es complicado que una figura que se hace llamar ‘el madrileño’ triunfe en Barcelona. Pero si algo sirve para romper, triturar y, finalmente, superar tópicos es la música. La fecha y el lugar eran inmejorables: Diada de Sant Jordi en el Palau Sant Jordi de la ciudad condal. Y con la misma actitud valiente y, porque no decirlo, por momentos también arrogante con la que Sant Jordi se enfrentó al dragón, C. Tangana defendió y brilló con un directo faraónico y efectista, pero a la vez efectivo y musicalmente delicioso.
Si alguien esperaba ver a C. Tangana en concierto… se quedó con las ganas. Sin embargo, vio mucho más. Y es que el ‘Sin cantar ni afinar tour’ huye de la idea de un directo convencional, mezclando elementos propios del cine o el teatro musical. Cuidadosamente producido por La Oficina, Sangre World y Little Spain, el espectáculo es, conceptualmente, una adaptación cinemática de una fiesta que sucede en un club. Los músicos e intérpretes aparecen sentados en diferentes mesas pequeñas y van interviniendo en el show a medida que Tangana –que ejerce de maestro absoluto de ceremonias– les da paso. En la parte trasera, completan el menú una sección completa de vientos, otra de cuerdas, un conjunto de percusiones y finalmente una agrupación de coristas. En total, más de 40 artistas sobre el escenario que interactúan, fuman, bailan, se ríen y beben. Sobre todo beben.
Todo esto, transmitido al público a través de unas pantallas gigantes como si de una película se tratara, ensamblado a partir de unos juegos de luces, una fotografía y, sobre todo, una realización exquisitas, a la altura de cualquier producción audiovisual para cine o televisión. Durante toda la velada, sucedían mil cosas a la vez en el escenario, pero eran la música y la realización audiovisual las que marcaban el foco y la narrativa en cada momento. En definitiva, un show pensado para disfrutar mirando las pantallas más que mirando el escenario.
La noche arrancó 20 minutos más tarde de lo previsto con la estridente Still Rapping. Sin embargo, rápidamente el ambiente urbano se tornó en castellano. El romántico bolero Te olvidaste y el corrido mexicano de Cambia! sirvieron para introducir El Madrileño, alter ego que el Pucho ha creado para sus últimos dos trabajos. La publicación del álbum El Madrileño (Sony Music, 2021) primero, y su apéndice La Sobremesa (Sony Music, 2022) después, ha supuesto un antes y un después en la carrera de C. Tangana. De hecho, desde su salida, Antón Álvarez (Madrid, 1992) ha pasado de ser considerado un rapero díscolo que coqueteaba con el mainstream, a conseguir el reconocimiento de público y crítica a partes iguales. Ambos trabajos constituyen un cruce de géneros musicales que van desde la música popular y folklórica de raíz hispana, como la copla, el fandango, la rumba, la bachata o el bolero; a las últimas tendencias de masas, como el hip hop, el reguetón o el trap. Una mezcla que escenificó perfectamente Bobo, que arranca a ritmo de bachata y poco a poco va tomando elementos de la música urbana.
Múltiples actores y actrices de reparto
Como pasa en las grandes películas, no faltaron los actores y actrices de reparto. Rita Payés apareció para cantar Te venero mientras que Lucía Fernanda ejerció de Nathy Peluso en la celebradísima Ateo. Más tarde también saltó al escenario Jorge Drexler para interpretar Nominao. Después, tras unos instantes de suspense generados por una ampliada marcha digna de las procesiones Semana Santa, llegó el turno de Demasiadas mujeres, que convirtió el Sant Jordi en una especie de discoteca de techno.
Acto seguido, el concierto cambió de escenario. La acción se trasladó a la parte trasera en la que había instalada una gran mesa. Alrededor de ella se sentaron el Pucho y sus acompañantes para empezar una especie de sobremesa, una adaptación a lo grande del Tiny Desk que C. Tangana ya consiguió viralizar en Youtube hace unos meses. El Niño de Elche, La Húngara y el propio Pucho inauguraron este nuevo set con Me maten, que dejó paso a un seguido de versiones entre las que destacaron Noches de bohemia de Navajita Platea, No estamos lokos de Ketama o Corazón Partío de Alejandro Sanz.
Estopa triunfa en la sobremesa
En medio de esta celebración de la canción española, el momento álgido llegó con la aparición de los hermanos Muñoz de Estopa, que se sumaron a la sobremesa con la mítica Tu calorro, que por poco no hace explotar un Palau Sant Jordi totalmente entregado. Puesto a homenajear la rumba catalana, C. Tangana cedió Ingobernable a la voz de David y después dio entrada a Kiko Veneno, al que calificó como “el mejor compositor de habla hispana”. Todos juntos interpretaron Los tontos, para deleite de un público que se debatía entre cantar, bailar o grabar con su teléfono todo lo que proyectaban las pantallas.
Para romper la monotonía, Tangana viajó al pasado con Tranquilísimo y Llorando en la Limo, que hizo botar a todo el Sant Jordi. Ahora bien, este oasis no duraría mucho, pues el Pucho encauzó de nuevo la noche apostando por la sensual Comerte entera, la ecléctica Muriendo de envidia y la rockera Hong Kong.
En la parte final, todo el Palau Sant Jordi aguantó la respiración cuando empezó a sonar Antes de morirme, pero finalmente fue Marina Carmona y no Rosalía quien apareció sobre el escenario. Cerraron la noche el hit Tú me dejaste de querer y el bolero cubano Un veneno, en el que brilló el trabajo del guitarrista Yeray Cortés.
Pese a encenderse todas las luces de golpe, C. Tangana no tenía prisa por irse. Así que mientras El Niño de Elche cantaba la imponente Al di là, Pucho y su séquito brindaban con cava y en las pantallas aparecían títulos de crédito, al más puro estilo cinematográfico. Como suele pasar en Hollywood, esperemos que esta película también tenga segunda parte.






Autores de este artículo

Pere Millan Roca

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.