Tras un año de inevitable sequía, el Mas i Mas Festival ha vuelto con la misma ilusión y el buen gusto que le ha caracterizado durante casi dos décadas de existencia. Su apuesta por el eclecticismo, óptima combinación entre jazz, flamenco, soul, blues o electrónica, se había convertido en una refrescante tabla de salvación para las calurosas noches del verano barcelonés. En este año de recuperación, la organización ha decidido programar 164 conciertos repartidos entre cuatro espacios: Jamboree, Tarantos, Moog, Plaça Reial y Teatre Coliseum. Precisamente fue, en este último y emblemático recinto, donde tuvimos el primer contacto con el singular evento. El elegante soulman (nacido en Surinam, aunque residente en Amsterdam) Steffen Morrison, se encargó de abrirnos las puertas.
Fabricación propia
Lo primero que debemos agradecer a Morrison, es la feliz opción de obviar los consabidos soul-hits de Fiesta Mayor (con la excepción del Hard to handle de Otis Redding) y centrarse, únicamente, en su corto aunque notable repertorio. Elección que le honra y constituye un rasgo diferenciador con algunos colegas de obra que, en pos de buscar el éxito fulminante (imitando a los clásicos), caen precipitadamente en el profundo saco del olvido. Para defender su apuesta, contó con una compacta banda formada por bajo, batería y teclados, más la sección de vientos (saxo y trompeta); genuino soporte de soul añejo. El set, obviamente, se centró en su última creación, Soul revolution (DEMP Music, 2020) y también en la primera, Movin’ on (DEMP Music, 2018) las cuales fueron alternando, añadiéndoles la saltarina Stuck on the moon, tema de 2012 y que tanto recuerda al sonido de The Tams.
Sonorización, entrega y apoteosis
En el arranque, con las trepidantes Hold on lovers y Soul revolution, la sonorización dejó bastante que desear, mostrándose excesivamente apelotonada. Por suerte, al llegar a la templada You’ve been hit by a butterfly, el problema comenzó a desaparecer, solucionándose del todo en Old enough to know better y Little bit longer, dos joyas que ya lucieron con brillantez.
El canto del surinamés es deudor de las grandes voces del pasado (únanlas todas). Sin embargo, con ellas ha conseguido una propia, intransferible, que tanto luce en el fragor como en la calma. Mención especial para la sentida interpretación de Let us not wait too long, solemne canción dedicada a su hermana fallecida, trágicamente, en 2014.
El set no tuvo ninguna pausa corta-ritmos. Su configuración, cuadrada, sin altibajos, contando con un derroche físico y de empatía, a cargo del protagonista, muy apreciables. Morrison se ganó el respeto y el sueldo a pulso.
A destacar la profundidad de Old fashioned, un rotundo Movin’ on, la calidez de True to myself y Positivity, creación ideal para guardar el desaliento en un armario bien cerrado.
Para el tramo final guardó tres trallazos de consideración: la mentada Hard to handle (óptimamente ejecutada), la también nombrada Stuck on the moon, donde apareció el indomable carácter de Booker T. & the M.G.’s y la apoteosis final con Do it all again. Steffen agitó la platea y mando bailar, todos le hicieron caso. La autoridad no se enteró.
Steffen Morrison ofreció una magistral lección de soul depurado. Demostró que se puede conmover una platea sin recurrir a los 40 Principales y ante todo nos envió un mensaje positivo y esperanzador. De veras que lo necesitamos.
Quizá alguna conciencia agorera creyó que el vigoroso soulman se empequeñecería en un magno escenario, todo lo contrario. Se engrandeció y enseñó todas sus cartas: la de la elegancia, la del pundonor y la de su privilegiada garganta. Instrumento muy buscado, dada la escasez actual de voces con tronío.
Con la presencia de Steffen Morrison y sus huestes, el recientemente inaugurado festival, se apuntó un gran tanto. Otro más.
Positivity is all within your reach, it’s matter over mind. Find the strenght inside of me. Let’s turn it all around with positivity”
Positivity, Steffen Morrison
Autores de este artículo
Barracuda
Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.