En los setenta, Pink Floyd se definió como un símbolo del rock progresivo y una de las bandas con más ventas de la historia. Reunió a dos de los talentos más destacados de la década, Roger Waters y David Gilmour. Sin embargo, estos no se llevaban muy bien y tenían constantemente discrepancias creativas. Y es que, durante sus últimos años en la banda, el bajista había perdido la tolerancia con sus compañeros. En 1985, Waters puso fin al grupo por falta de ideas y agotamiento. A su sorpresa, sus ex compañeros Gilmour y Mason decidieron retomarlo. Hasta el día de hoy, el nombre de Pink Floyd se ha visto salpicado de numerosas polémicas y trifulcas entre el bajista y el guitarrista. Desde demandas por derechos a insultos y comentarios inapropiados en la prensa.
A pesar que ambos siguen de forma activa con sus carreras en solitario, recientemente se han vuelto a situar en el punto de mira. Con una semana de diferencia, cada uno ha publicado un álbum en solitario. Por su parte, Gilmour ha sacado a la luz Metallic Spheres In Colour. Se trata de una remezcla de un disco propio con el grupo de electrónica The Orb, y se define, principalmente como ambient. Waters, en cambio, ha lanzado una regrabación de The Dark Side Of The Moon, el disco más exitoso de la banda. 50 años después de su lanzamiento, el bajista mantiene las melodías de las partes clásicas, aunque se aleja del rock característico de los setenta.
Aunque los amantes de Pink Floyd reciben este álbum como un homenaje al emblemático disco, es inevitable pensar que es lo que realmente sucede tras la cortina. En estos últimos años, Waters ha mostrado sus valores sin tapujos y ha expresado reivindicaciones que le han llevado a ser odiado por muchos. Recientemente se le ha señalado por mostrarse al lado de dictadores, regímenes totalitarios y ha adoptado posturas antisemitas. Con la edición de este álbum consigue ser visto por muchos como ese héroe que continúa agrandando la historia del grupo. Aún así, para muchos otros es el principal culpable del fin de la banda. Aunque haya prescindido en su totalidad de cualquier elemento instrumental, incluyendo a sus compañeros, no deja de estar usando el nombre y el branding de la banda.
David Gilmour comentó que la imagen que muestra Roger Waters es la de un anciano lamentable que justifica y celebra el horror. Sólo algunos pocos del mundo del arte han querido trabajar en la imagen con la que quieren ser recordados, la cual no depende sólo del legado artístico. Sin duda alguna, Waters tiene una trayectoria musical llena de discos exitosos y conceptuales que le han convertido en un gran referente de su género. Aún así, no se pueden dejar de lado las reivindicaciones y opiniones políticas que ha manifestado en estos últimos años.
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