Es difícil que haya alguna persona habitual en la escena de conciertos de Barcelona que no tenga una foto de su persona hecha por Xavi Mercadé en la que salga disfrutando de un concierto. Probablemente le gustaba fotografiar al público pasándoselo bien tanto cómo hacer fotos de conciertos. Así ha llegado a muchísima gente. Conquistándolos con su objetivo. Era raro ir a un concierto y no encontrárselo con la cámara en la mano. Xavi siempre estaba ahí. En una misma noche podía ir a cuatro o cinco conciertos, montado en su moto para arriba y para abajo por las calles de la ciudad. Y lo mismo iba a una sala pequeña a ver a un grupo emergente como a un gran estadio para fotografiar a alguna estrella multitudinaria. El compañero de El Periódico Ramon Vendrell le llamó “El hombre que siempre está allí” en un artículo que le dedicó hace un tiempo y con razón. Incansable de la profesión, Xavi se ha ido haciendo lo que le gusta hasta el último momento.
No soy fotógrafa, pero tengo muchos amigos que lo son, compañeras y compañeros a los que suelo saludar y con los que suelo charlar en los conciertos. Allí están siempre, en primera fila, con foso o sin foso. Con sus cámaras y un montón de anécdotas y risas por compartir. Así fue como conocí a Xavi Mercadé, compañero también en las páginas del Ruta 66. En el foso de los conciertos habita esa comunidad de ojos avizor en busca de la imagen perfecta, esa profesión en peligro de extinción, que ilustra nuestras crónicas, ¿qué sería de ellas sin sus fotografías? Se les tiene que admirar porque nos dejan grabadas las mejores imágenes de los conciertos que nos han llenado de música y emoción. Xavi Mercadé era uno de ellos.
Poco tardaban en aparecer en sus redes sociales las fotografías de sus conciertos. Algunas personas las esperaban con emoción, no solo por las imágenes del concierto en sí, sino por verse reflejados y reflejadas en esos momentos de satisfacción musical, que con esta maldita pandemia no hemos podido disfrutar como antes. Y por supuesto, no podían faltar sus fotografías de saltos marca de la casa. Xavi siguió al pie del cañón, haciendo innumerables fotografías durante la pandemia. Esta vez con mascarilla, pero allí seguía. Recibió el homenaje que su trabajo merecía con la retrospectiva que estos días (y hasta el 5 de septiembre) se puede ver en el Palau Robert.
Con su muerte, perdemos un decano de la profesión que se va demasiado pronto. 40 años llevaba con la cámara a cuestas, como fotógrafo y como director de fotografía de la revista Enderrock, de la que era fundador. Sus fotografías forman parte de la historia musical de Barcelona, de sus entresijos, de sus raíces, de sus grandes momentos y de sus momentos no tan buenos. Se le echará de menos. Que la tierra te sea leve Xavi y gracias por tus fotografías.

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