No ha sido un camino fácil, y ya empezábamos a creer que no volveríamos a vivir este momento: Blink-182, con la formación original, 10 años después, en una gira de reunión que pasaba por el Palau Sant Jordi, rozando el sold out. La última vez que visitaron Barcelona fue en el 2012, y las ganas que teníamos de verles de nuevo se palpaban en el ambiente.
En estas tres décadas desde que empezaron, la banda ha sufrido numerosos contratiempos que nos llevan a pensar que su vuelta ha sido todo un milagro. Travis Barker sobreviviendo a un accidente en un jet privado en 2008, Mark Hoppus siendo diagnosticado con cáncer linfático en 2021 y Tom DeLonge abandonando el grupo hasta dos veces debido a tensiones internas.
Blink-182 querían volver a lo grande, nada de quedarse cortos. Ofrecieron un despliegue de pirotecnia, luces, humo, una ambulancia flotante, confeti e imágenes en pantallas enormes inspiradas en las distintas eras de la banda. Y, aun así, consiguieron que el concierto fuera igual de especial e íntimo.
It’s not a phase mom, this is who I really am
Es un hecho que la nostalgia y la música van unidas. Escuchar música libera diversas reacciones químicas en nuestro cerebro, como dopamina, serotonina y oxitocina. ¿Y cuál es el momento de nuestras vidas en el que más sustancias químicas liberamos a causa de estímulos externos? La adolescencia. Una época clave en la que forjamos nuestra identidad, y en la que la música está casi siempre presente, directa o indirectamente. Para muchos, a partir de ahí es cuando la música empieza a convertirse en un refugio.
Por eso fue tan mágico lo que se vivió esa noche: miles de personas conectadas por esa música que no paraban de escuchar hace más de una década. Estás viendo a uno de los grupos que definió tu adolescencia. Has viajado al pasado, estás con tus amigos de siempre berreando las canciones que más te han hecho disfrutar y riéndote de las bromas estúpidas y ridículamente sexuales con las que nos deleita Tom a cada mínima oportunidad que se le presenta. No necesitas nada más.
Mientras pasaban por todos los éxitos de Enema Of The State, Take Off Your Pants And Jacket y el álbum homónimo, enseguida te dabas cuenta de que estábamos ante la mejor versión de Blink-182 desde 2013. Sin perder el ritmo ni una sola vez, dando toda una lección de energía, fuerza y potencia.
“ITS FUCKING EMO TIME” exclamaba Hoppus, anunciando que era la hora de sacar esos pitillos negros súper ajustados, ponerse el flequillo largo de lado, escuchar My Chemical Romance y gritarles a tus padres que no esto no es una fase. Era el momento de Stay Together For The Kids, todo un clásico que fue uno de los más emotivos de la noche, llenando el Palau Sant Jordi de flashes (y alguna lagrimilla).
No faltaron algunos de los temas del inminente disco que verá la luz el próximo 20 de octubre. Uno de ellos fue EDGING, el primer avance que sacaron y que sirvió para que los fans comprobaran que era cierto: Los Blink-182 con los que han crecido, los de siempre, están de vuelta. La novedad fue MORE THAN YOU KNOW, otro de los avances que justo debutó la noche anterior en el concierto de Madrid y que tuvimos la suerte de presenciar también en Barcelona.
El diagnóstico de cáncer de Mark Hoppus le había llevado a repasar viejos temas de la banda y descubrir que de repente habían adquirido un nuevo significado para él, como es el caso de Adam’s Song. Antes de interpretarla, Hoppus aprovechó para abrirse en un emotivo discurso y celebrar cómo amigos cercanos también habían vencido la enfermedad recientemente. Si antes hablábamos de lagrimillas, ahora son lagrimones.
La traca final vino con las cuatro joyas de la corona: What’s My Age Again, First Date, All The Small Things y Dammit, que desataron la euforia máxima e hicieron vibrar el Palau Sant Jordi entero
Tom DeLonge y Mark Hoppus, juntos de nuevo
Tom DeLonge dejó Blink-182 en 2015, y fue reemplazado por Matt Skiba de Alkaline Trio, con quien lanzaron el séptimo álbum de estudio de la banda, California, en 2016 y NINE en 2019. Y, aunque Matt hizo un buen trabajo durante esos años, la química entre Mark y Tom es realmente lo que hace que Blink-182 sea Blink-182.
Se nota que Tom vuelve a disfrutar de estar en la banda y que no es nada forzado. Estos 10 años le han servido para pulir su voz y técnica tocando la guitarra, y vuelve a estar en plena forma. Además de sus numerosas bromas sexuales que creo que no hace falta mencionar, lo que también le gusta es desatar un poco de caos entre las ciudades por las que pasa: “I like Barcelona better than Madrid. Fuck Madrid”.
Tampoco puedo acabar esta crónica sin dedicarle una mención aparte a la fiera de Travis Barker, que actúa como si cada noche fuese su último concierto, totalmente incansable. Verle encima del escenario es toda una gozada.
“Travis, play this song as fast as you can”, le dijo Mark en Happy Holidays, You Bastard. Y así lo hizo, tocando a una velocidad incalculable con fuego a su alrededor. En otro momento, el mismo Mark le tapó la cabeza con una toalla blanca y se pasó más de media canción tocando completamente a ciegas. Además de pasarse casi medio concierto tocando encima de una plataforma flotante que daba vértigo sólo de verla. Una bestialidad.
El concierto en sí fue una maravilla, pero creo que sin duda lo que lo hizo tan especial fue la energía de todas las personas que estaban allí. Una energía altamente contagiosa, que, sin que te des cuenta, hace que te pases el concierto entero con una sonrisa dibujada en la cara. Durante unas horas, todos llegamos a creer que el tiempo no pasa para nosotros. Al día siguiente, cuando te levantas con un dolor de espalda y cabeza de mil demonios, te toca volver a la realidad.
Imagen de portada © Christian Bertrand
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