En más o menos tres años Delaporte ha conseguido mucho. Se han juntado, sacado dos álbumes y varios hits —dentro de que son un grupo recién nacido—, han sido elegidos como banda sonora del reboot de Fama: a bailar y, lo que más importante me parece: han puesto una pequeña semilla en la historia de la electrónica española. En algunas entrevistas opinan que la razón podría ser que el género no haya tenido una evolución normal dentro de nuestras fronteras. Lo cierto es que este dúo formado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi está produciendo cosas dignas del mejor panorama internacional. Si ya me habían impresionado con estos datos, este 4 de octubre en la Sidecar, y gracias al ciclo de conciertos Madtown Days, casi me explota el cerebro.
Es imposible que la Sidecar quede en silencio. Es demasiado refugio antibombas centenario, se oiría hasta la respiración de un recién nacido si alguien se atreviese a meterlo ahí. No importa, en realidad ya es algo que simplemente sirve como rasgo representativo de la sala. Cuando aparecen, rodeando el escenario y subiendo desde delante, la audiencia los reconoce al instante y los celebra. Empezamos directamente con One y Güale.
Durante el directo Sergio no va a pronunciar palabra, quizá por timidez o quizá porque su mesa de mezclas le resulta más interesante. Será Sandra quien se dirigirá a la audiencia. Está muy contenta de que hayamos venido y de que no estemos en un festival, ya que al no haber foso nos puede incluso tocar. Ella sabe combinar bien su dulzura con el status de rockstar que le otorga la audiencia. Y también sabe encendernos. Para Me encanta ya hemos entendido todos que el concierto es más que un concierto de jueves: esto es electrónica. Mientras suena Tú y yo oigo a los de delante declararla como música para follar. Durante Cariñito, cover del grupo peruano Los Hijos del Sol que también han verriondo Novedades Carminha, la gente reproduce el delay de ‘nunca-ca-ca’ como un statement, y a mitad de la canción invita a subir a Oscar D’Aniello, de Delafé, que acompaña el tema con una cosecha propia: Lo más bonito del mundo.
Después de relajarnos un poco con una interpretación perfecta de Cavalier, todo el mundo flipa con un remix de Escuela de calor. Acercándose al final, Sandra está muy emocionada de la respuesta que ha tenido el público, y después de decir que ojalá nos pudiera abrazar a todos, lo consigue: toda la sala se tira hacia el escenario y forma un abrazo enorme para ella. Vuelve a ir más allá para conectar con el público cuando en Un jardín y Pájaro salvaje —el último tema— se tira a la audiencia y baila con ella. Por cierto, la última canción se extiende varios minutos más de lo que habían planeado, solo por quedarse a bailar con nosotros.
Será por la cercanía que expresa Sandra, que apela a un target especial, o porque el de Sidecar es realmente un escenario pequeño, pero rara vez se ve esta relación con el público en conciertos no acústicos. No han parado de sonar gritos de “brava”, “espectacular” o “joder”. Esto, su aptitud creativa y la rapidez con la que han crecido en solo tres años suena a futuro prometedor, tanto para ellos como para la electrónica.
Autores de este artículo
Nadia Dubikin
Mario Olmos
Vinculado a la fotografía desde el siglo XX. En los últimos años he juntado mi locura por la imagen y mi pasión por la música. Me consideran fotógrafo, pero me defino como alguien que deja momentos congelados con la intención de provocar una reacción.
2 comentarios en «Delaporte: Una nueva era en la electrónica española»
Esta crónica va en serio? “Será por la cercanía que expresa Sandra, que apela a un target especial,” ????????????? “el concierto es más que un concierto de jueves: esto es electrónica” ????????????????????
Pedro, tío, qué dices si tú ni pisaste el concierto. Estuvimos esperando por ti toda la noche. RAJAOOOO