Desde hace años, la música más escuchada en nuestro país proviene de Latinoamérica: Karol G, Maluma, J Balvin, Ozuna, Anuel AA, Natti Natasha y un largo etcétera. Aunque también han entrado en el mainstream nombres patrios como Dellafuente, Mala Rodríguez o los omnnipresentes Rosalía y C. Tangana. A cualquiera de ellos los puedes encontrar en las playlists de música urbana de Spotify, una etiqueta muy amplia que engloba desde el reguetón hasta el rap, pasando por muchos estilos como las nuevas sonoridades R&B o incluso, en algunos casos, el flamenco. Pero ¿qué tienen en común como para poder agruparlos a todos bajo un mismo termino?
Todos estos géneros surgen, al menos en su origen, de colectivos que han sido tradicionalmente discriminados. El reguetón nace de la fusión del reggae jamaicano con otros ritmos latinos. Y el rap, el hip hop y más recientemente el trap, aparecen en el seno de la cultura afroamericana, concretamente a causa de la segregación racial, en los suburbios urbanos. Teniendo en cuenta todo esto, la etiqueta ‘urban’ quizá es demasiado superficial y ambigua.
Recientemente muchos artistas y gente de la industria por fin han decidido alzar la voz: exigen que se deje de usar este término, creado a mediados de los 60, para referirse a la música negra de una forma menos explícita.
Tyler, The Creator calls out the #Grammys on their racism when it comes to music genres pic.twitter.com/rzWe2lR3xO
— Odd Future Fans (@itsOddFuture) January 27, 2020
Desde Tyler, The Creator, hasta Kendrick Lamar, Beyoncé o Janelle Monáe pasando por distintos ejecutivos del sector. Y por suerte, todo apunta a que las críticas han empezado a tener su impacto, ya que, por ejemplo, en la próxima gala de los Grammy, y por primera vez en la historia, la categoría ‘Mejor álbum urbano’ pasará a llamarse ‘Mejor R&B progresivo’. Esta decisión, se hizo pública justo después de que la discográfica Republic Records anunciara que también dejaría de usar el término urban. No es la solución definitiva, pero por ahora es un avance.
También hay que tener en cuenta que, como dijo Malv hace unos meses en Radio Primavera Sound, no es extrapolable el problema de racismo que hay en Estados Unidos a la realidad que vivimos aquí. Pero eso no quita que nuestros artistas tampoco se sientan identificados con esta palabra. Deva lo afirmó a través de este mismo canal: “a mi la etiqueta urban nunca me ha parecido muy acertada, porque me parece que no describe nada”. Siguiendo la misma línea, el productor musical Bexnil, nos ha contado que, pese a que considera que lo que hace es música urbana “porque entiende el significado del concepto”, no se identifica con él. Y está de acuerdo en que “cambiar la etiqueta es un primer paso para reclamar las libertades de los artistas”.
Sea como sea, lo que está claro es que se llamen urban o no, estos estilos han logrado cautivar a toda una generación, la llamada Z. Sobretodo el reguetón, que desde el otro lado del charco ha logrado alcanzar el clímax a nivel global.
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