Un día por la mañana había quedado con Ciara para hacer una videollamada y charlar de su trabajo. Yo estaba en mi salón, con el sofá de fondo, y ella me imagino que también, pero con un Emmy que ganó por su trabajo para I may destroy you que tenía en una estantería como quien tiene un jarrón de flores. Ciara Elwis trabaja como supervisora de música en producciones como Sex Education, The Dutchess, Heartstopper, Derry Girls y una infinidad de títulos más que no acabaría.
¿Cuál es el trabajo de un supervisor de música?
Un supervisor de música está a cargo de una producción, ya sea serie o película. Además, somos los encargados de ponernos en contacto con el compositor encargado de componer la banda sonora y trabajar con ellos para organizar sesiones. También estamos a cargo de los temas comerciales, si alguien canta, nos aseguramos de que sea un sonido limpio. Básicamente, cualquier música que se escuche, aunque sea un silbido, están supervisadas por un supervisor de música.
También seleccionáis la música que se utiliza en la producción que no sea hecha especialmente para esta. ¿Cuál es el proceso?
Depende de la producción realmente. Nos basamos en conversaciones iniciales y trabajamos con el/la directora/a, los/las editores/as y productores/as. Al principio decidimos cual va a ser el sonido que tendrá y después me encargo de presentar diferentes temas para diferentes momentos. Si hemos decidido ir con un sonido minimalístico y electrónico, las canciones que presentaré seguirán ese estilo, iré escena a escena a buscar aquello que encaje más, en función de lo que se quiera conseguir. Si es una escena donde alguien está muy triste, el tipo de música que escogeremos es muy diferente a si alguien está feliz. Es un poco como escoger música para una fiesta: si quieres que esten todos en la pista de baile, pondrás temas diferentes a si quieres un ambiente más tranquilo.Por otro lado, si estamos haciendo una producción que tiene lugar en una época determinada, me encargo de comprobar que la música concuerda con la época. Por ejemplo, si estamos haciendo una película basada en los sesenta, me aseguro de que no hayamos puesto nada de Harry Styles, ya que no sería riguroso históricamente.
Entonces entiendo que no tienes total libertad para decidir la música que va, ¿no?
No, ya que no es solo mi opinión la final, es más un esfuerzo colaborativo entre todos para encontrar algo que funcione. El/la editor/a me manda la escena, luego le envío yo algunas opciones que creo que pueden funcionar y me dan feedback; me dicen si algo le funciona, si necesitan algo más rápido o lento. Es más un trabajo de prueba y error para conseguir encontrar lo que funcione mejor y, muchas veces, tenemos que acabar editando algunas partes para hacer que encajen.
Creo que los supervisores somos una especie de camaleones musicales, ya que en función del proyecto en el que estemos trabajado, escuchamos un tipo de música u otro para decidir que presentamos.
¿Tus gustos personales influencian tus decisiones?
Bueno, hasta cierto punto. No presentaría una canción que pensara que es mala, pero mi gusto en si no influye en el tipo de música que escojo, sino que es más basándome en lo que el/la directora/a quiere para la producción. En muchos aspectos, creo que los supervisores somos una especie de camaleones musicales, ya que en función del proyecto en el que estemos trabajado, escuchamos un tipo de música u otro para decidir que presentamos.
Hace poco estuve trabajando en una serie basada en la actualidad pero que decidimos que las canciones serían de 1930 o 1940. En algunas ocasiones, cuando estaba viendo alguna escena, aunque pensara en alguna canción actual que me gusta que le iría bien, no la presentaría, ya que habíamos decidido el tipo de sonido que queríamos.
Para aquellas producciones que están encaradas a una audiencia más joven, ¿prestáis atención a las tendencias entre los adolescentes, por ejemplo, trends de TikTok?
Depende. En alguna serie que he trabajado recientemente, había un momento en que estaban haciendo bailes de TikTok. Para esto nos adentramos en la plataforma para ver qué estaba pasando e intentamos escoger algo bastante pequeño en el momento que fuera posible que en el momento en que saliera, hubiera crecido. Hay que tener en cuenta que, para hacer una película, por ejemplo, tardamos entre nueve meses o un año, así que es un poco arriesgado escoger algo que sea tendencia porque, lo más probable es que cuando se estrene, se verá viejo y cansado. Realmente, la gran mayoría de veces escogemos la música más pensando en qué va bien para el momento que no para atraer a los más jóvenes. Es una realidad que las generaciones más jóvenes sacan mucha música de TikTok, pero también lo hacen de productos audiovisuales. Por ejemplo, en Heartstopper, que trabajé con mi compañero Matt Biffa, gran parte de la música que pusimos ha tenido un éxito muy grande, y no nos basamos en encontrar algo que creyéramos que a los adolescentes les gustaría escoger, sino que fue más el buscar artistas que creyéramos que eran interesantes.
¿Acostumbras a tener problemas con las discográficas?
El tratar con discográficas es probablemente la mitad de mi trabajo, organizando las licencias con la discográfica, la distribuidora o quien sea el que tenga los derechos.
Normalmente no suelen haber problemas, ya que en general los artistas quieren que se utilicen sus canciones. Cuando los artistas no quieren que su música salga en cualquier producción, poca posa podemos hacer, no les podemos obligar. Cuando solemos tener más problemas es cuando se trata de escenas un poco desagradables, como un asesinato o alguien tomando drogas, y los propios artistas no quieren que se use en ese contexto. A parte de esto, lo demás ya son temas monetarios, cuánto dinero pide la discográfica o distribuidora por el copyright y cuál es nuestro presupuesto. Intentamos llegar un acuerdo que esté en el medio.
Si os encontráis en una situación en que el artista tiene problemas con su antigua discográfica y no tiene los derechos, como los problemas que tiene ahora Taylor Swift, ¿cómo lo gestionais?
Si es una situación muy complicada en la que no tenemos mucho tiempo, muchas veces tenemos que pasar, pero si tenemos tiempo intentamos que hacer algo para que funcione. El ejemplo de Taylor Swfit es un poco problemático ahora mismo, pero como ya ha regrabado gran parte de su discografía, bajo el nombre de Taylor’s versión, y como ella tiene los derechos de distribución, pide a los supervisores que usemos su versión en vez de la original. Hay otros artistas, como Blondie, que también han regrabado sus canciones, usamos esas regrabaciones.
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