Mira estos colgaos, WTF. La Sala Salamandra se despedía este sábado noche del Let’s Festival con el plan moderno perfecto: hacerse el intelectual explicándole a tu cita que las canciones del palo están aceptadas por la Real Academia del Hípster. Con una propuesta punki-vakalao, porque vakalao se escribe con V de Valencia, Los Ganglios hacían saltar a to’ quisqui. El concierto de los defensores de la música porc nos dio risis y una buena salida para cuando acusen a tu grupo de copiar a Extremoduro: puedes responderle “soy extremeño, tengo derecho”, de Vivencias propias (Segunda escucha, 2016).
Pero si hablamos de tu puto grupo nos vamos directos a Los Punsetes. La pose inquebrantable de Ariadna es ya marca de la casa. Y su estética todavía más. La gente necesita que les de mi opinión de mierda, así que diré: el quinteto madrileño representa el neo-nihilismo del indie nacional. Y diré más: Hallándose mi persona dando saltitos mientras cantaba Mabuse (¡Viva!, 2017) decidí interrumpir mi actividad para dar un grolo de gintonic. Y vi a través del plástico del vaso y del cristal de la puerta que un tipo extraño estaba mordiendo al segurata. Me acerqué para ver con más claridad. Efectivamente, eran zombies. “Putas”, dije. Pronto la Salamandra se convertiría en un vagón del Train to Busan. Así que sálvese quien pueda y a la mierda con esta mierda.
Salimos a toda leche por la salida de emergencia. Interrumpimos el botellón de unos jovenzuelos para robarles un par de botellas, romperlas y hacer de ellas armas improvisadas. Los mozos de L’Hospitalet son peligrosos, pero los zombies sanguinarios todavía más si cabe. Entramos corriendo en el coche y de camino al hogar atropellamos un par de ciervos con mala pinta. Al fin llegamos a casa. Tapiamos las ventanas con cemento casero y todas las MondoSonoro que encontramos, sintiendo que al fin tantos años de acumulación son de utilidad. Nos sentamos en el sofá y encendemos un par de cigarros. “¿Qué pollas ha sido eso?” – me pregunta. “Ni idea, pero me lo he pasado de puta madre” – le respondo.
A continuación las fotos de lo que pudo haber sido y no fue:








Autores de este artículo

Paula Pérez Fraga

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.