Hay mucho que comentar del concierto de Los Secretos en el Auditori del Fòrum de Barcelona del pasado 6 de octubre. Tanto que tengo casi cuatro hojas de notas, cuando normalmente no suelo anotar más que dos o tres ideas inconexas. De este concierto hay mucho que digerir. Hay muchas canciones – duró más de dos horas, lo que Álvaro Urquijo aguantaría escuchándose si estuviera en nuestro lugar, según dijo él mismo -, muchos recuerdos – la presencia de su hermano, Enrique Urquijo, nos acompañó de principio a fin – y, sobre todo, muchos años. Cuarenta años concretamente.
’Ayúdame y te habré ayudado, que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado’.
“¡Tranquilos que no nos iremos sin cantar esa canción que quieres que toquemos, no tendríamos valor para salir de aquí siquiera!”, bromea Urquijo a mitad de concierto. Una de esas canciones era Pero a tu lado, con la que casi acaban. Imprescindible porque precisamente ‘Una vida a tu lado’ era el lema de esta gira tan especial, en la que celebraban los cuarenta años de formación. Y no solo era el aniversario en sí, sino el hecho de que quizá eran de los pocos grupos españoles que han podido vivir tanto tiempo de la música: “Si hemos estado cuarenta años dando el coñazo es porque hay gente tan majeta y tan paciente aguantándonos”.
¿Y cómo escoger una setlist que resuma bien tal trayectoria? De nuevo, la gente. Preguntaron en redes sociales cuáles eran las canciones que no podían faltar. Obvio que una de ellas era Déjame, canción que han tocado más de 2000 veces, “pero siempre ha sido un placer”. El público se levantó de sus asientos. Así comenzó todo para ellos, ya que fue el tema que les abrió las puertas de una discográfica, de un mánager… de los mecanismos de la industria, en resumen. De esta manera, acaban el concierto como comenzaron la carrera, “con mucho amor por la música”. Porque por eso empezaron, no por negocios, de hecho, en palabras de Álvaro: “aún ahora no sabemos qué es el negocio, sabemos que hay gente ganando dinero a nuestra costa, pero bueno ese es otro tema”.
El hermano menor de los Urquijo se sincera una vez más: “Los Secretos que estamos hoy aquí no existiríamos ni por asomo, es que no seríamos una sombrita de lo que somos, si no fuera por la obra de Enrique”. Y el público aplaudió desenfrenado. Abrieron así un bloque dedicado a su hermano, fallecido en 1999. Interpretaron su canción favorita en el mundo: Aunque tú no lo sepas, de Quique González. Precioso. También Hoy la vi y Ojos de gata, entre otras.
Esta última tiene la particularidad de que comparte letra con una canción de Joaquín Sabina, pues ambos compositores eran amigos muy cercanos. Lo explica bien Divinity: Compadres de noche y nostalgias, Enrique Urquijo y Sabina solían verse a menudo a las tantas. El de Los Secretos pasaba por la casa de Tirso de Molina de Joaquín, y allí apuraban los vasos, guitarra en mano, hasta el amanecer. Una de esas veces, hicieron un ‘experimento’. Fue con con el tema ‘Ojos de Gata’, que Sabina acabaría dando un toque ranchero y titulando ‘Y nos dieron las diez’. Lo comenzaron igual, aquello de ‘fue en un pueblo con mar / una noche después de un concierto’ que tantas veces se ha coreado, pero luego cada uno avanzó por su lado. ¿El resultado? Dos finales completamente diferentes, con un vencido y un vencedor.
“Los Secretos que estamos hoy aquí no existiríamos ni por asomo, es que no seríamos una sombrita de lo que somos, si no fuera por la obra de Enrique”. Y el público aplaudió desenfrenado.
Ocurre lo mismo con Por el bulevar de los sueños rotos. Para tocar este tema hecho a medias por estos dos grandes creadores invitaron al escenario a Mara Barros, que añade: “Es un placer interpretar esta canción que nos une indirectamente, porque Sabina es el mejor jefe que he tenido nunca” – Barros le hace los coros -. Una posición, desde mi punto de vista, injusta: su potencia vocal es increíble.
No fue la única artista invitada: Vicky Gastelo cantó con ellos Buena chica. “Son muy cercanos con los músicos que comienzan, a mi me permitieron ser su telonera. Hoy es un día muy bonito para darles las gracias”, explicó Gastelo al público de Barcelona, “porque además Los Secretos forman parte de mi vida”. Que, por cierto, antes de llegar ella mucha nostalgia y mucho sentimiento pero en el escenario no se movía ni una mosca. Interpretación de 10, pero cero espectáculo.
Quizá porque ellos son así de tranquilos e introspectivos. Pero se agradecía este formato en el menos era más y en el que dedicaban tanto tiempo a explicarnos la historia de las canciones. De primeras siempre se me hace raro estar en un concierto sentada y sin una birra en la mano – las marcas de cerveza realmente se han esforzado mucho en crearnos esta necesidad – pero poco a poco lo fui comprendiendo: Este concierto tenía más de teatro (comprendes tus emociones) que de show desenfrenado (las exteriorizas). Como mínimo salimos más cultos que como entramos que de eso tratan los conciertos también, ¿no? Y el último invitado: Ramón Mirabet, que animó el cotarro con su colaboración en Ojos de perdida.
Más canciones increíbles: Cada vez que tú me miras, dedicada a la hija de Álvaro cuando aún estaba en la cuna, hace ya 16 años; canción que no han tocado mucho pero que aún así salió escogida entre las canciones que quería el público. O Gracias por elegirme, acompañada de proyecciones con conciertos recientes y lejanos, La calle del olvido, Agárrate a mi María… Y, entre muchas otras, Sobre un vidrio mojado, que le trae al líder de la banda muchos recuerdos de infancia porque fue la primera canción que le hizo sentirse cerca de sus hermanos mayores. De aquellas, explicó, no seguir estudiando para dedicarse a la música era una completa locura. Su padre al principio no lo entendía. Pero también es de su padre de donde le vienen esa “vena ranchera-latino-country”, que, por cierto, era muy fan de Montserrat Caballé, fallecida horas antes del concierto. “No ha habido ni habrá nadie como ella”, añade Álvaro Urquijo para gran ovación del público.
En definitiva, este es un espectáculo trabajado y bien ejecutado. El show idóneo para las personas que desean encontrarse con Los Secretos de antaño, sin artificios, que no quisieron convertirse en otra cosa porque ser ellos mismos les parecía mejor plan.








Autores de este artículo

Paula Pérez Fraga

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.