Recuerdo el primer contacto que tuve con MC5 (ahora rebautizados como MC50 para celebrar su 50 aniversario dando guerra). Fue gracias a un colega de la uni: en una de las sesiones nocturnas de ponernos ciegos en su piso del Raval me puso alguno de sus vídeos. ‘Kick out the jams, motherfuckers’ aún resuena en mi cabeza, y de esto ya han pasado ocho años. El directo de 1970 en su ciudad natal, Detroit (de la que reciben su nombre: Motor City 5), y en particular Ramblin rose, me dejaron sin palabras. El desdén y lo poco que le importa a Wayne Kramer el falsete desafinado con el que canta los versos ‘Love is like a rambling rose, the more you feed it, the more it grows’ me fascinaron. Se la suda. Él lo suelta. Actitud. Eso es rock’n’roll.
Apolo no estaba muy llena minutos antes de que salieran en escena el viernes pasado. Da un poco de bajona el pensar que un grupo tan importante para la música como MC5, protopunk, súper cañeros para la época; y que además han sido referentes para otros grandes grupos de la talla de Rage Against the Machine, Damned, The Hellacopters o Pearl Jam… no consigan llenar esta sala de Barcelona.
El concierto empieza con los tres primeros temas del álbum grabado en directo Kick out the jams, como si estuviéramos presenciando el mismo concierto de 1969. Canta Wayne Kramer, cantante y guitarra, único componente que queda en activo. Los cuatro músicos que le acompañan son el cantante Marcus Durant (de Zen Guerrilla), Kim Thayil (de Soundgarden) a la guitarra, Billy Gould (de Faith No More) con el bajo, y Brendan Canty (Fugazi) en la bateria. Una formación de lujo.
El concierto empieza fuerte, dentro de las posibilidades de Kramer, que ya tiene 70 años cumplidos. Toma el relevo Marcus Durant. Flojea algo al principio. Quizá aún no ha entrado en calor. A Come together le sigue Motor city is burning. A medida que avanza el concierto va subiendo. Cuando llegan a Rama lama y Borderline están que ya lo dan todo. Y el nivel ya no baja. Marcus se sale y a Kramer se le ve emocionado y feliz.
El único tema que tocan que no es de los tres primeros discos, I want you, marca la diferencia por un momento, un tema más lento y pesado, mucho más grunge. Pero pronto vuelven a los orígenes y siguen alternando la furia de los tres primeros discos, plagados de clásicos. Starship, que se sale; Tonight y Shakin street, de Back in the USA (Atlantic, 1970); Poison, de High time (Atlantic, 1971). Dentro del repertorio inlcuyen I can only give you everything, un tema que grabaron en 1966, préstamo de los Them de Van Morrison, que sirvió al grupo como carta de presentación.
Marcus sigue on fire y su pelazo a lo Rob Tyner (cantante original) no para de moverse. Toca la harmónica, la flauta, se contonea, baila, se arrodilla por el escenario, y lo que haga falta. Kramer da saltos y se mueve también sin parar. Han pasado 50 años, pero mantienen la energía explosiva de sus conciertos.
Dejan para el bis Sister Ann, Let me try y un brutal Looking at you. Para entonces, toda la sala – ya prácticamente llena – está dándolo todo. Después de hora y media se despiden y nos vamos todos a casa con el subidón y felices. Wayne es incombustible. Eterno MC5, larga vida a MC50, y, es muy cliché, pero debo acabar así: Kick out the jams, motherfuckers!








Autores de este artículo

Claudia Blasco Garcia

Víctor Parreño
Me levanto, bebo café, trabajo haciendo fotos (en eventos corporativos, de producto... depende del día), me echo una siesta, trabajo haciendo fotos (en conciertos, en festivales... depende de la noche), duermo. Repeat. Me gustan los loops.