¿Incluirá alguno de estos discos la enésima canción del verano? ¿Las bailarás-gozarás-perrearás en alguna fiesta de barrio, en alguna playa Mediterráneamente o en algún festival? ¿Asociarás a ellas algún feliz recuerdo que te pondrá nostálgicx en otoño?
Sea el que sea el uso que les acabes dando, junio ha venido cargado de discazos que no te puedes perder. Desde divas del pop como Madonna o Prince, míticos como Bruce Springsteen o Willie Nelson, virtuosos como Mark Ronson o The Raconteurs… ¿Bastante buenas bandas sonoras para el verano, no?
Y si todavía tienes ganas de más, puedes dar un paseo por la lista de los mejores discos de 2018 o ir mes por mes: enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio – agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Las más recientes son las listas de enero, febrero, marzo, abril y mayo de 2019.

THE BLACK KEYS – Let’s rock (Nonesuch, 2019)
Tornar a l’essència
The Black Keys tornen on tot va començar. Al rock i al blues cru, a la distorsió dels riffs de Dan Auerbach i al garatge d’on afortunadament no han sortit mai. En una indústria en que les guitarres i la distorsió sembla que actualment no troben el seu lloc i els sons electrònics han aconseguit seduïr a les grans estrelles, The Black Keys reivindiquen aquest vell camí i l’aconsegueixen fer sonar actual. L’essència directe i sobria del disc passa per diferents filtres segons cada cançó. Des d’una Sit Around And Miss You amb pinzellades pop, fins melodies de veu enganxoses a Tell Me Lies o una Get Yourself Together que ens fa tornar per uns instants a l’atmosfera del seu exitós El Camino (Nonesuch Records, 2011). Una nova i necessaria alenada d’aire pels militants i els romàntics del rock i les guitarres.
Per Nil Boladeras.

THE RACONTEURS – Help Us Stranger (Third Man Records, 2019)
La bestia vuelve a rugir once años después
Se echaba en falta el rock de The Raconteurs. Ese sonido vuelve con Help Us Stranger (Third Man Records, 2019) pero con más toques country y, en definitiva, más relajado que once años atrás. Si bien su carta inicial, Bored And Razed, viene cargado de riffs y de golpe de guitarrazo limpio, el estilo característico de la banda de Jack White se entremezcla con canciones como Only Child, muy tranquila para lo que venía siendo el cuarteto estadounidense. El piano también es protagonista en canciones como Shine The Light On Me, que intenta aproximarse a una ópera rock un tanto pasado de horas. Sin embargo, se recuperan y con nota en las siguientes, como Live A Lie o What’s in Your Mind. Una vuelta a medio fuego, donde el poso y el pasado rocker se mantienen, pero donde la banda abraza la comodidad de lo clásico. Rugido madurado.
Por Karen Montero.

KATE TEMPEST – The Book of Tramps and Lessons (Fiction Records/Caroline, 2019)
Palabras
The Book of Traps and Lessons es el tercer disco de estudio de la británica Kate Tempest, aclamada artista del spoken word. Se trata de una continuación de sus anteriores trabajos, y ha sido creado junto a Rick Rubin y Dan Carey; ha tardado 5 años en salir a la luz. Hip-hop y literatura densa, compleja e inteligente, así es el trabajo de esta poeta, novelista, rapera y dramaturga, nominada a un BRIT Award como mejor solista femenina en 2018. Inició su carrera con tan solo 16 años improvisando letras en tiendas de discos. Desde entonces, su camino ha ido seguido de poemas, novelas y canciones. Tempest hace un uso excepcional de la palabra. La podremos ver por Madrid y Barcelona en noviembre. Todo un lujo.
Por Sara Ferco.

CAR SEAT HEADREST – Commit Yourself Completely (Matador, 2019)
Puesta en escena de himnos reconocibles
Nueve años después de poner el primer pie en Bandcamp, si se menciona a Car Seat Headrest en cualquier festival europeo de renombre, todo el mundo reconoce a la banda. Casi una década que ha servido para consolidar su estilo, para madurar en su música y para crear verdaderos himnos como Drunk Drivers/Killer Whaves. Este proceso los ha llevado a recopilar parte de sus canciones en un disco en directo, Commit Yourself Completely. Cada canción ha sido tomada de entre diferentes conciertos de las últimas giras de la banda en ciudades como Londres, Cardiff, Amiens o Kansas City. Eso sería lo destacable del disco: en vez de ser un solo directo en un concierto, es una compilación de varios conciertos. Nueve canciones entre las que se encuentran las imperdibles Drugs With Friends o Fill In The Blanks, algo predecible, pero también pequeñas joyas como una cover de Ivy, de Frank Ocean. La banda, sin embargo, parece quedarse en segundo plano y queda bajo el protagonismo de Will Toledo. Mención especial al sonido nítido y espectacular, sin apenas ruido de fondo. Qué, quizás, es lo que se extraña: más calor humano y menos búsqueda de la perfección. Un regalo para los fans, un pasatiempo para quienes los descubren.
Por Karen Montero.

THOM YORKE – ANIMA (XL Recordings, 2019)
El sonido es lo último que perderemos
En el centro de ANIMA, con precisión abandonada, Thom Yorke coloca Dawn chorus, la canción que significa su tercer álbum de estudio en solitario –el cuarto, si contabilizamos la banda sonora original que compuso para Suspiria, el remake de Luca Guadagnino–. Disponiendo esta hermosísima canción, casi un soplido de amor silencioso, como manifiesto estribillo de su disco, Yorke aplica su declaración de intenciones. ANIMA es, pues, un ejercicio de conjunto, un trazo en círculos concéntricos que llega al centro y después vuelve a expandirse en pura distorsión. El líder de Radiohead, que este verano gira en solitario por España, percute en su búsqueda de vínculos entre el sonido y la emoción desde una serie de texturas sintéticas que apelan de manera abierta a nuestra identidad contemporánea. Su voz, como un velo corrido, se desplaza por la música suplicando que ésta no se termine jamás.
Por Adrián Viéitez.

HOT CHIP – A bath full of Ecstasy (Domino Recording, 2019)
Sobresaliente en música, suspenso en portada
Los Hot Chip se han pasado el juego de modernos. Han despedido a su diseñador y le ha encargado a su primo del pueblo la portada del LP. Esa tipografía y fondo merecerían ser analizados en una clase de dirección de arte, pero eso no es lo que hemos venido a hacer aquí, ¿verdad? Los chicos de Londres tienen trabajito nuevo y sinceramente no sé como me siento: la portada me horroriza, pero el que sean dos discos en pleno 2019 me apasiona –en un mundo en el que todo es digital, decidir lanzar tu nuevo trabajo en dos, habla de un orden, de un “eh chiques, que hemos pensado lo que hemos hecho y lo hemos organizado de una manera determinada para que lo disfrutes como debe ser”, que me fascina–. Un disco tranquilo y fácil a pesar de toda la psicodelia que contiene, con música sexy y videoclips que sacan pecho en un momento en el que parece que todo vale. Te recomiendo que empieces con Melody of love y te dejes arrastrar, después de verlo hasta esa portada oda a los 60’s te parecerá menos ofensiva.
Por Carlota Purple.

YEASAYER – Erotic reruns (Yeasayer Records, 2019)
¿Los hemos perdido?
Admito desde ya que hacía algunos años que no los oía. Pero mi representación mental de Yeasayer era muy clara: unos tíos de Brooklyn que cogieron todo lo que estaba de moda en el panorama indie-psicodélico del momento, lo revolvieron y crearon algo nuevo, excitante, divertido y ligero. Lamentablemente, parece que en Erotic Reruns han recibido influencias mucho más normales, se han tranquilizado con las drogas o simplemente han perdido su magia y su locura. El álbum es un buen disco de indie-pop, con temas pasables como Blue Skies Dandelions o Fluttering in the Floodlights, pero en eso se queda. ¿Dónde ha quedado la magia de temas como O.N.E. o 2080? ¿Dónde de han quedado ellos?
Por Nadia Dubikin.

TWO DOOR CINEMA CLUB – False Alarm (Glassnote Records, 2019)
De reinventarse va la vaina
Todo grupo cambia. La madurez musical va ligada a la carrera, a su objetivo y a su mood. De cambios va el último álbum de Two Door Cinema Club. Los irlandeses han marcado un punto y a aparte con un material synth pop muy ochentero, desmarcándose de los LP anteriores a ritmo de sintetizador. Así como el anterior disco, Gameshow (Parlophone, 2016), tenía un toque blackmirrorniano, False Alarm emerge del optimismo y la ironía, demostrando su capacidad camaleónica. Si no puedes con tu enemigo, aka tecnologías/RRSS/derivados, únete a él. Además, lo hacen en la mejor época del año: la de los festivales. YASSS. Si tuviese que elegir, me quedaría con la crítica en Talk y su pedazo de videoclip . Sin duda, con So many people y Dirty Air. 🔥
Por Maria del Río.

NATALIA LACUNZA – Otras alas (Universal Music, 2019)
Vuela paloma, vuela
Es una declaración de intenciones. Natalia Lacunza es una paloma que quiere volar, y nos acaba de demostrar que puede. La extriunfita se presenta camaleónica en Otras Alas, un EP de siete canciones en el que ha trabajado con figuras como Marem Ladson, Pional o Juancho Marqués. Su primer disco ha roto los esquemas de lo que se esperaba de esta veinteañera que meses atrás cantaba y bailaba Seven Nation Army en un plató de televisión. Se aleja del pop actual y juega con la música electrónica en canciones como tarántula, a la par que nos regala ritmos más lentos mientras se desahoga en no te veo. Pero, sin duda, la pieza estrella es nana triste, una balada que culmina con un mensaje fetén: “porque un niño que no es mío / nunca lo debí cuidar”. Guitarricadelafuente, Lacunza y una guitarra española. El trío perfecto para un tipo de canción que no siempre termina de cuajar, pero que esta vez lo ha hecho.
Por Sara P. Seijo.

JONAS BROTHERS – Happiness Begins (Republic Records, 2019)
La ley de Murphy de los Jonas Brothers
Según la ley de Murphy todo lo que puede suceder, sucede. Pues algo así ha ocurrido con los Jonas Brothers. Nunca se hubiese creído que se separarían, y se separaron. Tampoco se hubiera pensado que volverían, y han vuelto. Y mucho menos que los chicos Disney cantarían regetón con Daddy Yankee o Sebastián Yatra, y las 59 millones de visualizaciones que llevan así lo confirman. ¿Hay que darle las gracias, por una vez, a una ley? Pues sí. Gracias a ti, ley de Murphy, por traernos a unos Jonas Brothers desintoxicados del ‘family friendly’ con canciones como Sucker o Every single time. En estas nuevas 14 pistas, el trap llega y se entrelaza con sus aún cohesionadas y melódicas voces. En su quinto álbum tras seis años de separación, encontramos canciones frescas y eufóricas. Eso sí, Joe no reluce como lo hacía con DNCE ni Nick lo hace como en solitario, pero es el precio de una felicidad conjunta. De ahí el bautizo del álbum, Happiness begins, de la gira, Happiness begins tour, y de su documental, Chasing Happiness. Como no podía ser de otra forma, la felicidad embriaga a los hermanos y a los fans y, seguramente, a todos los entusiasmados con el verano, ya que se trata de un álbum con un ritmo estival.
Por Jessica Cobos.

SCOTT MANNION – Loving Echoes (Lil’ Chief Records, 2019)
Made in Chelva
A veces la inspiración aparece en los lugares más recónditos. Para el cantante neozelandés Scott Mannion la inspiración la halló en Chelva, un pueblecito medieval en las afueras de Valencia donde reside en la actualidad. Tras más de quince años de silencio, una ruptura y un matrimonio, Mannion, antiguo miembro del grupo de indie pop The Tokey Tones, se estrena como artista en solitario con su álbum Loving Echoes. En diez piezas que recuperan la esencia de la banda con la que debutó, el cantante explora con delicadeza las diferentes fases por las que se pasa cuando te rompen el corazón, te enamoras de alguien o de algún lugar. Aunque sea un proyecto personal, Mannion decide compartirlo con algunos de sus amigos, como el músico Jonathan Bree, del grupo The Brunettes, o la cantante ilerdense Clara Viñals, de la banda Renaldo & Clara. Con Chelva como escenario, Mannion y Viñals demuestran que sus voces casan a la perfección en Your kinda love, una de las joyas del disco.
Por Celia Sales Valdés.

CALEXICO / IRON & WINE – Years to burn (Sub Pop, 2019)
Cubismos del folk americano
El proyecto: una excitación. La segunda colaboración entre la banda de Tucson y uno de los reyes del folk rock contemporáneo –tras In the reins, lanzado allá por 2005– se planteaba como un acontecimiento a aguardar. En estos catorce años trascurridos, Calexico se han canjeado el derecho a ser considerados uno de los grupos referencia en la indagación de nuevos sonidos dentro del indie-folk fronterizo entre Estados Unidos y México, incorporando lentamente a su música una investigación instrumental que colorea con viveza cada uno de sus últimos álbumes. Mientras, Iron & Wine ha ido acumulando éxito tras éxito con su sonido folkie de la baja California, a medio camino entre la atmósfera caribeña de Jack Johnson y la energía esencialista de un Father John Misty. El resultado de esta nueva comunión es Years to burn, un álbum relativamente breve –consta de ocho cortes– en el que los estilos de ambos confluyen con una calidez y un brío extraordinarios. Este es un disco expansivo que, sin embargo, se maneja con soltura para que nadie quiebre su frágil intimidad.
Por Adrián Viéitez.

JAIME CULLUM – Taller (Universal Musics, 2019)
La crisis de los 40: la edad es solo un número
Jaime Cullum está a punto de cumplir 40 años y … ¿No sería bonito que Taller fuese su forma de sobrellevar la crisis de los 40? Claro que esto sería más creíble si el británico hubiera pasado sus últimos años arreglando desagües en lugar de dedicándose a la música… Lo que sí es cierto es que este disco, el octavo de su carrera, suena más sentido y sincero. En las canciones flota una especie de delicadeza y sensibilidad. Hasta el título, Taller, muestra cierta vulnerabilidad ya como declaró el cantante: “Siempre ha habido chistes sobre mi estatura y estar casado con una mujer más alta. Así que quería reconocerlo […]” Al igual que con el título del disco, Jaime ha sabido hacer de esta vulnerabilidad una fortaleza y reflejarla en cada una de las piezas del disco para las que se ha atrevido a experimentar con estilos y ritmos. Es decir, si estás buscando a un Cullum pianista canónico olvídate de encontrarlo aquí. Ahora bien, si estás preparado para volar alto empieza con Taller y deja que la magia del disco te arrastre hacia Mankind, For the Love o te lleve nuevamente el punto de partida que te parecerá más alto que la primera vez.
Por Carlota Purple.

MADONNA – Madame X (Boy Toy/Interescope, 2019)
¿Qué quieres?, es Madonna
Que lo nuevo de la reina de pop tenga un par de temas de reggaetón me cabrea, nunca me gustó Maluma. Sin embargo, teniendo en cuenta que Madonna siempre fue una adelantada a su tiempo, transgresora y descarada… Vale, puede ser que sea lícito. Todo lo demás me parece sensacional, la experiencia sensorial de Madame X es bárbara: coros, electrónica, sintetizadores, piano, música clásica, viento y percusión, música disco…Tan pronto estás escuchando un ballet, un solo de piano o una fusión de coros, como un tema disco. Además, las letras de sus temas esconden cuestiones políticas y sociales que ponen la guinda al pastel. Es multidisciplinar, es polémica, es irreverente, es una artista como la copa de un pino. Y ahí la tenéis, perreando con 60 tacos. Una diva. Yo ya le he perdonado que la cagara en la última edición de Eurovisión.
Por Sara Ferco.

PRINCE – Originals (SWarner, 2018)
Las canciones inéditas del autor de Purple Rain
Prince dejó una enorme cantidad de material que nunca llegó a salir a la luz. Su intensa y constante actividad artística y su pasión por el trabajo, le permitió en vida trabajar en proyectos de todo tipo y dejar un gran legado. Tres años después de su muerte podemos disfrutar de este legado y tener al autor de Purple Rain (1984) muy presente a través de canciones inéditas que él mismo grabó en su estudio. Era capaz de superponer capas de instrumentos y voces en sus grabaciones y aparecer como único músico de sus temas. Originals es el segundo disco póstumo de Prince, y recopila las canciones que este genio compuso para artistas como The Bangles, The Time, Kenny Rogers, Jill Jones o Sinead O’Connor en los 80. Este nuevo álbum de 15 canciones, deja al descubierto los orígenes de cada uno de estos temas, como el famoso Nothing Compares 2 You interpretado por O’Connor en 1990, a través de bases marcadas, sintetizadores, electrónica, aire soul, baladas y funk. No cabe duda que fue obra de Prince.
Por Sara Ferco.

CRUMB – Jinx (Crumb Records, 2019)
Reivindicando lo ambiental
“No los conocía, pero suenan bien, como a ambiente.” Sentadas en una terraza y con música en directo, una amiga dijo algo que, cuántas veces habremos escuchado y repetido. Solemos relacionar ‘música ambiente’ con algo rutinario, como de hilo de ascensor o el que suena hasta que responde tu dentista. El disco debut de Crumb, Jinx, es ambiente. La banda neoyorkina atrae al oyente en una confluencia entre el indie rock y el free jazz. Un equilibrio de teclados y guitarras que hipnotizan, y sin rupturismos de ritmo. Una coherencia que cumple con las expectativas después de los primeros EP. Ambiente porque conecta y se distorsiona el tiempo y qué felices nos quedamos embobados escuchándola. ¿No trata la música de eso mismo? Me quedo con Fall down y el instrumental en And it never ends.
Por Maria del Río.

MARK RONSON – Late night feelings (Sony Music/RCA, 2019)
El Studio 54 de Mark Ronson
No soy justa con el pobre Mark Ronson, siempre pienso en él como productor de discazos y nunca como músico, pero cuando le doy play a algo que ha salido como suyo digo, j*der, es verdad, qué bueno es. ¿Pues sabes qué? Ha vuelto a pasar. Late Night Feelings además de hacerte viajar a una noche eterna de pistas de baile y bolas de discoteca, es un señor trabajo que cuenta con invitados de lujo: Lykke Li, Camila Cabello, YEBBA, Miley Cryus… Mark ha conseguido crear una microesfera en la que los 80 no son algo retro, sino que son presente y ha invitado a sus amigos a cantar y divertirse. Un disco que causa casi tanta envidia como las fotografías de famosos divirtiéndose en Studio 54 durante el final de los 70, pero sin generar ese sentimiento incómodo que a veces causa la nostalgia. En fin, que mientras no inventen una máquina del tiempo capaz de llevarnos al NY de los 80’s nos tocará vivirlo en el interior de este disco. Te espero en la pista de baile.
Por Carlota Purple.

BILL CALLAHAN – Shepherd in a Sheepskin Vest (Drag City Records, 2019)
Country alternativo amable
El nuevo trabajo del norteamericano Bill Callahan proyecta más calidez y alegría que sus proyectos anteriores. Siempre lo hemos escuchando narrando la soledad con su voz de barítono y su espíritu de lobo solitario, y vagando por bosques y montañas lejanas. Sin embargo, en Sheperd in a Sheepskin Vest, Callahan está acompañado en todo momento, y narra los detalles de una vida sencilla y de estar por casa junto a su mujer y su hijo; escribe sobre la felicidad, sobre las emociones y la esperanza; describe sonidos, olores, sabores y estampas. Es una expedición al interior que no se aísla, se comparte con los demás. 20 canciones de sonido acústico que son perfectas para escuchar una tarde tranquila en el campo o al volante camino a algún remoto lugar, o incluso… camino a casa.
Por Sara Ferco.

WILLIE NELSON – Ride me back home (Legacy Recordings, 2019)
Willie Nelson con más energía que nunca
Crecer entre los acordes y armónicas de Willie Nelson es una experiencia que te marca para el resto de tu vida. Vivir fuera de tu tierra y de tu hogar, también. Es por eso que Ride me back home me ha llevado a aquellos días en que disfrutaba paseando con mi padre bajo las intensas lluvias de Galicia y con Willie como banda sonora. En este nuevo trabajo, el cantante de Texas presenta once temas con el estilo que nos tiene acostumbrados y al que se mantiene fiel después de más de cincuenta años tocando. Nos encontramos con algunas composiciones de corte más lento, como Stay away from lonely places o Immigrant eyes. Por supuesto, debemos hacer mención a It’s hard to be humble, en la que Willie y sus hijos Lukas y Micah colaboran para llegar a hacer de este un disco todavía más especial. Esperemos que esto no sea una despedida.
Por Ana López.

BRUCE SPRINGSTEEN – Western stars (Columbia/Sony Music, 2019)
Pido perdón por las cosas que diré
Este es un texto imposible desde un prisma ontológico: la relación que une a este redactor con la música de Bruce Springsteen se extiende por vastos caminos de ligamento emocional; a través de una marea ingobernable de días y noches entregados a la devota práctica de escuchar canciones con una devoción casi peregrina. Cabe un apunte, eso sí: esta entrega ciega sólo se produce con los álbumes que Springsteen compuso con anterioridad al año 1990 —¿cabría también The ghost of Tom Joad?—. Después… un hilo larguísimo de repetición sistemática. Con High hopes, Springsteen tocaba fondo en su reciclaje. Después de un periplo en Broadway que parece haber agotado su relación con su pasado, saca a la luz Western stars, un supuesto álbum en el que trata de rescatar la herencia recibida del country-folk de los 50. El resultado: un chirrido anacrónico, una madeja de clichés líricos y un trabajo de producción absurdamente estridente. Un álbum que, una vez más, nos resistimos a creer que venga firmado por Bruce Springsteen.
Por Adrián Viéitez.
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